Entrevista a Pachi Bustos y Jorge Leiva, directores de Actores Secundarios
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El Comienzo.

Cómo se produce su acercamiento al género documental y a quiénes reconocen como sus influencias.

Pachi: En mi caso, yo estuve haciendo un Master en España. Un Master en documental de creación en la Universidad Autónoma de Barcelona y ahí me acerco de frentón al cine documental. Antes habíamos tenido experiencias en conjunto trabajando en televisión comunitaria, que de alguna manera también es un tema importante para nosotros, que nos acercó a esta idea de mostrar realidades, de contar historias. Pero básicamente fue en el Master. Y de referente lo primero que conocí fue Patricio Guzmán, sus películas La Batalla de Chile; En Nombre de Dios; La Memoria Obstinada; esas tres películas me marcaron harto. Y después otras cosas, los clásicos de documentales que pude conocer.

Jorge: Lo mío se produce paralelo con lo de ella, tiene que ver con el trabajo que hicimos en videos populares y después fuimos conociendo documentales. Siempre hemos dicho que ver e ver documentales en Chile no es fácil porque no hay… bueno ahora sí. Pero por lo menos hasta los ’90 no había mucha difusión ni disponibilidad de ver documentales. Los documentales del Pato Guzmán estaban vetados acá o prohibidos y no se distribuían más que de mano en mano. O sea, el documental marcó durante los ’90 la misma distribución que en los ’80: de mano en mano, medio clandestino. Y después, ya en el 2000 con la llegada de más gente, con la llegada del DVD, Michael Moore y todas esas cosas, el género se hizo más accesible. Y además nosotros estuvimos en España, donde tuvimos la posibilidad de ver hartas cosas que no habíamos visto jamás acá.

Pachi: Nosotros hicimos juntos en España un documental para un canal de televisión allá, fue lo primero que hicimos, que se llama América Latina en Tres Actos, una película que intentaba retratar cómo los españoles miran Latinoamérica, estas miradas que son de repente un poco de caricatura, o la ven como una tragedia o la ven como la revolución o la ven como una de caricatura, más humorística: Eso fue el primer acercamiento que tuvimos al género documental. Y después llegando acá nos pusimos a trabajar en Actores Secundarios y ahora estamos en el tercero que es sobre Los Ángeles Negros.

La Gestación de Actores Secundarios

Cómo fue el proceso de realización del documental, la construcción del guión. Cómo se fue desarrollando el proceso de hacer el documental.

Jorge: El documental se trabajó con una investigación que duró harto tiempo y ahí trabajamos los cinco (Marcela Betancourt, Pachi Bustos, Jorge Leiva, Mireya Leyton y René Varas), que somos amigos y nos juntamos a hacer el documental y hacer otras cosas también.

La idea del documental surge en una reunión de amigos.

Pachi: Exactamente. Sí, tomando onces un día, acordándonos de las historias de la Media, de esas anécdotas que siempre salían a relucir. Estábamos justamente viendo un Teleanálisis, a propósito de otra cosa, y apareció uno u otro personaje y empezamos a recordar esas historias, además nosotros que veníamos llegando con ganas de hacer un documental. Y nos dijimos: pero bueno, entonces contemos esta historia. Y la empezamos a hacer, así, con nuestros medios.

Jorge: Investigamos, entrevistamos a mucha gente. Hicimos entrevistas a 50 ó 60 personas. Nos dividimos el trabajo entre nosotros, hacíamos informes, nos juntábamos. Y luego, a partir de eso empezamos a estructurar cómo íbamos a contar la historia. Al final resultó una narración más o menos cronológica porque era la forma más fácil de expresarla, porque en realidad la historia del movimiento tiene una historia cronológica que permite ser contada dramáticamente. O sea, el movimiento crece, crece, crece, decae y se acaba. Entonces es perfecto porque estaba el hilo dramático.

Pachi: Había momentos para climax …

Jorge: Estaba presentada la estructura dramática ahí, sola, no había nada que hacer: Presentación, Desarrollo, Desenlace y Final.

Pachi: Que de la misma manera, a nuestra concepción del guión, lo que le pasa al movimiento de estudiantes secundarios, es lo mismo que le pasa al país, que de a partir del ‘83 – ’84 empieza a organizarse, a movilizarse. Hay momentos más álgidos a partir del ’86, pero después también empieza a decaer, ya después del Plebiscito la Transición, es lo que le pasó a este movimiento también.

Jorge: Lo que pasa con el movimiento estudiantil, nos dijeron eso en uno de los tantos foros a los que fuimos, es lo que a harta gente le pasa y es que se consideran actores secundarios sin ser estudiante secundario. O sea, que en este proceso de la democracia chilena que crece, que convoca a mucha gente, a muchas organizaciones pero llega un momento determinado en que llega la democracia y corta. Las organizaciones son apartadas y se les dice “bueno, váyase para la casa. Si tiene militancia le podemos dar un puesto, pero si no tiene militancia, váyase para la casa nomás”. Esa es una historia en la que se refleja la gente también. Por ahí, yo creo se podría explicar por qué le fue tan bien al documental. Ahora, yo creo que al documental le fue bien pero, ¡¡tampoco le fue tan bien!!. Tampoco vamos a decir que fue un fenómeno masivo, esto no es Machuca ni El Chacotero Sentimental, nada. Es un documental que pegó en cierta gente, que interesó más de lo que interesa un documental comúnmente. Pero no se trata de un fenómeno ni de un acontecimiento masivo sino un documental que pegó más de lo que acostumbran a pegar los documentales.

En el proceso de realización de Actores Secundarios, qué fue lo más complejo y qué lo más placentero, lo más interesante.

Jorge: Lo más complicado fue tratar de condensar toda esa historia en la hora y media que dura el documental. Porque es una historia que tiene demasiadas aristas, que tiene demasiada gente que quiere hablar, tiene demasiado protagonistas. Entonces, era complicado establecer un documental donde, primero, no hubiera protagonistas sino tratar de que el que cuente la historia sea un colectivo, un grupo de personas, no hay… bueno al final uno se destaca por sobre otros, pero en general, es la historia del grupo completo. Pero tampoco es muy homogéneo como aparece en el documental. Entonces, era difícil contarla así y eso fue super complicado, fue super duro y eso implicó estar sentado en la sala de montaje durante horas. Lo placentero fue trabajarlo, fue trabajar este documental como se trabajaba antes. Nosotros que veníamos de los ’80, fue tener esta especie de lógica de juntarse con amigos y hacer una cosa bien militante, bien ordenadita, bien trabajada. Y re-encontrarse con ese mundo y encontrarse con viejos amigos que no veíamos hace tiempo y provocar encuentros entre ellos también. O sea, hacer verle a esta comunidad, que fue la que vivió la enseñanza media durante los ’80, que todavía teníamos cosas en común, que teníamos una mirada hacia el mundo que todavía nos podía importar. Eso fue, una mirada en común que podíamos compartir todavía, una hermandad que no se había roto. Y eso fue super bueno, fue bueno porque este documental fue recibido como un regalo para esa generación.

Pachi: Claro, fue el placer de rescatar esa historia también, porque es una historia que estaba muy encerrada. A mí personalmente que no fui parte del movimiento, como otros amigos de este grupo, me apasionaban mucho estos cabros (jóvenes, adolescentes) entre 15 y 17 años, que estaban ahí con ese nivel de compromiso, con ese nivel de pasión por lo que hacían, de riesgo vital. Y en el fondo contar esa historia. Abordarla hoy día, saber en qué estaban hoy día. Un poco como miraban para atrás esa experiencia, todo eso fue super… Fue un trabajo largo, porque fue extenso, estuvimos prácticamente tres años trabajando en esto, pero fue muy entretenido, fue muy gratificante, en verdad.

Qué es lo que quedó fuera de la historia del movimiento estudiantil en Actores Secundarios.

Jorge: El documental está definido como una mirada y no como la historia del movimiento secundario. Siempre decimos lo mismo: este es el mapa y no el territorio. También es imposible dar una muestra muy clara. Lo que quedó afuera fueron episodios de este movimiento que no pudieron ser abordados con la profundidad que se habría requerido, nos habría encantado abordar más casos. Contar lo que fue la prehistoria-prehistoria del movimiento en los inicios de los ’80, antes del ’84, antes que se armara el COEM. Hay una historia donde participan Carolina Tohá, Alejandro Goic y un montón de otros dirigentes, que después brillan en la universidad. Y lo que pasó después del ’87 con la venida del Papa, después del atentado a Pinochet decae la movilización social, pero el movimiento secundario como tenía su propia lógica, se mantiene super activo. El año 88, es un año en que se produce una gran cantidad de tomas, la “metradas”, que son movilizaciones para obtener pasaje escolar en el metro, siguen habiendo marchas callejeras, siguen habiendo actividades juveniles: la semana pingüina, por ejemplo. Eso quedó fuera porque sentimos que de alguna manera con lo que se había contado antes esa historia, ya estaba contado. Ya sabíamos como eran las tomas, ya sabíamos como eran las marchas. Lo que pasó con el movimiento en general es que decayó y en el fondo dejamos algunas cosas omitidas, en cuanto a los detalles historiográficos, pero intentamos abordar todos los motivos, todos los valores que atravesaron el movimiento. Lo transversal más que lo lineal. Tal vez, a lo mejor, falta que alguien haga una tesis de este movimiento y establezca realmente lo que pasó, qué tipo de movimiento fue en el contexto histórico-social, si este movimiento tiene algún símil en otra parte de la historia de Chile, o en otra parte del mundo. Como estos movimientos son movimientos fugaces, porque duró 6 ó 7 años y además muy desinteresado. Yo no sé si habrá movimientos políticos que tengan esas prioridades, donde la gente actúe no por fin de tomarse el poder y luego quedarse con un cargo y administrarlo, sino por la sencilla razón que hay que cambiar esta sociedad que no estaba bien. Que había que cambiarla y no estábamos preparados para administrarla tampoco.
Pero además con la pasión, con el amor y con la entrega que solamente se puede hacer en la adolescencia. Está todo ahí, lo que viene después… si después no viene nada, si aquí se acaba todo y tengo que jugármela toda y si es necesario ir a una toma, subirte a un techo y tengo que hacer cosas mucho más peligrosas que hizo otra gente, porque está todo ahí. Ese tipo de pasión no sé si se vea hoy día.

El mito de la lucha estudiantil

El documental ha provocado que al referirse a la movilización política estudiantil de los ‘80 el foco se traslade del ámbito exclusivamente universitario al de la generación adolescente de la secundaria.

Jorge: Sí, yo creo que en este caso sí, este documental se adelantó porque es una historia que nadie había contado.

Pachi: Y que merecía ser contada. La recepción que ha tenido por parte del público, de la crítica, de los estudiantes, a través de liceos y universidades demuestran que s un tema que ha impactado. Que es una realidad que debía ser conocida porque ha llamado mucho la atención, ha provocado mucho. O sea, para nosotros es algo impactante lo que ha pasado con la película. Hemos estado en un montón de foros, nos invitan permanentemente a liceos, a colegios, a universidades. Hay una ansiedad, por conocer más cómo era esta historia y una sorpresa, porque cómo es posible que esta historia no se hubiera contado antes.

Jorge: Y llama la atención sobre todo y es claro que lo digamos… sobre todo el tema. Cuando vamos a un foro, como dice la Pachi, en general las preguntas van por el lado “Oye, y cómo era el movimiento en esa época”, de “cómo eran las tomas”, “ustedes tenían permiso de sus padres para ir a las protestas” y “cómo era andar con las molotov”. En realidad nadie nos pregunta “cómo hicieron el documental, cómo investigaron, cómo fue su acercamiento al tema, cómo trabajaron el guión». Nadie. Lo que más nos preguntan es concretamente eso. Lo que más llama la atención es haber rescatado esta historia. Este documental tiene ese mérito, haber rescatado esa historia más que el trabajo documental mismo, brilla más porque es una historia que había estado olvidada.

El documental y la historia que cuenta, se han transformado en una suerte de mito urbano.

Pachi: Sí. Para nosotros realmente el documental, como dices tú, se ha transformado en una especie de mito, porque nosotros a veces estamos un poco cansados de Actores Secundarios, de toda esta cosa que se ha generado en la gente que fue parte del movimiento y de la que no fue parte. Porque, estamos a casi un año de su estreno y no para. Y los primeros meses sobre todo, a través de la página web que hicimos, llegaban cartas de Chile y del mundo diarias de distintas personas, que habían sido parte del movimiento. Un poco como catarsis, ¿no? Yo creo que hay un tema que no está resulto para parte de esa generación, que tiene que ver con las cosas que hizo, que pensó, que soñó en esos años y que hoy día, en el fondo, en esta sociedad, en este sistema hay un gran vacío.

De todas manera, se ha ido produciendo un auge del género documental, que se vean más documentales de un tiempo a esta parte.

Jorge: Y eso tiene que ver también con el éxito de actores secundarios. O sea, hoy día hay muchos documentales chilenos buenos hechos durante… finales de los ’90 principios de los 2000 que también rescatan la memoria y lo hacen muy bien, a nuestra opinión desde Volver a vernos; Mi hermano y yo; En algún lugar del cielo, son documentales que rescatan historias que tienen que ver con la dictadura o con lo que pasó después y que no contaron con el contexto que tuvo Actores Secundarios, que fue bueno. Y además tiene una narración «más de documental» y, a lo mejor, más difícil para el público en general.

Pachi: Pero lo que yo creo, de lo que sí nos sentimos responsables es que Actores Secundarios ha abierto una puerta, en el sentido que los documentales sí pueden ser vistos por un público más amplio. A nosotros también nos ido super bien con el DVD, hay un interés. Estuvimos más de 8 meses en cartelera ininterrumpidamente. Lo mismo le pasó a Malditos (documental de Pablo Insunza) con menos tiempo, pero de alguna manera el documental puede ser visto, puede pasar más de una semana en una sala y eso es importante. Allende (documental de Patricio Guzmán) ahora superó todas las expectativas, pero eso es muy bueno. Yo creo que para adelante abre muchas puertas. Un documental puede ser entretenido y puede ser visto como una película, igual que una película de ficción.

En este sentido los canales de distribución y exhibición se abren o el documental sigue siendo un género de festivales.

Jorge: Creo que ahora puede ser que se empiecen a abrir un poco más. O sea, lo que pasó con Actores Secundarios, si hubiésemos ido el año pasado a esta altura del año, cuando teníamos Actores Secundarios listo, al cine Hoyts nos habrían dicho que un documental no, jamás. En cambio si fuéramos ahora no nos tratarían así, porque saben que convoca gente, gana premios, vende.

Pachi: De hecho TVN ya lo compró y a partir de marzo empieza a exhibir todo un ciclo en la Cultura Entretenida con documentales chileno. Entonces yo creo, que es super bueno para el género que se estén abriendo esas ventanas.

Documental y Memoria Política

Creen ustedes que el género documental le entrega una mirada distinta al proceso de transición política.

Jorge: Yo siento que los documentales, en general los últimos como Malditos, el nuestro sí la tienen. Tienen la posibilidad de contar historias que no se cuentan en otra parte. Eso son los grandes méritos de los documentales que uno intenta hacer, que son documentales que se acerquen a episodios de la historia de Chile que no son vistos, que no han sido vistos y están ahí. Entonces en ese sentido, nosotros la transición la mostramos de otra forma y por eso nos gustó hacer Actores Secundarios también. Lo que pasó después de la llegada de la democracia, se refleja en el documental y eso tiene que ver con una mirada que no se había mostrado.

Pachi: Yo creo que eso es importante, que hay otras películas anteriores que en el fondo también abordan los ’80, incluso los ’70, pero siempre aparece la imagen de La Moneda, el bombardeo, el Golpe de Estado. Son como muy antiguos, en el fondo no avanzan a lo que está pasando hoy día.

Yo creo que la gracia de nuestro documental o de Malditos es que tienen una mirada crítica respecto a la realidad que vivimos y al país que se ha construido a partir de los ’90. Nosotros nos sentimos orgullosos de no haber puesto ninguna imagen de La Moneda, del bombardeo a La Moneda.

Situamos a los personajes en hoy día, en el año 2004, cuando fue el estreno. Hoy día qué está pasando con ellos, en qué ciudad se desenvuelven, cuáles son las calles que cruzan, cómo miran para atrás los acontecimientos.

Jorge: Por eso se va a la feria artesanal. A ver, éramos así, pero ya no somos así, esto ya pasó. Y entender qué pasó.

Hay algo de desencanto en Actores Secundarios.

Pachi: Yo creo que sí. Es inevitable y fue una de las cosas que generó más polémica entre la gente de la Media que la vio. En algunos había una sensación de derrota hacia el final con lo que ellos no se sentían identificados. Pero por nuestra parte como equipo, como línea editorial sí sentimos, de alguna manera, que como proyecto político era un fracaso evidentemente. Y eso muestran nuestros personajes y se refleja en parte en el documental.

Pero probablemente, en términos humanos, de las cualidades de las personas que sobrevivieron durante todo este tiempo hay un triunfo, porque siguen siendo personas buenas, comprometidas. Pero con respecto a lo que se quería, al país que se soñaba, el país que se quería construir, el proyecto político, no. Fue un fracaso.

Jorge: Hay fracaso, como dice la Pachi, con el proyecto político por ejemplo que lo decía Dago, que tenía que ver con la sociedad que soñabas, no resultó. Pero el proyecto personal no fue el derrotado sino el político. Yo creo que uno aprendió en la Enseñanza Media a construir relaciones sociales profundas que estuviesen basadas en la solidaridad, en la búsqueda del beneficio de todos, de valores. Y esa lógica no fue derrotada, que es una lógica que uno lleva a todas partes y trata de reproducirla. La gente que estuvo en la Media, que parte de este movimiento, trata de reproducir esta lógica a los contextos donde llega. Yo trato de llevar esta forma de relacionarme con la gente, esta forma de construir proyectos, esta forma de dibujar la relación social a mi trabajo, a mi lugar de estudio, a mi familia. Y por ahí no fui derrotado. Pero ahora si pensamos que queríamos una sociedad sin clase, con acceso igualitario a la salud, a la educación, donde los ancianos no estuviesen mendigando una pensión, y no lo logramos, entonces perdimos. En ese sentido fuimos derrotados, porque la sociedad que queríamos construir no se construyó. Es como un partido de fútbol, fuimos a jugar un partido de fútbol y salimos derrotados. Eso no significa que nosotros estemos muertos y como jugadores de fútbol no podamos seguir jugando. Significa que perdimos ese partido. Eso es lo que el documental trata de decir.

Cómo ven ustedes la relación entre Documental y Memoria Política.

Jorge: Yo no sé si los documentales como género y me encantaría que así fuese, ayuden o contribuyan a recordar la historia política y simbólica del país. Me encantaría que el documental contribuyera a eso, pero a veces siento que el documental no basta. Puede ser una ventana, pero el documental implica que la gente que se interesa por él, ya es gente que quiere recuperar la memoria. Hay, probablemente, una gran mayoría que este tema no le interesa. Insisto este país no tiene memoria, a la gente se les olvidan las historias… o peor aún, no se olvidan, pero no les importan.

Pachi: Pero, yo creo que con Actores Secundarios pasó algo distinto, nos abrimos a un universo de gente que está más allá de la gente que tiene conciencia que es importante rescatar la memoria. Por lo menos, sí estaba en nuestras intenciones rescatar esta historia. Hay gente que lo hace escribiendo libros o haciendo otro tipo de actividades: Y nosotros la rescatamos haciendo películas, creo que es una buena forma, era nuestra intención rescatar esta historia política y salvarla del encierro y del olvido de donde estaba.

Jorge: El documental es un aporte a un país que, en general, se niega a tener una memoria política.

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