El tema de la cinta es tomado fielmente de un caso real y ha sido llevado a la pantalla con toda propiedad.

En nuestro público se ha dejado apreciar un marcado interés por asistir al estreno de la última producción de la “Cine Consorcio”, que estrenará hoy en ambas funciones en el Pabellón Antofagasta en la nocturna del Nacional, titulada “Vergüenza”.

Nuestros lectores ya están en antecedentes de los méritos de esta cinta por el juicio crítico que dimos a raíz de su exhibición privada, y ahora sólo nos resta recomendarla como una cinta interesante bajo todo punto de vista, tanto artístico como técnico e interpretativo.

En cuanto al drama que sirve de base a la obra, está arrancado de uno de tantos que permanecen ignorados por la opinión pública y el director de la cinta ha tenido un tino exquisito para escoger los personajes, los escenarios y los efectos fotográficos.

Nada falta en la cinta; desde el momento de emoción profunda que arranca una lágrima, hasta el chispazo de gracia que se troca en carcajada.

Por otra parte, el desarrollo de la película deja de manifiesto una honda enseñanza.

Es el caso de una mujer que sacrifica hasta la honra, lo más puro de su alma femenina, por salvar a su marido de la muerte, el que en un manicomio luchaba contra invisibles fantasmas que querían arrancarle de la vida.

 

Esta cinta nacional, puede considerarse como una nota de orgullo en medio de tantas cintas que hemos visto. Al lado de buenas producciones extranjeras, nada tienen que envidiarles; por el contrario, superior a muchas que nos han exhibido con bastante reclame y con pocos méritos.

En un párrafo anterior dijimos que esta cinta había sido confeccionada y dirigida con un perfecto sentido de la honradez artística y todo se ha sacrificado en aras de la propiedad escénica, la interpretación sobria y ajustada, y los personajes buscados con un buen gusto digno de aplauso. Como prueba de ello están Juan Pérez, Clara del Castillo, Sara Guash, Edelmira Vidal, Humberto Robledo, León Matamala y Ricardo López.

Nuestro público, que sin duda asistirá en gran número al estreno que hoy comentamos, hará una labor patriótica tomada esta palabra en el más estricto marco. Porque el sacrificio pecunario que pueda significar la compra de una localidad será recompensado con creces con el momento de arte y emoción fina, que la cinta hará pasar a los espectadores.

Se hará obra patriótica, como decíamos, porque se trata de una producción nacional y que ostenta títulos muy honrosos, que la hacen merecedora de la simpatía del público, ya sea por haber sido filmada en Antofagasta o porque los valores artísticos que posee atraerán sin mayor sugestión a gran cantidad de espectadores.

Las localidades son numeradas y están en venta desde temprano, pudiendo adelantar que ya son muchas las que están reservadas.