«Como me da la gana II» de Ignacio Agüero
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Ignacio Agüero es de los realizadores más premiados y respetados de Chile. Responsable de una docena de largometrajes documentales y numerosas apariciones delante de las cámaras como intérprete -varias de éstas bajo la dirección de Raúl Ruiz-, Agüero es una de las personalidades más reconocidas de nuestra cinematografía. Este dato es fundamental para comprender el ejercicio cinematográfico que se encuentra detrás de Como me da la gana II.

En 1982 Agüero realiza el documental No olvidar en donde expone los crímenes de 1973 en Lonquén, un caso emblemático ya que fue la primera vez que se demostró la muerte y desaparición de personas durante la dictadura.  El mismo realizador ha contado que después de este trabajo tuvo la tentación de convertirse en un realizador dedicado a los temas de derechos humanos y frente a la duda de que debía hacer un cineasta en esos tiempos fue que emprendió la cinta Como me da la gana (1985) en donde irrumpe en las filmaciones de cinco películas que se estaban haciendo en la época, para conversar con sus colegas realizadores sobre el sentido de hacer cine en un momento en donde la represión había obligado la salida del país de muchos cineastas, cuando las condiciones para filmar eran difíciles y precarias y en donde la posibilidad de llegar a estrenar era remota.

Tres décadas después muchas cosas han cambiado. En los últimos años, en promedio, unos 30 largometrajes chilenos llegan las salas anualmente, el cine chileno tiene una presencia continua en festivales internacionales, existen apoyos contantes para su desarrollo de parte del estado y diversas maneras de producir con recursos internos o externos. La urgencia parece haber pasado, pero el sentido del cine sigue siendo una pregunta. Una pregunta que Ignacio Agüero continúa haciéndose, pero ya no desde las posibilidades de existencia de las películas en su contexto, sino al interior de las películas mismas ¿Qué es lo cinematográfico en el cine? ¿Dónde está? ¿Cómo se crea? Para responder esta pregunta el director recurre a sus propias reflexiones, vuelve sobre sus filmaciones y archivos y conversa con realizadores que están haciendo cine hoy. Así vemos a Pablo Larraín, Marialy Rivas, Christopher Murray, Niles Atallah, Alicia Scherson y Cristián Jiménez interrumpiendo sus filmaciones para conversar con Agüero sobre la historia que están contando en ese momento, las preguntas que les genera ese proceso y lo cinematográfico en el cine.

Como me da la gana II es una película cinéfila y que requiere un espectador al que le entusiasme el proceso de hacer y, sobre todo, pensar el cine. Es el ejercicio de un realizador que se acerca su propia obra, que visita a sus personajes y que sigue preguntando sobre las imágenes. La película expone su proceso, sus desvíos y sus dudas. Agüero ha dicho que este filme invita al espectador a ser el director de la película, y es así que Como me da la gana 2 se presenta al mismo tiempo como una invitación y un desafío para cualquiera que quiera ponerse delante y detrás de la pantalla.