El 26 de agosto de 1896, en el Teatro Unión Central de Santiago, se exhiben las primeras imágenes cinematográficas del invento creado un año antes por los hermanos Lumiére en París. Ello incitó a anónimos camarógrafos nacionales a filmar la realidad local.
En 1900 se sabe de la exhibición de una obra corta titulada «Carreras en Viña» y dos años más tarde: «Ejercicio General de Bombas», filmado en Valparaíso con sólo tres minutos de duración. Es el material nacional más antiguo conservado. Paulatinamente las filmaciones pasaron del mero registro de la realidad a obras con una intención narrativa. Así nace el Cine Chileno.
El objetivo de esta Guía Metodológica, «Ojo con el Cine Chileno», es acercar ese mundo audiovisual a las salas de clases. La historia de la Independencia obtiene un lado «mágico» al ver el «Húsar de la Muerte»; leer y ver «Sub Terra» puede generar grandes debates; «El Chacal de Nahueltoro» puede ser el inicio de una conversación sobre delincuencia y las posibilidades de rehabilitación o «La vida de los peces» nos abre a la temática del amor y la soledad. El cine también ayuda en la formación de espectadores críticos, algo no menor si tenemos en cuenta que el 2011 fueron 915.708 los que vieron los 24 títulos nacionales estrenados, lo que corresponde solamente al 5,4% del total de público que asistió al cine ese mismo año.