El presente artículo dialoga con la tradición de estudio cultural asociado a la producción de bienes simbólicos, particularmente respecto de las formas de representación de la identidad local latinoamericana presentes en objetos mediales de distribución globalizada. En este caso se tomará como pieza de análisis el filme chileno “Sal” (2012), que se declara como perteneciente al género del western y posee un argumento acorde con el canon reconocible al mismo, pero fue dirigida por un argentino (Diego Rougier), protagonizada por un español (Fele Martínez) y chilenos (Patricio Contreras y Javiera Contador, entre otros), y cuenta con locaciones en España y Chile. Para enfrentar el análisis se emplean principalmente conceptos del sociólogo brasileño Renato Ortiz respecto de la globalización y la mundialización, así como de lo que lo que él llama desterritorialización y cultura internacional-popular. (El autor)