La exhibición privada de la película serenense “La Señal de la Cruz”
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Una agradable sorpresa fue para todos los que tuvimos el agrado de asistir ayer a la exhibición privada de la hermosísima película serenense “La Señal de la Cruz”.

Esta película de carácter netamente regional es de una factura irreprochable, tanto por la forma como los noveles artistas interpretaron sus diferentes roles, como por la nitidez de las fotografías, la hermosura de los paisajes y la corrección del argumento.

Las primeras escenas se desarrollan a la llegada de un tren de pasajeros a la Estación de La Serena para continuar después con hermosos panoramas tomados en los fundos cercanos a la ciudad, en los que los protagonistas hacen derroche de gracia, de buena posesión escénica y de un lujo artístico que si no es superior, puede igualarse a la de cualquiera de las mejores películas norteamericanas. Hay una persecución en que toman parte ágiles jinetes y carabineros que parecen verdaderos centauros. Nosotros pensamos en las películas de cowboy que tanto agradan a nuestro pueblo, y con orgullo pensamos también que en nuestra tierra hay jinetes tan hábiles y osados como el más osado cowboy.

La parte sentimental, amorosa, por decirlo así, es llevada dentro de un estricto marco de corrección y si en verdad, aparece, como en la vida real, el eterno Don Juan, pronto éste recibe su castigo.

Las escenas dramáticas conmueven profundamente, y todo esto, unido a la trama general de la cinta mantiene al público en una constante atención, porque todas las escenas son de gran interés, de gran valor dramático, desarrolladas con tal limpidez que permiten apreciar hasta los menores detalles.

Otras escenas bellísimas son las que se desarrollan en una jarana completamente a la chilena en la que no falta el huaso bizarro y bien montado, la muchacha alegre y jacarandosa, el futre aniñado, la veterana llena de malicia, el tradicional potrillo y las no menos tradicionales cuecas con arpa, guitarra, tamboreos y huifas.

Para hacer admirar la gallardía de nuestros carabineros no podía haberse elegido mejores papeles que los que se desarrollan en esta cinta regional.

Nuestra vida de provincia, nuestros campos, los bellos paisajes de los bosques, fundos y del río Coquimbo, aparecen en visiones sucesivas que entusiasman y nos hacen conocer a muchos, cuanto de hermoso tiene la naturaleza en estas tierras de sol que han inspirado a tantos poetas.

Y así va la película desarrollándose, causando intensa emoción; el drama de la vida al que todos estamos sujetos sin que sea posible evitarlo, lleva el dolor a un alma generosa que en un excesivo amor a la honra de la familia rueda envuelto en las mallas dolorosas de la imputación de una culpa…

Todos los que asistimos ayer a la exhibición privada de la película regional “La Señal de la Cruz” no tuvimos, sino aplausos muy sinceros para los esforzados artistas señores Valck, Martin y Santana, quienes secundados por un conjunto de entusiastas amantes del arte mudo han hecho el mayor esfuerzo cinematográfico del país, consiguiendo con éxito filmar la película más hermosa, tanto por su argumento, como por el desarrollo fotográfico, cuya nitidez no nos cansamos de repetir, que está a la altura de las mejores películas extranjeras.

El público de la provincia podrá apreciar dentro de poco el valor artístico de esta bellísima película y con su asistencia a los teatros premiará el esfuerzo laborioso, inteligente y constante de estos artistas chilenos que han venido a abrir en esta región una nueva industria que ya no es solamente propia del país del dólar, dando así campo a que numerosos amantes del cinematógrafo exhiban entre sus connacionales las dotes que le adornan.

Las más efusivas felicitaciones a los señores Valck, Martin y Santana y al conjunto de aficionados que mediante su entusiasmo y su trabajo han dado ocasión para que la cinta “La Señal de la Cruz” sea una bellísima realidad.

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