Tema de la semana: La cinematografía nacional. ¡Ya tenemos cinematografía!
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Señor Director:

Mucho dudamos en los comienzos del triunfo de la cinematografía nacional, pero el tiempo ha transformado nuestro pesimismo en el más franco y decidido optimismo. El cine nacional ha triunfado en Chile y, sin duda, seguirá triunfando.

El público corresponde ampliamente a los esfuerzos de los artistas y empresario llenando las salas que exhiben éstas. La crítica sincera comprende los trabajos efectuados y justicieramente aplaude cuando corresponde aplaudir y ataca abiertamente a los fabricadores del nuevo arte nacional; ya hemos visto en la forma que recibió a Ideal y Carne, a Juventud, Amor y Pecado, aunque esta última tiene méritos que contrarrestan los muchos defectos. ¿Fueron justos los ataques? Talvez; pero faltó la benevolencia, merecía mejor suerte.

«Juro no volver a amar» y «Un grito en el mar» fueron los preludios de futuros progresos. Los materiales empleados en estas producciones eran pobres; más el público las aceptó, quizás hastiado con la monotonía y exageración de las películas yanquis.

Una cualidad común tienen todas las cintas chilenas, y es la que más agrada a nuestro público. Me refiero al estudio atento de las costumbres, de nuestro pueblo que tan acertadamente son dadas a la pantalla. Allí no hay engaño, todo es realidad; los vicios, y las virtudes del roto aparecen tal como son. Su agradecimiento que llega al sacrificio; su orgullo herido que lo hace criminal. Los chistes ingeniosos y llenos de gracia, tan característicos del roto de este país. Allí vemos vibrar el alma, el corazón de un puebo que es el nuestro.

La última película exhibida es «Luz y Sombra«; no nos corresponde a nosotros juzgarla porque otras plumas más entendidas y autorizadas que la nuestra ya lo han hecho. Bástenos decir que nos agradó, que mientras la veíamos íbamos de sorpresa en sorpresa y que al terminar la función pudimos exclamar: ya tenemos cinematografía.