Crónica de estrenos: «Un hombre de la calle»
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CRONICA DEL ESTRENO

“Un hombre de la calle”

Ha dado un paso al frente en el cine chileno.

HE AQUÍ una realidad de nuestra cinematografía. “Un hombre de la calle” sintetiza las más caras aspiraciones del público y de quienes, por largos años, vienen trasnochando por dar la expresión neta de nuestra capacidad artística. Eugenio de Liguoro y Lucho Córdoba trasuntan esos esfuerzos. Aparecen como los realizadores de lo qu necesitábamos. El sello “VDB” va a mostrar al Continente que aquí hay un clima propicio al progreso, una promesa que bien merece ser tomada en cuenta en el país y fuera de él.

EL ARGUMENTO.-Lucho Córdoba escribió  para su teatro de la calle Estado “Ropita usá, compro”, y mantuvo durante mucho tiempo esa obra en el cartel. El público iba a reír, y a reír de buenas ganas. El éxito lo instó a llevar el asunto a la pantalla en una adaptación realizada por un elemento desconocido en el ambiente. Es decir, Lucho entregó su confianza en una maleta cerrada. Y surgió “Un hombre de la calle”, tipo de vago con corazón de oro, romántico y poseído de un deseo de ser algo. Pichito es una mezcla de “Verdejo” y un filósofo. El argumento es pobre, pero su adaptador tuvo el tino de conversar el filón humorístico que concibió su autor. Y allí estuvo su salvación.

TECNICA Y DIRECCION.-El cine chile tiene mucho que aprender de Eugenio de Liguoro. En “Un hombre de la calle” se pone de inmediato a la cabeza de quienes en estos momentos están impulsando la industria del cinematógrafo por nuevos caminos…Esta vez está bien como cameraman y director. Luce recursos que nos eran desconocidos. Ese terremoto, esa carrera de automóvil y ese ascensor constituyen un certificado de competencia que lo hace acreedor a aplausos incondicionales. Técnicamente, este film servirá de pauta, de modelo a lo que venga después. Las fotografías, magníficas, y el sonido de Vivado y Beier, mejor que en otras oportunidades

INTERPRETACION.-Lucho Córdoba, encarnando a Pichito, realiza una performance sorprendente. Quienes creyeron que no podía olvidarse del teatro, se equivocaron. Revela un temperamento dúctil y una personalidad que puede dar mucho en el cine. Es liviando y gracioso. ¡Bien! BLANCA NEGRI es la Lolita, encargada de robarle el corazón a Pichito. Derrocha simpatía y se compenetra adirablemente de su papel. No la favoreció el maquillake, pero gusta desde un comienzo. ¡Bien! ESTER LOPEZ encarna a doña Tránsito. Es acaso la única que no entró en su papel. Hace mucho teatro y baila a menudo en la cuerda floja de lo chabacano y trivial. Esperábamos otra cosa de ella. RUBENS DE LORENA supera notablement su actuación de “Verdejo”. Tiene ahora más aplomo, es más varonil y menos afectado. Se nos ocurre que Luccho hizo el milagro. JORGE QUEVEDO tiene un papel pequeño, al cual le saca un gran partido. Está bien. Es resto está discreto y parejo.

RESUMEN.-“Un hombre de la calle” insinúa un seguro paso adelante. Es unfilm agradable, que nada tiene que envidiar a los que vienen del extranjero. Hay recursos magníficos de fotografía y una interpretación eficiente. El sonido es bueno, siendo el punto débil el argumeto, que es relativamente pobre. Pudo haberse hecho algo mejor. Felicitamos a Eugenio de Liguoro, Lucho Córdoba, Olvido Leguía, Ricardo Vivado y todos los que tomaron  parte en este film, por este esfuerzo que ha cimentado la posición del cine nacional.