Cinematografía nacional. Notas para su historia. Artistas, casas editoras y directores

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Una escena de «La ley fatal», en que aparecen las hermanas Márquez, protagonistas de esta cinta. Una de ellas tiene verdadera vocación.

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 El maestro don Adolfo Urzúa Rosas, que hizo la primera película chilena.

La primera cinta. -Lejana está ya la fecha en que el maestro Urzúa Rozas hizo la primera cinta nacional, que fue el primero de los tres Manuel Rodríguez que se han entregado al público. El maestro había sido profesor de declamación del Conservatorio y tenía una serie de alumnos, entre los que se destacaban N. de la Sotta, Francisco A. Ramírez, Filomena Flores, Carlos Prats y otros. Con estos elementos hizo la película. Creemos que el primer empresario fue don Efraín Band. De cómo salió esa película no vamos a hablar. Sabemos lo que es el cinematógrafo y nos damos cuenta cabal de que es a ese esfuerzo se le debe pedir muy poco, y que dentro de esa norma, la cinta cumplió.

Más tarde, don Arturo Mario, que había trabajado cumplidamente en la cinta mejor que se había hecho en Argentina: “Nobleza Gaucha”, hizo varias películas, que aunque no eran muy buenas, alcanzaron éxitos clamorosos. Primera dama de ese elenco era la señora María Padín, que tenía buena figura y costumbre de la escena. No queremos decir con esto que ella fuera la quinta esencia del arte del cine. Hizo don Arturo “El jirón de la bandera” con el título de “Todo por la Patria”, obra de Retana, “La Avenida de las Acacias”, “Alma Chilena” y “Manuel Rodríguez«. En estas cintas trabajó con N. de la Sotta, Pedro Sienna, María Quezada, Romero, y Z. y otros. No podríamos decir cuál ha sido la mejor: diremos sí, que este esfuerzo produjo un sentimiento de emulación que obligó a lanzarse a varios chilenos por el camino cinematográfico. En esa misma época, y antes de esa época, don Salvador Giambastiani había hecho “La Agonía de Arauco”, argumento de la Bussenius y “El hombre de acero”, de Cariola y Frontaura. Recordamos que en la primera de estas cintas, Torricelli, el gran actor de zarzuela española hacía un indio, y que protagonista de la segunda fue Pedro Sienna, acompañado de Isidora Reyé. Esta pareja lo hizo bastante bien, y creemos que “El hombre de Acero” ha sido una de las mejores intentonas.

Después, un alumno de la Escuela de Artes hizo una cinta titulada “Uno de abajo”. Ha sido una obra de muy buena intención. Preconizaba el trabajo como una de las razones supremas para abrirse camino en el mundo. Simpática fue esta cinta, muy simpática. Más tarde, se estrenó una cinta de dibujos, que fue construida por un señor Serey. Solo el dibujante Carlos Espejo ha seguido estas aguas en su cinta “Aventuras de don Fausto y de doña Crisanta”.

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Clara del Castillo y Juan Pérez, en una escena de «Canta y no llores, corazón». Esta pareja ha demostrado sus deseos de trabajar, de darse por entero al cine. Es una pareja que va hacia adelante.

Don Esteban Artuffo decidió hacer películas y filmó “Pájaros sin nido” y “Don Quipanza y Sancho Jote”, que no resultaron acomodados al esfuerzo y buenas intenciones del cameraman.

Más tarde, Acevedo Hernández llegó al cine su comedia dramática en “Almas Perdidas”, que tuvo muchas deficiencias; pero que reveló dos actrices, a doña Manuela Fresno y la señora Rosa Acevedo Hernández, que según todas las opiniones, es la mejor actriz chilena en los roles populares. Nicanor de la Sotta filmó su drama “Golondrina”, que fue el mayor éxito económico que se conoce. Esta cinta produjo una enormidad de dinero y aunque su fotografía no era muy buena, la cinta tenía emoción, y un intento verdaderamente noble. Reveló esta obra a la artista Haydée Gasparri. Alberto Santana que es el que más cintas ha hecho, había fabricado “Por la razón o la fuerza”; luego hizo “Sol de estío” y “El libro de la vida”. Acevedo Hernández llevó al cine su comedia campera “Agua de Vertiente”, con Rosa Acevedo Hernández, como protagonista. Secundaban a esta artista, Manuel Sánchez e Hilda Blancheteaux, que en esa cinta se llamó Hilda Blanco. También trabajaron en ella grandes artistas pictóricos: Víctor Martínez, nuestro mejor escultor joven, el dibujante Adduard, el dibujante Pedro Orrego y Gustavo Quezada, de fuerte temperamento. Ella fue aplaudida por la crítica y ha sido uno de los intentos serios del cine nacional.

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 Alma Zinska, una discreta actriz que tiene grandes condiciones; ha trabajado en «Almas Perdidas», «Por la Razón o la Fuerza» y fué figura central en «Por qué delinquió esa mujer». Ana Dorian, una de las intérpretes de «El caso de G. B.», de Alberto Santana.

El Monje”, que los carteles anunciaban como “adaptación” del poema de Pedro A. González, presentado por Santana, se había estrenado antes de “Agua de Vertiente” y también “Esclavitud”, una cinta que tuvo gran éxito económico, en “El odio nada engendra”, como autor figuraba Romero y Z., y como intérprete, Julio Walton y otros que no recordamos. La cinta estaba bien; verdad que explotaba la nota patriotera, pero estaba bien. En cuanto a “Esclavitud” estaba tan buena como cualquier cinta americana. Debemos recordar al actor Augusto Cassasus, que es uno de los de mayor comprensión y recursos.

Traición”, que habíamos olvidado, había marcado el broche de oro de las producciones nacionales. Esta cinta hecha por Borcosque, fue la primera que tuvo buena fotografía, buenos escenarios y que estuvo francamente hecha a la americana. Borcosque con Gregorio Pardo, hizo esta película y antes había hecho “Hombres de esta Tierra”, que reveló al artista Jorge Infante, que es una de las figuras de nuestro mundo cinematográfico. A Borcosque se le debe la verdadera orientación del cine. Él fue el primero que entendió que debía hacerse a la americana. “Traición” no era gran cosa como argumento; pero merece un buen sitio en nuestro cine. “El galán duende” fue una mala cinta, que solo presentó al artista señor Augusto Tiozzo y a la señora Barros, que posee un gran temperamento y que es capaz de hacer muy buenas interpretaciones. Esta señora trabajó después en “Golondrina”, con Haydee Gasparri y N. de la Sotta. De la Sotta hizo también “Pueblo Chico… Infierno Grande”, que sirvió para revelar lo que es capaz de hacer Evaristo Lillo. Hace en esta obra un papel que demuestra que es sencillamente un gran actor; es necesario sí, saberlo dirigir. También en “Pueblo Chico” se destaca Paco Ramiro.

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Hay que hablar muy en serio de la señora Ernestina Estay, que es uno de los buenos elementos que hay en nuestro ambiente. Es liviana y tiene una gran intuición.

Mater dolorosa” es el bello título de una cinta que también hizo Santana, que ha fabricado ya 16 películas, trabajaron en esta cinta Bührle, la Puelma, Mary Wolff, Juan Pérez Berrocal y Clara del Castillo, que nos pareció muy simpática. “El caso de G.B.”, fue otra obra que hizo Santana; tenía magnífica fotografía, hecha por Berthelón, y bien hechos interiores. Además, su intriga era sentimental. Ignoramos las razones que tuvieron para no tratar bien a esta cinta.

Un grito en el mar” fue la gran cinta que marcó en el cine chileno la mayor altura. “Un grito en el mar” está prodigiosamente bien dirigida. Pedro Sienna, que la dirigió, no perdió detalle, Isaura Gutiérrez trabajó discretamente y el conjunto se portó en forma encomiable. Ésta ha sido la cinta más perfecta que se haya hecho en Chile. Se reveló un gran actor Campitos, Alejandro Campos, que hizo un marinero irreprochable, Siena acaba de entregar al público “El húsar de la muerte”, que nos ha parecido inferior, relativamente, a “Un grito en el mar”. Tenemos, sí, un aplauso, muy cordial, para un niño que trabaja en “El Húsar” y para el que hace el Marcó del Pont. “El Húsar” no es una mala película, pero no corresponde a lo que debió hacer Sienna después de “Un grito en el mar”. En todo caso, la Andes Films ha hecho grandes esfuerzos, los más definitivos que se han hecho en Chile.

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 Luis Vicentini, que ha actuado con éxito en varias películas.  Jorge Infante, el gran galán del cine chileno, culto y acertado siempre, trabajó en «Hombres de esta tierra», «Traición» y «Martín Rivas». Aparece en esta última cinta. Guillermo Yanquez, protagonista de «Juro no volver a amar», obra que fué un simpático éxito. Director fué el conocido dibujante Coke, que ha hecho además «Rayo invencible».

La Chile Film, que no hace cintas por su cuenta, pero que tiene unos magníficos talleres, hizo “Como don Lucas Gómez” con Evaristo Lillo, que está muy bien. Alberto Cumplido se revela también en esta cinta. Este joven había trabajado bien en otras producciones. Finalmente en esos talleres se filmó “La ley fatal”, una obra que reveló a una artista: Eglantina Márquez, y que tiene pretensiones de trascendentalidad explotando una tesis francamente retrógrada como es el problema del divorcio, en el sentido de demostrar que es una ley inconveniente. En realidad, no es muy nueva ni muy exacta la noticia.

Malditas sean las mujeres”, adaptación de una novela popular, y dirigida por Gregorio Pardo, fue un buen éxito y un progreso del cine nacional. Rosario de la Serna puso en esta obra también su entusiasmo y su gusto de mujer. Protagonista fue Hilda Blancheteaux, que se expidió correctamente.

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 Nicanor de la Sotta, que también trabajó en la primera cinta hecha en nuestro país y después con don Arturo Mario. Hoy es autor director y empresario de sus obras. Aparece en su caracterización de «Pueblo Chico… Infierno Grande».  Angel Díaz y Méndez, que hizo en forma sobresaliente su papel de Marcó del Pont en «El Húsar de la Muerte» y Von Ravenstein, que a nuestro juicio es un actor completo, hizo el San Bruno y en «Un grito en el mar» un almirante muy bien hecho. Ernestina Estay en una de sus graciosas caracterizaciones.

Entre los cameraman se ha distinguido Gregorio Pardo, que ha logrado muy buenas fotografías, Gustavo Bussenius, que tiene en su haber películas muy bien fotografiadas que se han hecho. Artuffo, que no desmaya y que es el que más ha trabajado, y Mr. Barrington, hombre de muchos conocimientos y que en “La ley fatal” ha demostrado lo que sabe. Olvidábamos nombrar al cameraman Berthalon, que según los entendidos es uno de los mejores que hay.

Hoy acabamos de ver “Canta y no llores, corazón”, que es un intento honrado hecho por artistas chilenos, que dejan todo lo que pueden en la obra.

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 Hilda Blancheteaux, una de las más sobresalientes figuras del cine chileno. Ha trabajado en «Agua de Vertiente», la más chilena de las cintas hechas en el país y en «Malditas sean las mujeres»; además en la cinta de la que es esta fotografía: «Los desheredados de la suerte…»

Pocos días atrás hemos visto “Nobleza Araucana”, de Roberto Idiaquez, y unos ha parecido la más sólida como argumento, aunque su fotografía era un verdadero pecado. Entre las artistas debemos colocar entre los primeros sitios a Rosa Acevedo Hernández, la primera en el género popular; Manuelita Fresno, Isaura Gutiérrez, Eglantina Márquez, Hilda Blancheteaux y la señora Barros. Evaristo Lillo ha hecho en “Pueblo Chico” la mejor interpretación. Jorge Infante, Gustavo Quezada, Pedro Orrego, Carlos Casasús que no tiene rival en sus caracterizaciones, Sienna, Campos, Juan Pérez y otros que no sabemos quiénes son…

Debemos también consignar que la Empresa Valenzuela Basterrica es la que estrena todo lo chileno.

En suma ¿tenemos esperanzas de poseer alguna vez cinematografía propia? Creemos que sí. Tenemos magníficos cameraman, también hay directores e intérpretes capaces de entender y expresar. Debemos apuntar que nuestras películas están orientadas en el sentido de los verdaderamente bueno. No han sido aún buenas; pero no han faltado deseos de realizarlas. Se ha fracasado mucho, pero al fin se llegará a lo definitivo, si es que la fe no decae. Desde luego, puede decirse que se puede seleccionar un magnífico elenco de artistas y producir algo bueno. Es una industria bisoña, es un esfuerzo que no encuentra cooperación, pues las empresas exhibidoras estrujan a los productoras, y los argentinos que nos traen sus curadurías, no admiten que nuestras producciones son mucho mejores que las que producen ellos.

¿Debemos tomar el escalpelo del crítico y cerrar contra los peliculeros que tanto padecen para llegar a hacer una cinta? No lo creemos, lo que debemos hacer es tratar de allanar el camino al esfuerzo. Ojalá que algún día comprendiéramos que es mejor ver una cinta mala nuestra que una mediocre yankee. Bueno sería que ahora que se trata de proteger a la industria nacional,  se obligara a las empresas a pasar las cintas nacionales, pues ocurre la circunstancia de que las empresas son rivales, y que la cinta que es estrenada por una empresa dada, no es aceptada por la empresa rival. Y claro que los chilenos nada tenemos que ver con estas rivalidades, y que ellas nos obligan a perder hasta las ilusiones.

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Una escena de «La Ley Fatal» al centro el protagonista que ha demostrado condiciones.

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 Haydée Recabarren, buena primera actriz de teatro y que hizo la dama de «Pueblo Chico…» Doña Manuelita Fresno, la primera dama de la alta sociedad que se lanzó al cine en la cinta «Almas Perdidas», de Acevedo Hernández. En esta obra demostró competencia que no ha sido superada.
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 El dibujante Délano, director de la Coke Film, que ha producido dos cintas de mérito.  Carlos Cassasús, un magnífico elemento nacional.

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