El «Escándalo» de Jorge «Coke» Délano
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Escándalo (1940)
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Escándalo fue la segunda película sonora de Jorge “Coke” Délano, uno de los pioneros del cine chileno, allá desde su misma conformación y consolidación en los años 20. Es una película en donde Délano intenta innovar en lenguaje y trama, en donde mezcla dos realidades, una situada en una historia convencional y melodramática (un romance imposible entre un periodista honrado y de una familia venida a menos y la hija de un fraudulento empresario minero) frente a otra situada dentro del rodaje de una película en donde actúan los protagonistas y en donde el mismo Délano hace del director de ésta. Su resultado fue valorado por la crítica y para él fue su mejor película, la que se estrenó el 18 de junio de 1940 y que incluso se cuenta que se le exhibió especialmente a Orson Welles en su visita al país en 1943, como un ejemplo del cine chileno de la época.

Como manifiesta el mismo Délano en sus memorias tituladas “Yo soy tú”, Escándalo se plantea como cine dentro del cine desde un inicio, con la primera imagen del mismo director junto al director de fotografía Emilio Taulis manejando una cámara que panea hacia el piso en donde un diario aparece con el título de la película en su portada. Luego, la cámara se eleva y se ve una mujer poniéndose una bata de levantarse, incómoda por la presencia de la cámara, cierra la puerta. Para luego ver una señora posando una marraqueta y un té en una bandeja, una situación que buscaba vincular a la película directamente con el espectador nacional.

Es en esta notable secuencia, a través de esta presencia clara de la cámara (del artefacto esencial del cine), con sus movimientos, paneos y secuencias largas (y con su propia aparición), donde Délano busca poner en juego el “artificio” de una historia que paulatinamente va cruzando una línea con la otra hasta difuminar sus límites y, a la vez, busca hacer patente la existencia de una intención clara (el director que dirige tales realidades) detrás de esta estructuración. Esto se hace evidente cuando en un momento aparece el asistente de dirección de Délano quien le da instrucciones a Julián y Patricia (los protagonistas) para una escena que se filmará a continuación:

– No olviden que están representando, ¡re-presentando!. La vida real es una ficción, es una gran película de lo que llamamos destino, farsa, todo farsa. La verdad permanece entre sombras, oscuro.

Coke y un cine chileno con modelo hollywoodense

En 1938, Pedro Aguirre Cerda y el Frente Popular llegan al poder con la propuesta de echar a andar un proceso modernizador, de transformaciones sociales, políticas, económicas y culturales. Así en esta época se da un impulso editorial que ayuda a conformar lo que se denomina la generación del 38, en donde destacan los nombres de Francisco Coloane, Fernando Alegría y Carlos Droguett, entre otros. La Universidad de Chile funda el Instituto de Extensión Musical y bajo el alero de éste nace la Escuela de Danzas y el Ballet Nacional. Luego se crea la Orquesta Sinfónica de Chile y el Teatro Experimental de la Universidad de Chile. El cine no queda afuera y así queda plasmado en los planes de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) en su memoria de 1939:

“La industria cinematográfica puede significar para el país un rubro económico de serias proporciones, debido a que existen los medios adecuados para su desarrollo y se cuenta, además, con un mercado susceptible de acoger la producción dentro y fuera de Chile. Esta industria adquiere especial relieve si se tiene en cuenta que permite, a su vez, el incremento de otra serie de actividades anexas a la producción cinematográfica. En resumen, el fomento de la cinematografía no solo debe observarse desde el punto de vista propio, sino también en relación con otros rubros industriales” [1].

Se veía así, y de manera bastante ingenua y superficial, las posibilidades de contar con una industria fílmica autosustentable. Una industria que debería aumentar la producción y contribuir a un medio que hasta entonces sólo se valía de marginales esfuerzos productivos totalmente independientes (la década del 30 sólo arroja 6 largometrajes). Esas ansias se harían realidad en 1942 con la creación de Chile Films.

Uno de esos entusiastas realizadores que operaban sus producciones de manera independiente era Jorge Délano “Coke”. Aunque alcanzó la fama como caricaturista político, Coke se interesó a muy temprana edad también por el cine, escribiendo guiones y luego dirigiendo un par de películas mudas, algunas hechas con cámaras caseras armadas por amigos y socios.

Su preferencia por la producción hollywoodense lo hizo viajar en 1929 a California a aprender en los mismos estudios el oficio cinematográfico. Ahí, usando su talento como caricaturista, conoce a las grandes estrellas del momento como Charles Chaplin, Buster Keaton, Cecil B. DeMille, entre otros, a quienes retrata y aprovecha de hablarles de Chile. Vivencias que inscribe en su anecdótica autobiografía “Yo soy tú”.

De vuelta a Chile, Coke arma junto a técnicos chilenos equipos de sonido caseros con el fin de rodar la primera película sonora nacional. Norte y sur se estrena en 1934, teniendo relativo éxito comercial, lo que sirve al menos para que Coke pueda pagar el préstamo bancario con el que pudo financiarla. Seis años después, ya en medio del entusiasmo desarrollista en que está sumergido el país, recibe con facilidad un préstamo para su próxima película.

Coke, está consciente de ser uno de los cineastas que puede encabezar el ansia industrial (dado su prestigio, o más bien alta productividad) y hacer realidad el sueño del “Hollywood” chileno (se instala el mito que si se traza un círculo perfecto en un compás que pase por California, el círculo también toca Santiago). Fue entonces donde escribe el guión de Escándalo en una noche de insomnio, según cuenta en sus memorias.

Asociado con Emilio Taulis, uno de los técnicos más avezados del país, fundan la productora “Délano y Taulis Ltda” y se lanzan a filmar Escándalo en una casa del centro de Santiago, la cual adaptan como estudio cinematográfico y en la que deben filmar solamente de noche debido al ruido del tráfico capitalino con una cámara que el mismo Taulis construye, además de crear artesanalmente equipos para revelado automático, los primeros que se instalan en Chile.

Influenciado fuertemente por lo que ve en Hollywood, Délano prácticamente no concibe la filmación al aire libre y en escenarios reales, gastando gran parte del dinero (unos 6 mil dólares de la época, según él) en decorar las piezas para las principales locaciones del film: la redacción de un diario, un hospital, una oficina y una casa familiar. Contrata a actores novatos donde se cuentan una debutante Mireya Latorre y una inédita actuación de un joven y cómico Patricio Kaulen, director de Largo Viaje, la excepción sería el protagonismo de la bella Gloria Lynch, una actriz que probó suerte en México, en donde incluso protagonizó junto a Cantinflas la película El Circo en 1943.

Así comienza a filmar bajo una premisa que nace como juego dramático y que el mismo Coke describe de esta manera:

“En la primera escena debía aparecer yo mismo, en mi calidad de director, efectuando por teléfono el reparto de los papeles. Cuando ya nadie se acordaba de estos preparativos y el drama llegaba a su clímax, el público volvía a la realidad: era una película “pirandelliana [2]” la que se había estado rodando” [3].

La película tendría un éxito muy bajo en boleterías, pero tendría buena acogida de la crítica de la época [4]. Aunque habría que remarcar que la prensa de entonces estaba más empeñada en levantar todo lo que fuera producción nacional (las cuales eran demasiado esporádicas) que a conformar un espacio crítico para contribuir a la conformación de una cinematografía nacional de calidad. Para Coke, es la que más orgullo le causó, según dice en sus memorias. Y a pesar de sus desperfectos técnicos, Escándalo posee una intención innovadora, una frescura que la mantienen con dignidad en pie a pesar del paso del tiempo y del envejecimiento evidente de su pobre trasfondo melodramático. De todas maneras, una de las películas más extrañas y originales de la historia del cine chileno.

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Notas

[1] OSSA COO, Carlos. “Historia del Cine Chileno”. Empresa editora nacional Quimantú, Santiago, Chile, 1971.

[2] Aquella alusión a Pirandello, es una clara referencia a su obra “Seis personajes en busca de autor”, en donde confluye en el final el teatro y la vida, confundiendo ambas realidades.

[3] Délano, Jorge. “Yo soy tú”. Editorial Zig-Zag, Chile, 1954.

[4] “El señor Délano y sus ayudantes deben estar satisfechos, porque han producido una cinta chilena digna de ser aplaudida sin reservas, que no sólo abre esperanzas sobre el porvenir del cine nacional, sino que muestra lograda ya una etapa trascendental en el desarrollo de este arte.” Revista Ecrán, nº 429, 25 de julio de 1940.