“Propaganda”: El fuera de campo
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Propaganda (2014)

Propaganda es la película que abre el año 2014 para Miradoc, proyecto de la agrupación de documentalistas ChileDoc, que desde 2013 apoya la difusión y exhibición de documentales de autor en diversas pantallas a lo largo del país.

En solo 61 minutos de duración este trabajo permite al espectador detenerse en los detalles que están detrás de los discursos y las fotos oficiales de cinco de los candidatos a la presidencia, en la primera vuelta de las elecciones del 2013. Propaganda es una selección de escenas filmadas por 16 directores –entre ellos algunos nombres ya reconocidos en el cine nacional como Fernando Lavanderos y Maite Alberdi- y editadas por la talentosa y experimentada montajista Andrea Chignoli.

La estética del documental es consecuente con la de su origen, la plataforma web MAFI –Mapa Fílmico de un País- proyecto creado por: Christopher Murray, Antonio Luco, Ignacio Rojas y Pablo Carrera. El sitio www.mafi.tv permite acceder a una serie de piezas documentales acerca del Chile actual y en donde cada obra comparte un formato simple: encuadre fijo, duración breve y el sonido limpio del registro. Según sus creadores el objetivo de esta iniciativa es “capturar fragmentos de la realidad nacional, para ir creando un mapa fílmico de nuestra contingencia a través de una mirada autoral, reflexiva y de alta calidad visual”. Y eso es exactamente lo que logran en Propaganda.

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La película ordena su narración a partir del tiempo cronológico de los acontecimientos desde el inicio de las campañas hasta el día de la elección. No hay narrador en cámara, ni voz en off que guie la mirada del público sobre los hechos. Es la selección de estos hechos y el lugar desde donde la cámara los recibe   la que va permitiendo al espectador ir armando su propio discurso sobre cómo funcionan los políticos y su maquinaria, en época de elecciones. Los mayores aciertos aparecen cuando la puesta en cámara logra enfrentar el discurso de los candidatos con la realidad de los ciudadanos. Notables son los planos generales en donde podemos reconocer la precaria realidad en que viven muchos chilenos,  al tiempo que la imagen es coronada por gigantografías llenas de promesas, o las escenas de conversaciones de las personas comunes en torno a las propuestas de los candidatos.

A pesar de las voces que han criticado la supuesta militancia de la película, la dificultad de Propaganda puede residir en exactamente lo contrario, esa distancia que toma con su objeto. Acá no hay énfasis dramáticos, ni buenos ni malos, tampoco hay un esfuerzo en que los candidatos aparezcan como villanos. Es trabajo del espectador ir elaborando un discurso personal sobre aquello que se le muestra. A lo más, las imágenes propuestas podrían graficar – más que explicar- esa sospecha que existe en parte importante de la población chilena respecto a la política y sus mecanismos. Un buen registro de en que estamos como sociedad, de las deudas y desigualdades, de las promesas y el significativo trecho que existe entre el discurso oficial y la realidad que habita las calles.