En el curso de la semana pasada debió terminarse «Personajes», la última película chilena que viene saliendo de laboratorios. Se trata de un film que muestra tres episodios, todos ellos de ambiente chileno y realizados de acuerdo al sistema neorrealista, en cuanto al contenido y a la forma. El primer capitulo se titula «María», que refleja un problema social de raigambre popular; el segundo «Cosas de Arica», una comedia de contrabando; y el último, «Ojos de Gato», policial y de suspenso. Naum Kramarenko, el director del film, confía en el resultado artístico  de  su   película:

—Sería vanidoso anticiparme a la opinión del público y de la crítica, pero, con toda sinceridad, creo que hemos conseguido un trabajo cinematográfico de alta calidad —nos dijo el director—. Confío en que la película logrará emocionar y entretener, pues está realizada de acuerdo a un ritmo de permanente atracción. El problema más grave reside ahora en la distribución. Hacer cine en Chile es realmente una proeza que linda con lo heroico, sobre todo cuando —como en el caso nuestro— contamos con limitaciones de orden económico. Casi todo se ha hecho a base de corazón, de entusiasmo, de pasión por el cine. Terminada la película, y si ella es del agrado de los críticos, lo justo sería que una firma distribuidora que tuviera vinculaciones con el extranjero se interesara por exhibirla fuera del país. De lo contrario, es muy difícil esperar que cualquier film chileno se financie sólo con su explotación en nuestro país. Ojalá que tengamos suerte. Creo que la merecemos, no por lo que nuestro esfuerzo significa, sino por el porvenir del cine nacional. La única manera de salir del atolladero, por el momento, es que los distribuidores cooperen con nosotros, los productores. Hasta ahora siempre el cine ha encontrado acogida en este sentido… ; espero que a mí también  me ayuden.