Raúl Ruiz, la odisea de los «tristes tigres»
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ecran3_1969_19111968.jpgRAÚL Ruiz tiene 26 años, mira el mundo en forma asaz personal y parece poseer una auténtica necesidad interior de establecer comunicación con el resto del mundo.

Su intento teatral (la obra «Dúo», estrenada por la Cía. de Las Cuatro) le probó que el teatro no le permitía llenar este objetivo. Intentó el cine. Colocado en esta órbita… necesitaba capitales para producir cualquier película.

—Se los pedí a un compañero de colegio, pero se arrepintió justo antes de que partiéramos. Con el impulso insano de la desesperación acudí a mi padre.

Tocó la puerta precisa. Entusiasmó a su progenitor (capitán de Marina Mercante) y éste a otros tres marinos que reunieron la cifra necesaria. «Tres Tristes Tigres» no es precisamente una superproducción, por lo tanto con Eº 120.000 ha bastado.

La dualidad cine-arte y cine-industria no cogió desprevenido a Ruiz, pues se preparó en el Cine Experimental de la U. de Chile y en la Escuela de Santa Fe (Argentina) para cumplir con sus nuevas  aspiraciones.

—Había que enfrentar las cosas como son y me lancé por el camino de la promoción. Pero parece que no sirvo mucho. Uno de mis primeros pasos, por ejemplo, fue llamarla a usted para que nos entrevistáramos, pero, quizás por falta de experiencia, me atrasé y no llegué a nuestra cita.

A pesar de sus retrasos, el inquieto autor sabe convencer. Así, logró no sólo «embarcar» en su película a los capitanes Serafín Selanio, Ernesto Ruiz, Enrique Reiman e Ignacio Vidal, sino también a los actores (que organizaron una cooperativa) y a José Daire, de la Distribuidora Continental Films.

LOS TIGRES

—José Daire quiso ver la película antes de distribuirla. Le mostré el copión, pero me preocupé de llevar a todos los actores para que hicieran de claque resonante y yo mismo le iba explicando cada toma al oído a don Pepe. Debo haber sido elocuente, porque le gustó. Aprovechando el impacto quise subir el préstamo de E° 15.000 a E° 26.000. Nos dio la primera cantidad. Reconozco que esta transacción fue una derrota, pero la peleamos dignamente.

«La idea de la película me vino mientras veía una escena del final de la obra teatral «Tres Tristes Tigres«, de Alejandro Sieveking. Me interesó saber cuál era la vida real de estos seres que Sieveking perfilaba y desarrollar aún puntos en los que yo chocaba con la opinión del autor. Al lanzarme a la empresa fui descubriendo hasta qué punto el cine es labor de equipo. Es necesario tener fe.

El director se impacienta por iniciar una nueva experiencia. Esta vez será un film en 16 mm. («Tuerto») que realizará con película virgen prestada v una cámara facilitada por Ricardo Moreno, de la Presidencia de la República, por tres meses. Será un experimento. En modo alguno pretenderá que se exhiba.

—No me entiendo con la gente de teatro —confiesa Raúl con su curiosa mezcla de timidez y desenfado—. En cambio en el cine, si; porque esta actividad es tanto más mecánica, tiene necesidades más reales y responde a algo tangible. Si hay rivalidades en este campo son de tipo económico y no de índole absolutamente personal. Me quedo con el cine.