La técnica en el cine nacional

Señor Director: En estos últimos tiempos he visto exhibir un buen número de cintas cinematográficas nacionales, pero ni su calidad ni los artistas que en cada una de ellas se presentan por primera vez y que la réclame hace aparecer dotados de un verdadero espíritu de artistas en la escena muda, es satisfactorio.

Siempre que veo una exhibición del nuevo producto de la industria cinematográfica nacional, llego despojado de las sensaciones tan poco agradables que recibí en las exhibiciones nacionales anteriores y con un gran espíritu optimista.

En algunas películas nacionales he visto un desconocimiento absoluto de la fotografía y de los efectos que produce la luz. Contra luces pésimamente filmados y la consiguiente pérdida de los artísticos golpes de luz, poca preparación en el cameraman, material poco adecuado para este objeto, son los defectos principales que en este sentido puedo anotar.

En las escenas interiores en que se emplea la luz natural, por más que la artista posea líneas finas en el rostro, hay siempre sombras duras y por lo tanto pérdidas estéticas. Todo esto se evita con los reflectores de luz muy rica en rayos actínicos.

En las películas nacionales muy pocas veces se han usado estos progresos de la cinematografía moderna, seguramente debido al costo de los reflectores y a lo poco fácil que es su empleo. Para conseguir provecho con su uso no se requiere un perfecto conocimiento de su manejo, sino un gusto artístico capaz de producir arte con la disposición de la luz.

Ciertas empresas, es de reconocer, han alcanzado un marcado progreso en este sentido. A este respecto pienso que para un trabajo cinematográfico debería cada firma filmadora contribuir con sus elementos, formándose así una estrecha unión entre las empresas.

Filmando escenas en lsa regias habitaciones que existen aquí en Santiago se evita en gran parte el uso de fondos que casi siempre son muy caros. Otra falta que no se ha reparado en el cine nacional es la de tratar de filmar ciertas escensa que requiere paisajes en la capital. Mucho mejor se prestarían los del sur de Chile, Si no se ha hecho esto es por el costo que demandaría a una empresa el traslado de sus conjuntos a esas regiones. Se ha olvidado talvez que el público sabría apreciar debidamente este esfuerzo.

No debe ser el lucro la finalidad que debe perseguirse con la cinematografía nacional. Nuestro anhelo debe ser producir verdaderas obras de arte, capaces de competir con las europeas.