Crónica de un conversatorio
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Los hechos: Santiago. Agosto de 2011. Manuel Gutiérrez, un joven de 16 años, es impactado por la bala de un carabinero mientras presenciaba, junto a su hermano minusválido Gerson, manifestaciones callejeras. El joven muere esa misma noche. El uniformado sindicado como responsable por la Justicia Militar alcanza a estar dos meses en la cárcel. A raíz de esta resolución, se forma el Comité por la Justicia para Manuel Gutiérrez, organismo integrado principalmente por la familia de la victima y algunos vecinos.

La representación: Crónica de un comité registra y selecciona parte del peregrinaje del comité, principalmente a dos de sus miembros: Gerson y Miguel Fonseca, un dirigente social. El grupo busca instalar en toda instancia pública posible el caso y un exhorto clave: una pena mayor para el carabinero responsable y la derogación de la Justicia Militar. El derrotero es de a momentos errático, se van sumando las contradicciones internas, el agotamiento, también una porfía necesaria. Manifiestan su caso en la calle, en eventos públicos masivos, abordan a candidatos presidenciales, entregan cartas en La Moneda, llegan al Congreso, buscan presencia en televisión, etc. Su voluntad es de hierro y todo encuentro una revelación confusa, desequilibrante. Cada parlamentario o rostro con algún grado de relevancia que abordan cuantifica sin asco, a través de su respectivo semblante, el potencial rédito político y contingente que resultaría el escuchar a este par de tenaces ciudadanos. Y es que todos necesitan algo, todos piden algo. Pero la pauta está siempre copada. Nadie tiene demasiado tiempo si el asunto no tendrá la necesaria cobertura periodística. El comité experimenta en carne viva el comercio noticioso, la oferta y la demanda. A ojos de esta bolsa de valores, ellos no portan una víctima, ni siquiera un caso o un desgarro íntimo, portan un emprendimiento que deben saber vender.

Cuando Jorge Morales, director de Mabuse.cl, redactó la reseña de esta película en la ficha correspondiente durante el pasado Fidocs 2014, le dio al clavo. Y le dio fuerte. Porque más que abordar la impunidad, la trágica muerte de un joven y la justicia militar, el documental en cuestión ahonda sobre todo en la fragmentación de un grupo de personas invocadas por una catástrofe y enfrentadas de manera chocante a sus propios egos, expectativas e inquietudes. ¿Es una determinada causa tan fuerte como para que cada participante se entregue a ésta olvidándose de sí mismo y logre mantener firme la meta inicial sin pestañar? Principalmente esto problematiza Crónica de un comité. Una lucha intestina, soterrada, precaria, con distracciones, tentaciones, y esas irritantes y siempre incómodas autoevaluaciones que emergen cuando una lucha se vuelve un pequeño poder, una potencial palestra, un podio en el cual subirse. Una sustancia con vida propia que aplasta y arrastra al que no puede lidiar con aquel torrente enmarañado de intereses.

El documental dirigido por el dúo Sepúlveda-Adriazola, pero realizado por una docena de personas incluidos los mismos retratados, se configura sobre la marcha como una estructura inasible cuyo deambular eléctrico y estridente es empujado por voluntades que buscan algo más que justicia, y por eso mismo también, algo en lo que creer, resolver y encausar sus propias existencias, heridas incluso antes del impacto letal. Y luego, ahí flota esa muerte como una extraña y cruel oportunidad, tal como el mismo Gerson muy lúcidamente lo asume con su mejor pinta, mientras posa junto al auspiciador de turno antes de entrar a un formateado set de televisión.

El jueves 23 de julio el co-director de la película, José Luis Sepúlveda, acudió al repleto microcine del Centro Cultural Municipal de Ovalle -actividad parte del programa itinerante Miradoc-, para conversar con los asistentes luego de la función. Esto resultó del encuentro: una especie de entrevista colectiva, de voluntad horizontal, fluctuante, atomizada, escurridiza, necesaria.

Joven Nº1:  Quisiera felicitar el contacto con la realidad. Tan crudo, tan directo. O sea, esto no es arte por inventar, no es arte por divertir. No es arte, es realidad. Así que me parece loable e inanalizable porque es la impunidad del dolor. Y nada. Duele ser chileno cuando uno ve esto. Así que muchas gracias por este trabajo tan espontáneo… al parecer fue muy espontáneo todo.  Tremendo también por al familia que tiene su propia cruzada, pero que en realidad debería ser de todos.

– Gracias por tus palabras. Quería agregar ahí que cuando nosotros empezamos a hacer la película fue por petición de la familia del comité que nos pidieron que comenzáramos a registrar lo que iban a ser las actividades después de la libertad de los pacos, que fue como dos meses y algo [luego de la muerte de Manuel Gutiérrez]. Entonces, no fue un tema que desde uno haya nacido.

Señor Nº1: Yo creo que el valor que tiene tu trabajo es que está hecho sobre algo que no se termina con la película. La película nos llama mucho a reflexionar, pero, desgraciadamente, Chile es un país que sufre por todo. Nos azota la naturaleza, lo social…

– Igual uno agradece igual harto a la familia del comité por tener la confianza con nosotros –y la valentía– de haber podido dejarnos que pudiéramos registrar y también de acercarnos a ellos.

Señor Nº2: Hubo un momento en que se produce una situación de separación dentro de lo que la familia misma quería, y lo que Miguel (Fonseca) estaba llevando adelante por cómo él estaba planificando el caso de Manuel. Y que era necesario seguir esta estrategia y que la familia no lo entendía y quería solo solamente levantarlo desde la población ¿Cuál fue el aporte de ustedes para encausar esa situación?

– Es interesante lo que planteas. Especialmente, porque uno quién es para juzgar también lo que está aconteciendo y, a la vez, cómo también uno se pone en el lugar. Esa fue nuestra partida como premisa. Y si bien uno tiene una concepción política, con respecto al movimiento social, con respecto a la justicia militar y lo que uno ha heredado de la dictadura, igual nosotros pretendíamos no juzgar y que se estableciera esta contemplación y esa reflexión de lo que iba sucediendo. Entonces, en cierta forma estábamos buscando y conociendo el caso propiamente tal. Porque está el tema de la justicia divina, la organización popular en las poblaciones. Es entonces muy pequeño el espacio donde uno puede trabajar, porque también están las iglesias católicas, el Opus Dei, las iglesias evangélicas, está el asistencialismo de la Concertación, de la Municipalidad o lo que sea. Entonces, te dejan muy poco espacio para trabajar autónomamente. Y eso queda reflejado –pienso yo – en la película porque por detrás está la iglesia evangélica con todo su discurso de pacto con Pinochet y que ha limpiado todo el proceso de base. Y esto queríamos reflejar nosotros. Más que decir: oye vamos a hacer una barricada, vamos a encadenarnos a La Moneda o la Corte Suprema.

Pero eso es más que nada. Es decir, el análisis, la reflexión, o lo político que tiene esto es cómo ha quedado desmembrada la organización popular. Hay trabajo de base o no. Las problemáticas no están en la universidad o los institutos, que están súper alejados de las poblaciones. Se habla de otra cosa. Es como otro lenguaje, distinto y justamente era lo que nosotros queríamos reflejar. Y ese es –por lo menos es lo que siento- es el valor político que tiene el documental. Porque podríamos haber hecho un discurso político contra la justicia militar, pero youtube está lleno de eso. Y hay discursos panfletarios por todos lados. Pero en este caso nosotros queríamos tomarlo desde otro lado: desde la autocrítica. Igual, yo soy de izquierda, pero no de la izquierda de la Concertación, sino de la izquierda que yo creo es de verdad, entonces yo igual creo que en cierta forma uno está autorizado dentro de la derrota, porque hemos perdido harto. Entonces, por qué no trabajar desde la autocrítica para poder también generar un espacio de creación, un espacio de reflexión con respecto a lo que sucede políticamente en nuestras poblaciones, con esta sociedad que sigue manteniéndose en el sistema neoliberal, donde se hacen los hueones. Uno ya está chato.

Señor Nº3: ¿Qué cambio viste tú en Gerson durante estos dos años?

– Ese cambio es bastante notorio y no es solamente en Gerson. En la misma familia ocurrió el cambio, que estaba concentrada en el tema evangélico, pero después se empieza a cuestionar todo el trabajo que hizo la iglesia evangélica desde el año ochenta en delante, y eso es bastante positivo dentro de un documental. Es interesante lo que pasa porque el documental permite la reflexión para el espectador, pero también permite la reflexión para los integrantes de la película. Hace dos semanas presentamos la película en estreno y fueron todos y justamente comentaban el cambio que ellos habían tenido, la trayectoria de ese cambio en términos que es lo que piensan ahora con respecto a lo que pensaban antes. Y eso para mí tiene un valor notable.

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Felipe Muñoz Olmos (Femo): Sobre Gerson, el trato que le dieron fue absolutamente paralelo en la historia. No se llegó a una hueá muy adornada, por el hecho de ser discapacitado. Te felicito por eso.

– Sí. Yo quería aportar con respecto a lo que dice el Femo, porque es común caer en la victimización de nuestra gente, pero ya chao con eso. Esas son las miradas verticales, son las miradas del cine dominante, del sistema dominante que dicen: “oye tú no puedes mostrar, quizá, lo que sucede en tu entorno cotidiano porque en realidad hay que mostrar a la gente como héroes”. Siendo que no somos así. Más que tener una propaganda y decir, por ejemplo: pobrecito el pobre, pobre de nuestra gente. No po’, hueon, Ya es tiempo que empecemos a construir organización popular. De hecho eso es lo que queríamos: alejarnos de la victimización y de todos los recursos que tiene el cine dominante.

Mujer º1: Ya que viviste el proceso, ¿qué fue lo que crees que cambió en los personajes –o las personas– frente a esta visión? Ya que es difícil lograr aunar para trabajar en conjunto en lo local, sobre todo porque la familia presenta el tema de la justicia divina. Por otro está el asunto de la instrumentalización mediática, los pacos pegándole a gente pobre. ¿Cual es tu opinión para tratar de llegar a ese trabajo local y aunar todo esas inquietudes?

– Hay varias cosas. Por ejemplo, igual hablaste de algo que es importante de destacar que es la represión de Estado. Esa represión ha existido desde el pasado con la dictadura, y desde mucho antes quizá. Entonces uno va dándose cuenta que esta represión de Estado continúa. No es una cuestión de voluntades, es una cuestión que viene de antes. Viene con la justicia militar y viene con los poderosos, y ante cualquier reacción o actitud te tildan de loco, o de cualquier otra estupidez o te meten preso. A los cabros por bombas molotov los meten presos un año y a estos pacos les dieron dos meses. Entonces, es una cuestión que existe y es importante que vayamos a la lucha en ese sentido.

Ahora con respecto a lo que sucede en términos de la organización. También hay que ir ganando espacio, tenemos que ir quitando espacio, y obteniendo lugar para poder reactivar esa autonomía de organización popular y de acción. Pienso que crear organización o crear lo que significa red de acción, o crear lo que significa una dinámica de trabajo directo con el lenguaje de nuestra gente, es importante. Por que si tu ves, por ejemplo, los políticos que están ahí, sea de cualquier índole, inclusive la Camila Vallejo, están súper alejados de lo que sucede en la población. Y pareciera que les importara aun bledo, que es lo mas penoso.

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Joven N2º: Eso es lo que a mi más me llama la atención, que uno se da cuenta que todos los actores sociales tratan de sacar una tajada de una acción que es muy dramática. Porque vemos desde la iglesia que va blanqueando todo, ciertos grupos políticos levantando este caso como una bandera de lucha y la familia, que es lo más loco. Porque en un momento Gerson habla de esta dicotomía: “yo no tendría estas cosas si mi hermano no hubiera muerto”. Hasta ese punto. Como que va pasando el tiempo y esto se transforma, todos van tratando de ir sacando una tajada.

– Sí, yo creo que es bien profundo lo que sucede ahí, es decir, somos parte de la sociedad pero queremos cambiarla ¿queremos cambiarnos nosotros también? Yo creo que pasa por eso. Como lo que pasa con el tema de la justicia divina. Hay un momento de cosas que las fuimos viviendo junto al documental.

Joven Nº3: O el caso de la hermana, cuando a Gerson le están haciendo la entrevista de su casa y ella plantea que no se siente tan parte de esto. Entonces, desde ahí ya se empieza a separar todo este cuento, y como que cada cual vela por sus interés no más. O sea, en ese caso ya la familia se separa en algún punto y ya lo que era muy doloroso al principio –la muerte– ya deja de ser tan importante, porque cada cual va perdiendo el sentido.

– Nosotros mostramos este documental en un sindicato con 200 personas y nos decían que el problema de la desfragmentación sucedía en un sindicato de 200 personas, como acá que era un grupo de 4 personas. Y eso es parte de la organización social. Entonces es interesante ese planteamiento que se grafica acá porque es un ejemplo de lo sucede a nivel de nuestras organizaciones. En este sentido, es bastante profundo eso, porque igual existe la desfragmentación e, individualmente, existe eso de salvarse solo. Entonces, cada uno salva solo, y vienen los capellanes para salvar al general y etc. Es lo que vivimos nosotros. Y quizá, no sé, no quiero ser mala onda pero pienso que ¿nos merecemos este tipo de sociedad culiá? ¿uhm? Perdonen mi lenguaje tan poco académico.

Joven Nº2: Y además el problema de cómo la institución de los pacos toma este caso cuando manda estos dos carabineros de parte de la iglesia a trabajar en la familia y le terminan regalando una baratija como diciendo: “estamos contigo”. Es bien frívola esa parte del documental.

– Pero es lo que es. Es decir, los pacos infiltran de esa forma, el Ministerio del Interior infiltra de esa forma y el Estado es así. Por eso no tenemos ningún movimiento para cambiar la educación ya, porque ya sabemos que sucede con la Nueva Mayoría. Está todo infiltrado, está todo apagado. Entonces eso tiene que reactivarse. Por qué le tienen tanto miedo a esto, siendo que la gente igual está chata de los gobiernos que hay. Entonces, en ese sentido, igual hay que reflexionar.

Cuando nosotros mostramos el documental en la población, la gente no pensaba que los pacos tiraban capellanes para infiltrar y para tirar para abajo cualquier tipo de movimiento. ¿Quién saca las moneas para pagar a estos pacos? Nosotros mismos po’. Entonces, es una cosa también de ponernos a reflexionar y poder movilizarnos y activas las cosas. Está todo medio apaciguado y está todo así como que no cambia nada. Están puro tirando el chicle pa’delante y uno se da cuenta, y molesta. Tanto en la educación o con los profesores, con todos los temas. Si todos saben que la hueá está más arreglada que la chucha, entonces es conveniente darle duro, porque cuando los chicos mueven un cajón los grandes igual se caen. Entonces por qué no comenzar a hacer esto. Bueno, yo no soy quien también para andar haciendo protesta ni nada. [Risas]. Pero me refiero: cada uno hacer un poco de daño. O sea, igual existe el sabotaje, cabros, y un montón de cosas, entonces hay que puro empezar de una a hacerlo.

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Joven Nº1: Yo creo que la acción política es real cuando es violenta, pero es contraproducente y en una parte del documental se demuestra cuando la gente de la misma población se muestra cansada. Yo creo que el divorcio entre el pueblo y la política es el gran desafío que demuestra esto. Porque la madre decía: no usen a mi hijo como una bandera política. Pero sí lo es, y debe serlo, porque parte de esta necesaria nueva política a la cual se allana la visión de este documental es que tiene que cambiar el estado en forma en que sirve a la persona humana. Y eso es política. Y bueno, es triste que los socialistas y los comunistas y la política institucionalizada de los partidos políticos de Chile esté vendida. Pero no vendida materialmente, sino que es como una especie de inacción extraña que nos lleva a despreciar su rol dentro la política. Pero, bueno, creo que siempre hay que votar, siempre hay tender ser parte de la política y no divorciarse de ella porque dejamos que otros que no lo merecen estén en la política.

– Es interesante eso, pero igual yo creo que tienen que plantearse otro tipo de cosas. Por ejemplo, cuando uno trabaja en organizaciones populares u organizaciones más antisistema se habla de revolución, pero eso lo ha ocupado la derecha todo el rato. O la concertación. Entonces hacen la revolución para hacer campañas de cosméticos, de maquillaje, de cremas. Hay que reconceptualizar, mejor. Por ejemplo, en los grupos uno siempre ve que se plantea el “anti” esto, o “contra” esto, pero no hemos generado ningún lenguaje positivo con respecto a nuestras posibilidades políticas en términos de organización popular. Y por eso luego la gente se aleja. No hemos reconceptualizado ese lenguaje que en su época  fue revolucionario y fue nuestro y ahora lo ocupa el dominante. Entonces, ese es igual un tema que tenemos que reflexionar y poder construir. Porque siempre se está diciendo: ay, el encapuchado, el anti-sistema. O cualquier cosa similar así se trata de disminuir. Nosotros igual podemos generar un concepto que sea mucho más positivo en ese tema para nuestras mismas poblaciones, y la misma gente común y corriente también diga: “sí, yo también estoy de acuerdo que hay que cambiar todo esto”. Porque están de acuerdo igual, pero está todo confundido.

Señor Nº1: Lejos de criticar la línea de no-intervención tuya, como profesor, eché de menos poder ir corrigiendo, o haber aunado lo que pensaba Gerson con Miguel, cuando decía: “este es un carabinero no más”. No entiende que esto es una represión de Estado. O sea, que este carabinero tiene una estructura de la cual pende. Entonces yo pensaba que ahí Miguel, que tenía una concepción política más clara, podría haber intervenido.

– Yo igual comprendo lo que usted quiere decir. Ahora, en términos de actitud, con respecto a un creador –porque yo me considero eso, un realizador–, es decir, ya, tu vai y le dices a las personas lo que tu pensai y tratai de influir en eso. Igual uno lo hace, es decir, uno igual es conciente de eso y vai dando algunas luces y vai compartiendo esas conversaciones pero es justamente para lograr ese tipo de reflexión, e igual la gente piensa eso: “no, es que detrás de todo uniforme hay un ser humano”, y todas esas hueás. Siendo que, en realidad, detrás de un uniforme hay un hueón mandado desde arriba, desde los poderosos, para poder pegarle un balazo a un cabro chico. Entonces, no solamente fue un balazo: fueron tres. A otra persona le llegó en el hombro. Pero la cuestión se minimizó a un solo paco. Entonces, ese tipo de cosas son reflexiones y conversaciones que uno tiene.

Ahora, cómo se planteó el documental en ese sentido, fue eso: ver las reflexiones que tiene por ejemplo la señora de las sopaipillas. “Para qué van a hacer el acto aquí si nadie está ni ahí; vayan a una iglesia”. Y esa es la gente que uno se topa. Y hay gente de nuestras poblaciones que gustan de este sistema y son más fachos que los fachos. Creen en el emprendimiento y que por que tiene un carro con sopaipas piensa que es microempresario y se identifica con Piñera. Y así es la hueá. Entonces igual es bravo. Igual yo sé que en un documental eso es una parte de las cosas, de los seres humanos que están ahí, no es todo, sino tendría que hacer una película que durara 10 horas. Entonces es una opción, una elección, de lo que se vio.