Nombre: «Terremoto en el Sur«.- Teatros de estreno: Alcázar, Santa Lucía, Central y Oriente.-Fecha: Sábado 29.- Cameraman: Hegidio Heiss.- Distribuidora: Sellman, Varcellino y Cía.

La catástrofe de Chillán y Concepción ha sido admirablemente filmada por los operadores chilenos. Aparece la visión exacta del cataclismo y los comentarios están en realidad de más. Basta con la muda elocuencia de las casas deshechas, de los edificios volcados hacia la calle, de las iglesias que, como la de Concepción, quedaron equilibrándose peligrosamente hasta ser dinamitadas.

La impresión del público es de horror. Los adjetivos se hacen vacíos y pálidos ante la fidelidad de la máquina que registra hasta los menores detalles. Las escenas del Cementerio de Chillán, con los cajones abiertos por la violencia del sismo, de los cadáveres amontonados en la tierra, envueltos sólo en una sábana, es sencillamente desgarradora.

El valor cinematográfico queda superado por el motivo del film. El telón de fondo, sobre el cual se destaca la silueta de las madres que han perdido a sus hijos, de los que vagan entre las ruinas, y por último la montaña de escombros que recuerda el sitio en que estaba el Teatro Municipal de Chillán, y en el que se supone estén enterradas más de 300 personas, es la ciudad muerta quién sabe por cuánto tiempo. La expresión de los que pasan fugazmente ante el objetivo así parece indicarlo. Desfilan silencioso y lejanos, como si hubieran cortado las últimas amarras que los unían a la vida.

Y esa impresión de horror, que se puede traducir mañana en ayuda generosa y sin vacilaciones para los damnificados de la catástrofe, es el mejor aporte del film.