Vigneaux Montt nos habla de “Pájaros sin nido”
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VIGNEAUX MONTT NOS HABLA DE  “PÁJAROS SIN NIDO”

ALGUNAS ANÉCDOTAS DE LA FILMACIÓN. – UN ENCRESPADOR INDISCRETO. – LA REVELACION DEL MONO

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Encontramos al negro Vigneaux Montt, como le dice sus amigos, sentado ante una mesa de café con café y todo.

–Qué hay de esos Pájaros sin nido, negro.

–Preparando las alas están, pues amigo. Van a ser como las palomitas mensajeras de paz que llevarán en su piquito granos de comida para otros pajaritos, los de la Protectora.

–Caray, que romántico estás.

–Qué quieres, cuando uno ve obras de tanta grandeza como la Protectora se pone romántico hasta con los lustrabotas.

–Y ¿cómo es que te buscaron a tí para algo serio?

–La ley de los contrastes. Quien sabe si para que el tema saliera más sincero. Cuando uno es botado a “payaso” si se pone serie es porque lo está de corazón, y no por costumbre como los románticos de oficio. Cuando Cariola y Artuffo me pidieron el argumento casi dije que no, pero cuando fui a la Protectora y vi mil y tantos chicos, me decidí.

–¿Y cómo encontraron el personaje artístico?

–Un aviso económico en los diarios y al día siguiente había un mitin de estrellas en la puerta del taller. Sin embargo no faltó un “eminente” que dijo que aunque saliera con una carta en la película él tasaba su trabajo a beneficio de quien fuera, en mil pesos, porque tenía cartel . . . Posiblemente quería tirar un carril con la carta. Lo más difícil fue encontrar quien hiciera de criadas y viejas. Hasta las más horribles pedían escenas bertinescas  con tirones de pelo y todo.

–Y del personal escogido, qué opinas.

–Son aficionados que recibirán el fallo del público y no mío, pero aunque se tome a réclame de la película quiero hablarles de la revelación del día: Alamiro Santelices. Es un chico, mozo del teatro Novedades, que a fuerza de ver película tiene la manía de andar haciendo gestos. Lo vimos un día haciendo un bandido y lo dedicamos para el tipo protagonista. Y hay que ver al “rotito” como se porta mejor que muchos actores de cartel y polaina blanca.

–¿Alguna anécdota de la filmación?

–Hay por toneladas. Vaya una. Estábamos en pleno campo y dispuestos a filmar una escena a cargo del personaje Flor, una hermosa muchacha hija del bosque. La intérprete, una simpática muchacha, había llevado para la escena un anafe y un encrespador y si no la sujetamos sale del bosque con más rulos que de Potín [sic].

–¿A qué se debió el retrato del estreno?

A que Artuffo y Cariola, con la buena fe que les caracteriza, aceptaron los buenos oficios de algunos “técnicos” extranjeros que resultados poco “prácticos”, por lo cual resolvimos que la dirección corriera a cargo de Cariola y yo.

–Confía en el éxito de la película?

–Y triunfo, ya. Cuando le leímos el argumento a don Francisco Huneeus, como administrador de la Protectora, empezamos a notar que al hombre se le caían con toda corrección sus lagrimitas. Cariola y yo nos codeábamos creyendo que era el puro la causa . . . Sin embargo el puro se acabó y las demostraciones continuaron y el mismo don Francisco nos sacó de dudas declarando como hombre que se había emocionado . . .

Casi casi me emociono yo también con esta declaración . . . y casi se emociona Cariola al verme emocionado a mí . . . Era el primer éxito.

–¿Dónde filmaron las escenas campestres?

–En la chacra Subercaseaux.  Nos trasladamos en un camión que el señor intendente y el señor prefecto nos brindaban gentilmente. El primer día que llegó el camión policial a buscarnos, los artistas se negaron a subir porque temieron que se les fuera a tomar por reos . . .y hubo que tapar los letreros del camión.

–Sabemos que las escenas interiores constituyen una dificultad . . .

–Y tan grande, que al tratarse de filmar una escena que se desarrolla en un escritorio durante las horas de la noche, hubo que hacerse una instalación especial debido a la gentileza de la tracción eléctrica, y después que los electricistas trabajaron hasta cerca de las doce de la noche y los artistas estaban caracterizados, resultó que las diez mil bujías que teníamos para alumbrar una habitación corriente, no bastaron! . . . pues las máquinas impresionaron muy débilmente. Por cierto que todo aquel trabajo se perdió.

–¿Qué metraje tiene la película?

–El metraje primitivo fue de 600 metros según los deseos de don Francisco Huneeus cuando habló con Artuffo y Cariola, pero después de haber oído el relato que hice del argumento, don Francisco se entusiasmó y determinó que no se le cortara nada y se emplearan los metros que salieran, así resultó que Pájaros sin nido es una cinta de 1,600 metro más o menos.

–¿Qué nos dice de la protagonista?

–Nada, por cuanto en Pájaros sin nido no la hay, todos los aficionados que tomaron parte en la película hacen un papel igualmente digno de aplauso; el argumento lo hice precisamente en forma que no se destacara ninguno por lo mismo que hoy por hoy no tenemos personas, ya sea hombre o mujer, capaz de desempeñarse con felicidad en un rol tan importante como es el de protagonizar una película de cualquier naturaleza.

–Pero entendemos que con el tiempo los habrá . . .

–Es de suponerlo por cuanto la industria del cine está tomando un incremento cada día mayor y ojalá que las y los aficionados que se presenten cuando se trata de hacer una película se convenzan que en la pantalla cada cual va a ser uno de los tantos que actuará en el rol que le corresponde y no va a obrar aisladamente. En otras palabras, que nadie se crea actor ni actriz sino después que el público que los juzgue los consagre con su trabajo.

–Pero en Pájaros sin nido todos los que actúan son chilenos.

–Todos.

Había llegado el momento de despedirse. Nuestro entrevistado no daba señales de terminar su café, de manera que nos despedimos dejándolo entregado seguramente a la concepción de un nuevo argumento.

Nota: El texto ha sido transcrito respetando la ortografía que presenta el artículo original.