Los cuadros animados del cinematógrafo

Ante un numeroso concurso de señoras y caballeros se estrenó en la tarde de ayer en un salon lateral del Teatro de la Union Central, el sorprendente aparato conocido con el nombre del cinematógrafo.

El salon tiene capacidad para 150 personas mas o menos alumbrado con luz eléctrica.

Esta luz se estingue cuando empieza a funcionar el cinematógrafo, que está colocado en uno de los estremos de la sala.

De este aparato solo aparece ante el público un telon blanco, en un marco encerrado por cortinajes, telon que tiene mas o menos, dos metros cincuenta centímetros de largo por un metro ochenta centímetros de alto.

A primera vista se diria que aquello es una pantalla en que se reproducen imájenes o personajes; pero no bien empieza a funcionar el cinematógrafo cuando se apodera del espectador la mas estraña sensacion  de luz, de movimiento y de vida que lo trasporta como por obra de májia a las mas rápidas, interesantes y variadas escenas de la vida real.

En menos de una hora pasaron ante la vista del público que asistia al estreno especial, a que había invitado el señor Prá, introductor del aparato, veinte escenas del mas perfecto realismo; en que solo faltaba el ruido y los matices del color para que la ilusion fuera completa.

Entre los primeros cuadros, llamó la atencion una escena de familia.

Los esposos asisten a la comida del primojénito, niño regalon a quien le dan la papilla reglamentaria. El niño se resiste a tomar la sopa, se apodera de unas galletas y se pone a jugar sobre la mesa, en medio del goce de sus padres. La madre sirve el té y acaricia al chico en medio del contento y de la alegría de un hogar feliz.

Tras de esta tierna escena vino el derrumbamiento de un muro que, al caer, parecia que iba a aplastar a toda la concurrencia del salon. Se veia levantarse una espesa columna de tierra que cubria a los trabajadores que hacian su tarea.

Siguió despues una escena de pujilato entre dos hombres, que anduvieron largo rato por el suelo dándose de mojicones en un parque.

El efecto del viento, al soplar por entre las hojas de los árboles, es digno de notarse en este cuadro.

De improviso apareció una bateria de artilleria de campaña al galope de los caballos. El jefe dió la órden de ¡alto! Las piezas fueron deseganchadas. En segundos los artilleros dispararon sus cañones, llenándose de humo el panorama.

Otra de las escenas de mas movimiento y vida fué el muelle de Marsella. Se ven los buques anclados, las chimeneas despidiendo grandes bocanadas negras, el ir y venir de los marineros, el llegar de los pasajeros, las disputas entre estos y los cocheros que los conducian, las mil escenas en fin fáciles de imajinar en los momentos de salir un vapor de un puerto comercial.

Desfilaron por fin escenas de baños en que se ve saltar y correr el agua y el tiritar de los bañistas, el movimiento de una calle, un incendio, desfile de batallones, etc., etc.

La ilusion que produce el cinematógrafo es perfecta, es en realidad la prolongacion de la vida. Solo falta la combinación del fonógrafo y de la fotografia de los colores para que la vida actual se perpetúe por  medio del artificio de las ciencias físicas.

La concurrencia que asistió a este estreno del cinematógrafo aplaudió sin cesar esta maravillosa invencion y felicitó cordialmente a sus introductores en el pais, los señores Prá y C.ª.

En él encontrará el público un entretenimiento agradabilísimo, uno de esos pasatiempos que impresionan dulcemente el espíritu por la belleza de los cuadros y por las maravillas que logra realizar el progreso científico del siglo.

Nota: El texto ha sido transcrito respetando la ortografía que presenta el artículo original

 

 




ANEXO: Algunas de las películas exhibidas


Repas de bébé

Demolition d’un mur

L’Arroseur Arrosé

La Mer