SUEÑA MI AMOR.- Teatro Santa Lucía.- Leo Marini, Chela Bon y Lilianette.- Musical.

Hollywood, con su riqueza y recursos, puede darnos films musicales en tecnicolor y con profusión de escenarios fastuosos. En Chile debemos concretarnos a nuestros medios y hacer una cinta musical agradable en un clima más íntimo. Y esto es lo que han realizado los productores de esta nueva cinta nacional -de capitales independientes, para mayor riesgo-. Su esfuerzo ha sido compensado al dar vida a un film simpático, con ritmo ágil y saturado de agradables melodías y atrayentes canciones. Leo Marini es un muchacho que se crió en un orfelinato y cuya voz lo hizo ascender a la fama, olvidando a la novia de su infancia, y se desenvuelve bien. El tema, de por sí cinematográfico, ha servido a Eugenio de Liguoro para mover las escenas musicales y los momentos de emoción. Tiene especial colorido de “vaudeville” que interpretan Leo Marini y Lilianette. El trabajo de los intérpretes es pareja y Chela Bon revela más naturalidad que en sus anteriores films, Plácido Martín encarna con sobriedad el maestro del asilo. Alejandro Misle tiene un desempeño grato, no obstante ser su primer trabajo cinematográfico. La música de Leo Koke -orquestada por V. Bianchi y Federico Ojeda- es de gran calidad, infundiéndole una suave ternura. En Ojeda y Bianchi deben fijarse los productores nacionales. Sus fondos musicales son magníficos. Orlando Cabrera Leiva, pese a las restricciones en el argumento que impone un film musical, escribió un tema atrayente y de diálogo fluido.

EN RESUMEN: Se ve con gusto. Tiene melodías gratas y hermosas canciones, con una trama simpática.