Entrevista a Jorge Riquelme y Gastón Salgado, director y protagonista de Camaleón
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En su primer largometraje, el realizador Jorge Riquelme configura una película cuyo tronco principal es la intensidad que a cada escena pueden otorgar sus protagonistas. Y esta responsabilidad nace desde algo bien básico: cada personaje posee el nombre real de los actores. Y efectivamente la búsqueda de naturalidad es lo mejor de Camaleón, con Gastón Salgado sosteniendo muy bien un personaje que va poco a poco ensombreciéndose, junto a Paulina García y Paula Zúñiga que encarnan a una pareja de apariencia estable, pero llena de fisuras al ser un poco presionadas. Una dinámica que recuerdan a obras de fuerte carga sicológica, tales como ¿Quién teme a Virginia Wolf?. Aunque Riquelme hacia el final busca algo más y en ese entusiasmo la película se desboca quizás innecesariamente, principalmente porque a las acciones salvajes de los protagonistas les falta mayor contexto para entenderlas. Así, Camaleón es una ópera primera que arroja un buen instinto en la puesta en escena, con una primera mitad llena de emociones contenidas que, además, revela un director que sabe muy bien lo que quiere de sus actores, quienes demuestra una fuerte sintonía con su propuesta. Una ecuación que nunca es fácil de conseguir.

Esta entrevista a Jorge Riquelme y Gastón Salgado fue realizada en el programa Radiópolis, de Radio Universidad de Chile.

 

¿De dónde nace esta película, cómo surge esta idea?

Jorge Riquelme (JR): Bueno, hay un tema con los personaje que tienen trastornos psicólogos. Es un tema que siempre me ha llamado la atención y tenía un rollo de hacer una película de un personaje oscuro y que no tuviera ningún rasgo de humanidad. ¿Se acuerdan del caso de Lolol, de este anticuario que degolló a una chica? Eso fue como un detonador de esta historia. Eso por una parte. Y luego hay otra que tiene que ver con la metodología de someter a grandes actores a una experiencia de rodar en cuatro jornadas muy intensas, con una preparación previa, donde lo que estamos persiguiendo es la humanidad, crear personajes complejos que tengan esa ambivalencia, que sean muy humanos y muy complejos en sí, y con grandes intérpretes que puedan dar eso. La película tiene eso. Ha sida valorada esa característica, la actuación, el elenco. Y los personajes finalmente se vuelven universales porque se reconocen. Me dijeron en México que el personaje de Paulina es muy reconocible para ellos. En Cuba pasó lo mismo. Entonces, quiere decir que la humanidad de la película es lo que está conectando con la gente. Y lo mismo pasó acá en Sanfic, en esas dos funciones que tuvimos.

¿Cómo llegas a Gastón (Salgado) para el rol protagónico, tras una trayectoria donde te has destacado con personajes oscuros?

JR: Sí, nuestra relación con Gastón es de hace mucho tiempo. Yo iba a hacer otra película que iba a hablar sobre el Alzheimer. Hicimos un casting muy selectivo con grandes actores, tanto de teatro como televisión y algunas figuras emergentes que otros amigos actores me recomendaron. Y entre esos estaba Gastón. Y fuimos pasando varias etapas del casting hasta que finalmente me convenció Gastón por su interpretación, por su humanidad y su energía, que es positiva. Entonces, tiene un gran talento, es un muy buen elemento en el set y desde ahí lo escogí. Y como ese proyecto todavía no se ha logrado concretar, apareció Camaleón y obviamente yo quería trabajar con Gastón porque teníamos esa conexión. Nos unen mucho las temáticas en común y una forma de enfrentar la actuación, y el cine.

Gastón, ¿cómo fue enfrentarse a este personaje tan oscuro? O más bien, claroscuro. Porque parte siendo muy ameno, muy simpático con ellas. Dan ganas de invitarlo a la casa.

Gastón Salgado (GS): Sí, fue bien interesante el proceso de búsqueda de estos personajes, que si bien se llaman como nosotros, porque uno siempre trabaja desde uno, que es parte fundamental como veo la actuación yo y como Jorge también la ve, que uno tiene que ser uno, agregando ciertas características que se van encontrando en la investigación. Nosotros previamente con Jorge hacemos una investigación de esta psicopatía, hay un estudio, buscar referentes, buscar cierto perfil que no se haya hecho antes. Porque el psicópata es un personaje que se ha hecho muchas veces. Entonces siempre uno como actor, como intérprete, trata de darle un sello distinto. Entonces, a esto ayudó, claro, esta especie de docu-realidad que nosotros registramos. Porque el rodaje era en una locación particular donde los actores y los personajes estaban todo el día. Nosotros dormíamos en esa casa, nosotros comíamos en esa casa. Yo estaba todo el día con la Paulina, entonces se genera esa relación de verdad. De verdad yo tenía que tratar de encajar con estas dos monstruas actorales… y yo más cabro. Entonces, tenía que entrar, caer bien, decir lo justo, decir lo políticamente correcto, pero también mostrando esta oscuridad que tenía que aparecer, porque para que se dieran antecedentes de que algo raro va a pasar. Porque o si no, no hay acción dramática.  Entonces fuimos encontrando esos lugares, y básicamente el trabajo que hacemos con Jorge es estar en el set, estar presentes, dialogar con lo que genera el otro compañero, con estas grandes actrices que siempre generan estímulos. Entonces, es un trabajo de estar presentes, de escuchar al otro.

¿Y hubo un trabajo un poco más abocado a lo que es el perfil psicológico de un personaje como el tuyo, que es muy complejo, hubo por ahí un trabajo también?

GS: Sí, de repente nosotros caíamos con Jorge en lugares comunes. Y en el fondo va apareciendo algo que es la suma de los dos lugares, el lado oscuro y el lado luminoso. Entonces, ahí es donde aparecen estas escenas donde se muestran por qué él es así, que es una explicación media mental, media geneológica [sic], de por qué él tiene estas conductas.

JR: Sí, y en una primera etapa también, en la elaboración del guión, se inicia estructurando el perfil donde se hace una investigación tanto en libros como en videos sobre los principales psicópatas y ahí fuimos encontrando el rasgo del personaje que queríamos de Gastón, que es un psicópata que es tan arbitrario en su ataque y tan espontáneo y tan poco previsible que son muy difíciles de atrapar.  Son asesinos errantes, que van matando gente. Hay casos, ponte tú, en EEUU donde hay un sistema policíaco muy presente, éstos tipos matan de estado en estado y no los pueden agarrar, porque no tienen patrones, porque son muy inteligentes. Porque no es como el perturbado, el asesino, que es más débil, que mata abusando. Este no, este calcula todo, es un tipo muy frío, muy difícil de leer. Entonces, finalmente, en la película también el personaje de Gastón es un tipo que si bien hay algunas luces que los podemos agarrar, nunca lo vamos a entender completamente, el por qué hizo todo esto.

Hay un asunto social en la película ¿o  no? Me imagino que no por nada las víctimas son de un estrato muy alto, viven muy cómodamente. Y llega Gastón que, al parecer, no es ese mismo estrato según se dice muy indirectamente. ¿Hay alguna intención de plasmar una cierta violencia interna o social?

JR: Sí, sí, para mí la película tiene dos líneas. Una que es más referente al género, más al thriller, al personaje oscuro, y también hay como un análisis de la sociedad. Entonces, quería mostrar una especie de arquetipo de esta sociedad, del personaje de Paulina, muy fuerte económicamente, muy potente intelectualmente, y que destruye a sus pares….

Muy soberbia. Muy desagradable.

JR: Y que se hace sentir que ella sabe y que domina y que es más que todos. Se ríe de los demás. Y también hay una fragilidad de ella, en los primeros planos. Entonces, hay un camaleón también en el personaje de Paulina. Y está lo mismo con el personaje de Paula, que nuestra idea es que es tan débil y de repente empiezan a aparecen nuevas capas del personaje y lo vamos leyendo de otra forma. El camaleón también es una mentira. Casi todos los diálogos son mentiras, son apariencias. Entonces, hablamos del exitismo del chileno, el clasismo, lo peladores que somos. Puta, te das vuelta y hablamos mal y después volvemos y somos súper amigos. Entonces, eso es ser camaleón. Y Camaleón también  es una película que habla de Chile. No es solo un thriller convencional. Podríamos haber entrado en algo más policíaco, tal vez, o de perfil psicopático. Pero aquí es un tipo que vemos, una realidad, un momento que pasa, y nos invita al horror de compartir con personajes en esas líneas.

Quería preguntarle a Gastón, y bueno, también a Jorge, ¿qué tan libres eran ustedes en la actuación, había espacio para improvisar, para meter mano un poco en el guión?

GS: Sí, sí, yo creo que esa es una de las características de cómo dirige el Jorge, o cómo hemos trabajado. En el fondo, es mucho de trabajo previo. La conversación, más que la indicación de “ahora tenis que moverte para allá”. Es como mucha conversa previa. Con Jorge somos amigos entonces, el 80% del tiempo que estamos juntos hablamos de lo que vamos a hacer. Entonces, se profundiza mucho en lo que vamos a hacer y vamos probando cosas, yo doy mi opinión.

Como estábamos situados en los lugares, antes nosotros habíamos ensayado y habíamos encontrado ciertos hitos por donde uno investigaba y cruzaba esta improvisación. Pero había mucha libertad, o sea, nosotros teníamos que ir resolviendo y Jorge nos daba indicaciones particulares de qué tono, de qué intención darle, de por qué decir ese texto. Pero, habíamos mucho de trabajo de libre albedrío en el actor….que es muy interesante también, porque pone de su cosecha, de su historial y del discurso que tiene su personaje.

Jorge, te quería preguntar, esta película fue financiada por crowdfounding, o pasó por esa etapa. ¿Qué tan provechoso fue ese proceso, realmente la película se pudo levantar gracias a esos aportes? Hemos conocido otros ejemplos recientemente como Aquí no ha pasado nada. ¿Qué tan fructífero resulta esta instancia?

JR: Para nosotros fue fundamental el tema del crowdfounding. Uno, que nos obligó a decir: nos vamos con esta película, nos subimos a este carro, y nos tiramos. O sea, ya se lanza, ya hay vida, la película empieza a andar. Y es muy bonito el fenómeno que sucede porque aparte de levantar el financiamiento para poder hacer la película conectamos con una audiencia que se hace fiel a la historia. Es la misma que nos acompaña por las redes sociales y se va vinculando con la película de una manera muy bonita, todos la sienten.

De pronto eso no se piensa, previamente al lanzarte a una campaña así. Uno piensa como en recolectar los fondos, pero, claro, es bien interesante porque si tú aportaste para una película asumimos que te vinculas con ella, que vas a ir a verla probablemente. Es un trabajo de fidelizar públicos también.

JR: Sí, es muy importante. Y es la misma gente que nos sigue en redes sociales y que se sienten parte del proyecto y que la vieron en Sanfic. La sienten muy propia y es muy lindo ese proceso. Yo creo que aparte de lo que es monetario, es conectar con la audiencia.

Jorge, preguntándote un poco sobre lo que va a ser el estreno. El estrenar una película, un thriller, en un contexto chileno en el que no se hace tanto thriller. Cómo lees el estreno pensando justamente en el contexto en el que llega la película.

JR: Sí, ya al estreno llegó un poco más de tranquilidad de cierta forma. Estas dos pasadas previas en Sanfic me sirvieron mucho, porque de primera yo sentía que la película era muy fuerte y que podía chocar un poco a la gente. Y hubo muy buena recepción. Me impactó cómo la gente la leyó, cómo conectó con la historia, cómo vieron los detalles. No es una película simple y directa, pero es muy convencional en su acción porque es lo que transcurre en una casa, son acciones  cotidianas. Entonces, creo que la película logra conectar con distintas audiencias. Lo que decía anteriormente, cómo conectó en La Habana, cómo conectó en México, cómo conectó en Argentina. Lo mismo pasó cuando estuvimos en Francia. Entonces, como que uno siempre tiene miedo. ¿Los ingleses lo irán a entender?. Y ahora quedamos en Londres en el BFI. Entonces, va conectando con distintas audiencias y la película es más universal de lo que creemos. Nosotros la sentíamos tan chilena. Es muy humana, hay muchos arquetipos y muchos personajes muy reconocibles.

Gastón, ¿y cómo fue enfrentar  tu primer protagónico en cine?

GS: Complejo. Estaba súper asustado. Sí, al enfrentarme con la Paula y la Paulina que –insisto– son grandes maestras, uno inmediatamente se chupa, francamente. Por que no sabes si vai a tener la suficiente capacidad actoral o las herramientas para dialogar con cantidad de verdades. Pero bien, siempre tuve el apoyo de Jorge, que básicamente creyó en mí. Me dio este protagónico que es súper difícil porque tienes que llevar la historia.