La Cinematografía Nacional
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Es un hecho incontrarrestable que tenemos ya implantada en nuestro país la cinematografía nacional. Y este hecho halagador para nuestros sentimientos nacionalistas, debe hacernos meditar un poco a fin de que este esfuerzo inicial no vaya al descalabro o al fracaso definitivo.

Nuestro público ha demostrado por la producción chilena un decidido apoyo y es así como cada vez que se anuncia una película chilena concurre en gran número a estimular con su aplauso y asistencia el trabajo de los pionners de este arte e industria. Y este entusiasmo lo demuestra además con el apasionamiento con que discute la labor de los artistas y de los directores, cosa que no hace por cierto con las películas extranjeras, aunque muchos sean inferiores en calidad a las nuestras.

Esto mismo es lo que nos hace escribir estas líneas para aconsejar a nuestros productores que no abusen de este patriótico afán del público de ver películas chilenas, haciendo producciones mediocres, sino que por el contrario, esto, debe servirles de aliciente para procurar pulirse y hacer obras más completa tanto en los aspectos técnicos como artísticos.

pantallas4_01031926.jpgEs necesario que haya una selección de los intérpretes, quienes deben ser instruídos en la manera de presentarse correctos a posar ante la lente cinematográfica.

Nuestros inespertos intérpretes creen que su simpatía basta y sobra para triunfar. No, es necesario que comprendan, que el público desea ante todo ver labor honrada y correcta y que el día que se aperciba de que esto no sucede en el cine, este irá al fracaso definitivo que tuvo nuestro teatro y que hoy se trata de levantar.

Es necesario que se termine con esa labor múltiple y enciclopédica de algunos entusiastas quienes se toman los puestos de autores, directores, protagonistas y hasta de cameraman. No, el cine, más que ningún otro arte necesita del especialista y es así como esa labor polifacetica debe ser hecha por varias presonas, ya que este acaparamiento acarrea defectos y da monotonía a las películas. También es de desear que los que se consideran «estrellas» comprendan que aún no dominan por completo al público y no traten de imponer su simpatía a la fuerza tomándose los roles principales en todas las películas.

El público quiere ver caras nuevas, que le den sensaciones nuevas y que además lo ilusionen con la esperanza de ver al artista completo de nuestro cine.

Y por sobre todas las cosas lo repetimos, el público protejerá a nuestra cinematografía mientras esta demuestre estar encauzada por senderos de honestidad artística y que reflejen el anhelo de perfeccionamiento que todos anhelamos.