FicValdivia 2019: Lina de Lima
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Lina de Lima (2019)

De Reseñas al cine chileno en el FICValdivia 2019


La realizadora Maria Paz Gonzalez es responsable de uno de los documentales más interesantes de los últimos años: Hija del 2011. Desde ahí ha colaborado como productora, montajista y guionista en una serie de largometrajes documentales. Su primera ficción es producida por otra documentalista de renombre, Maite Alberdi, lo que hace especialmente curioso que esta película no sólo se aleje del lenguaje documental, sino que lo haga derivando hacia un género que podría considerarse en el extremo opuesto, como lo es el musical.

Lina de Lima es una película sorprendente por varias razones. Instala su narración en una mujer peruana que trabaja en Santiago hace varios años y que se prepara para viajar a Lima para celebrar navidad junto a su hijo adolescente. Esos preparativos se ven trastocados por algunos problemas de trabajo y ante el poco interés que recibe de parte de su hijo. Lina de Lima podría inicialmente acercarse a las películas sobre inmigrantes en la capital chilena como Ulises o la más reciente Perro Bomba, pero su registro se distancia radicalmente de ellas. No sólo porque en las dos cintas nombradas los protagonistas son varones, sino porque el énfasis de ellas está en las dificultades e injusticias que sufren por culpa de la xenofobia y falta de solidaridad de nuestra sociedad.  Ambas son cintas muy valiosas y necesarias y con gran nivel cinematográfico, pero Lina de Lima se mueve en otra sintonía. Aunque conecta con las anteriores en evidenciar la precariedad de la vida de la inmigrante y su esfuerzo por mantenerse vinculada a sus raíces, esta es una cinta que se puede entender como celebratoria de un personaje que, de alguna manera, ya ha encontrado cierta estabilidad y que -aunque se duele de la distancia-, no está negada al placer y la alegría.

La premiada actriz peruana Magaly Soler – reconocida por sus trabajos con la directora Claudia Llosa La teta asustada y Madeinusa– hace acá un trabajo notable permitiéndonos empatizar con la soledad, la frustración, la determinación y la busqueda de goce de parte de Lina. Además de lucirse en las escenas musicales en donde la película honra la riquísima tradición sonora del Perú y permite a la narración adentrarse en el mundo interior del personaje. Mientras que la fotografía, a cargo de Benjamín Echazarreta – destacado por su trabajo en Una mujer fantástica, Cielo, Gloria y Rey, entre otras- logra moverse sin sobresaltos entre la naturalidad de la cotidianeidad de Lina a sus coloridas ensoñaciones musicales. Lina de Lima es producto de una profunda y respetuosa investigación sobre la vida migrante en Chile y nos regala la posibilidad de encontrarnos con un personaje riquísimo, tenaz y querible que ojalá nos ayude a multiplicar la empatía con tantos y tantas que como ella buscan ser felices en estas tierras.