Hablemos de La vida de los peces y todo lo que ha significado. Hace mucho tiempo que una película chilena no tenía este nivel de expectación. ¿Cuáles crees tú que son los elementos que tiene esta obra que han hecho que la gente y la prensa particularmente le hayan dado tanto espacio?
-Claro, nosotros optamos por la estrategia de mostrar mucho la película. Lo que hemos hecho otros años con mis otras obras es que la película viaje primero, gane premios y tenga un recorrido afuera, pero ahora la idea era todo lo contrario, presentarla en Chile. Creemos mucho en el boca a boca: hicimos como doce avant premiere con distinta gente, distintas salas, para que el boca a boca sea la mejor prensa. Hay una campaña súper fuerte de prensa y se está haciendo un excelente trabajo, pero la idea era esto también porque creemos mucho en la película. No la queremos esconder, la queremos mostrar.
Para quienes aún no la ven, cuéntanos cuál es el tema que te motiva a hacer La vida de los peces, protagonizada por Blanca Lewin y Santiago Cabrera.
-La película habla de un reencuentro, de una segunda oportunidad, de decisiones que uno toma en la vida. Es la historia de Andrés, un chico que vive en Alemania hace diez años y viene a Chile a cerrar su mundo chileno en un viaje cortito y en ese viaje existe una fiesta de sus amigos que no ve hace diez años. La película plantea qué le sucede a él con estos reencuentros, con sus amigos, amigas, y sobre todo con Beatriz, el personaje que interpreta Blanca Lewin, que es el gran amor de su vida. La película nos muestra qué les sucede a los dos con este reencuentro.
De alguna manera Andrés y Beatriz cuando se encuentran diez años después no se conocen. También está el hecho de que en esos años ellos han seguido pensando el uno en el otro, pero no necesariamente es la persona real que tienen al frente.
-Claro, no saben quiénes son realmente y ambos son muy abiertos y eso es algo que quisimos trabajar; no tienen un plan, van a ver qué les sucede a ellos dos, porque saben que van a ver al otro en la fiesta.
Para ver esta película hay 15 copias, por lo tanto está la presunción de parte de ustedes que efectivamente el público chileno se va a encariñar con la película, la va a seguir y va a asistir masivamente. Cuéntanos en qué basas tú como autor esas expectativas.
-Sí y cada película es un camino nuevo. Yo estoy muy contento, siento que es mi mejor película, la que más me gusta por lo menos. Siento que he ido creciendo como director, he ido aprendiendo mucho, y podría decir que en esta película trabajé de la manera más cómoda. Es mi película con más recursos, es una coproducción con Francia. Trabajé cerca de tres años en el proceso total de la película, con mucho tiempo de ensayo, con mucho trabajo de guión-trabajé con Julio Rojas, el mismo de En la cama– y quedé totalmente conforme. El trabajo de montaje, por ejemplo, fueron seis meses y nos preocupamos de cada detalle. No hay nada en la película que yo quisiera cambiar ahora. Siento un crecimiento y una satisfacción total respecto a ella. Yo soy súper perfeccionista, pero siento que en esta película tuvimos el tiempo para dedicarle hasta el último detalle, así que estamos muy felices.
A los 30 años estar presentando una cuarta película esa algo bastante significativo. Continúas con el tema del fin de las relaciones de pareja, lo que ya define tu identidad como autor, pero eso es exponerse muchísimo. ¿Cómo te relacionas tú con eso?
-La gente no sabe lo expuesto que estoy yo en la película y eso también es bueno. Yo estoy muy presente en mis películas, creo que no podría trabajar de otra manera, así me siento hablando desde una verdad o desde un mundo que conozco. En general en mis películas no hay un trabajo de caracterización de personajes, no hay fuegos artificiales, no hay efectos especiales, es realmente lo que nos podría suceder a cada uno de nosotros si vamos a una fiesta y nos encontramos con nuestro ex.
En la experiencia en las muestras previas y en la llegada a salas ¿Cuál es tu impresión sobre la recepción de la película?
-Sí, increíble, porque a mí me han pasado cosas muy lindas con la película. La gente se identifica mucho con la película, llora, se emociona, muchas mujeres quedan destruidas e incluso a muchos hombres les llega muy fuerte. Son temas que están sucediendo con nosotros.
Además que es una gran pregunta la de la película: “¿Qué hubiera pasado si…?”
-Claro y no tiene que ver con la inconformidad de los personajes, ambos tienen una vida muy buena, por así decirlo, pero claro, qué habría pasado si hubiesen tomado otra decisión en la vida. Es una cuestión que nos vamos a preguntar siempre. Siento que es mi película más cercana a los espectadores.
Estrenada en Chile, La Vida de los peces comienza su periplo internacional. Te vas a Moscú ahora.
-Sí, la película arranca un súper buen circuito de festivales. Estamos muy contentos porque han llegado hartas invitaciones.
¿Cuál es tu expectativa respecto a lo que va a pasar con esta película afuera?
– Ahora hay un interés realmente importante afuera así que tengo las más altas expectativas. Ojalá suceda así. Sábado, En la cama y Lo bueno de llorar tuvieron un muy buen recorrido por festivales y yo he ido creciendo así que espero que esta película tenga aún un mayor recorrido que las anteriores.
Si pudieras retratar esa película, ¿dónde ves tus influencias?
-Hay muchos directores. Está Wong Kar-Wai, Richard Linklater, sobre todo el de Antes del Amanecer y Antes del Atardecer, sus películas muy cercanas. Sin querer se me empiezan a aparecer los directores que me gustan. Wong Kar-Wai empieza inconscientemente a aparecer en mis películas, también trabajado desde una manera muy distinta. A mí me gusta mucho lo que él hace en términos fotográficos, en la música, pero como digo es súper inconsciente.
Pero, ¿tú no lo pensaste? Porque hay directores que dicen a qué quieren llegar.
-Sí, la fotografía de Wong Kar-Wai me ha gustado siempre, en todas sus películas me parece brillante. Pero finalmente me parece que el tema de la película es mucho más personal, ahí empiezo a mirar hacia adentro y ver cuál es la historia que me gustaría contar. Siento que lo interesante de eso, cuando uno lo hace de verdad, es que finalmente termina siendo un tema universal. No es que yo quiera contar mi historia mirándome al ombligo porque quiero hacer una película de mi historia sino una que realmente sea cercana y que es finalmente lo que te termina conectando con el espectador.
Cuando tú escoges contar este tipo de historia- donde tu especialidad son pocos personajes, en espacios cerrados o acotados-hay mucho trabajo que tiene que ver con los actores. Blanca Lewin ha estado en tres de tus cuatro películas y ella decía en una entrevista que ha sido interesante porque ustedes han crecido desde que empezaste Sábado en 2003. A propósito de lo que le pasa a los personajes de La vida de los Peces, entre los 20 y los 30 uno cambia mucho.
-Uno cambia, totalmente. Con la Blanca empezamos el ’99 con un cortometraje que hicimos en la Escuela de Cine. Ella era una actriz famosa de teleseries, yo era un estudiante de cine muy contento de que ella haya querido estar en mi cortometraje, y poco a poco fuimos creciendo. Ella se fue desarrollando mucho como actriz, yo fui creciendo como director y fuimos aprendiendo juntos. Además nos conocemos mucho como director/actriz, siento que llegamos a un nivel de profundidad muy rápido en el trabajo. Siento también que cada película ha sido un desafío distinto. Blanca le da un enfoque que a mí me gusta harto, siempre trabajando desde el realismo, no hay una caracterización muy grande. Eso sí, ella introduce detalles que nos hacen construir muy bien al personaje.
Y con Santiago Cabrera fue una apuesta.
-Con Santiago fue una apuesta totalmente porque yo necesitaba para este personaje un gran actor. Él prácticamente se echa la película al hombro, está en todas las escenas de la película y la vemos a través de los ojos de él, finalmente. Vi el trabajo que hizo Santiago afuera, en el Che. Yo conocía al director de casting de esta película y me habló muy bien de él, tanto como actor como persona.
Santiago está radicado en Los Ángeles…
-Sí, justo vino a Chile a hacer actividades relacionadas con el lanzamiento del Che y lo conocí. Pasamos el día juntos conversando y para mí era muy importante que “feeling” tenía yo de él, si nos caíamos bien. Hubo muy buena onda, le encantó el guión, le gustaban mis anteriores trabajos así que de ahí nos fuimos derechito.
¿Andrés era en el guión como lo interpretó Santiago?
-Sí, o sea, Santiago es muy parecido al personaje y eso fue fundamental. Santiago vive en Los Ángeles hace diez años, nuestro personaje vive en Berlín hace diez años, él constantemente está viniendo a Chile, reencontrándose con su mundo chileno. Además sabía que Santiago se iba a conectar muy rápido con el personaje y trabajar con él fue un placer, como actor tiene un nivel de concentración, de saber llevar cinco semanas de rodaje con un talento, un respeto y un cariño por el trabajo que para mí fue fundamental.
Uno de los méritos que tiene La vida de los peces tiene que ver con el tono que tiene ver con la puesta en escena de la película, con la manera en que está iluminada, la manera en que están filmados los espacios, porque todo sucede a dentro de una casa. ¿Cómo fue ese trabajo?
-Era un trabajo muy difícil porque nos interesaba que la película también tuviera un desafío visual. Es una fiesta en una casa, sucede todo ahí. Hay muchos espacios, porque es una casa muy grande, hay interiores y exteriores. Hay una fiesta que hace que sea muy atractiva visualmente pero queríamos que tuviera algo más, queríamos filmar la película muy linda también. Eso fue un trabajo que preparamos mucho tiempo, tuvimos la suerte de trabajar con Bárbara Álvarez, una directora de foto uruguaya que hizo Whisky y La mujer sin cabeza, es una gran directora de foto. Siento que con mucho trabajo llegamos a un resultado del que estoy totalmente orgulloso.
Matías, me gustaría preguntarte por la banda sonora, que ha sido muy alabada. Cuéntanos un poco de ese trabajo también porque en la película es muy trascendente.
-Es muy importante porque ayuda mucho a la emoción de la película. Es de Diego Fontecilla que es mi hermano. Él también actúa en la película, tiene una participación interpretando a Jorge. Lo de la música la trabajamos mucho tiempo, muy cercanos al guión. Hay canciones también de Inverness. El soundtrack está disponible, lo que nos tiene súper orgullosos. Está a la venta en la librería Kind of blue, en Merced, y en la página web que es www.lavidadelospeces.cl donde se puede escuchar y comprar. También eso nos tiene muy orgullosos porque está muy lindo.
¿Cuál era para ti el rol que debía jugar la música en la película?
-La idea era que ayudara a la emoción. Es muy interesante porque es una fiesta pero la música que suena en la película no es de la fiesta, sino la que está dentro de nuestro personaje. Era un trabajo muy delicado porque nos interesaba que la música entrara siempre muy de a poco y luego darse cuenta de que está sonando fuerte. Creo que en la película funciona muy bien.
¿Alguna advertencia o consideración para quienes van a ver La vida de los peces?
-Que lleven pañuelos. Ha hecho falta en las premiere. Hay gente que se siente muy involucrada. Estamos contentos porque la película no sólo dura la hora y media que dura, sino que la gente se la lleva a la casa para reflexionarla y vincularla con la vida personal, y eso para un director es lo mejor que puede pasar.