Control de estrenos: «Uno que ha sido marino»
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Film chileno producido y dirigido por José Bohr. Argumento y diálogos: Eugenio Retes. Guión: René Olivares. Fotografía: Andrés Martorell. Ayudante de cámara: Mario Ferrer. Sonido: Eduardo Andersen. Decorados: Carlos Godefroy. Maquillaje: Julio Erraztti. Intérpretes: Eugenio Retes, Hilda Sour, Arturo Gatica, Eduardo Naveda, Eva González, Rolando Caicedo, Andrés Gallo, Elena Morena, Plácido Martín y Arturo Gozálvez.

El Mayor mérito de este nuevo film chileno es la destacada actuación de Eugenio Retes. Anima un personaje que hace reír constantemente por la gracia de sus gestos, la intención de sus palabras y el ingenio de sus recursos. El personaje que compuso el actor refleja exactamente ciertas características del “roto” chileno: Retes aparece simpático, mordaz, humano, tallero, emprendedor. Es el “roto” autodidacta, que sueña con ser culto, que disimula su ignorancia hablando con palabras difíciles, cuyo significado ni siquiera sospecha, y que ansía la superación intelectual aún antes que la material. Explotando este personaje-auténticamente real-,Retes hace gala de una nutrida variedad de recursos y de una gama expresiva de gran riqueza emocional. Tanto éxito logra en su nuevo tipo de “Verdejo”, que su categoría se nivela a la de cualquier cómico de prestigio universal.

El argumento de la película es ingenuo y arbitrario. Abunda en una serie de coincidencias que no siempre resultan dignas de crédito, pero que hacen reír, como se pretende. En las películas cómicas no se exige verosimilitud, sino una serie de situaciones divertidas que sean realmente graciosas. Y esto lo tiene el film.

Los personajes centrales son dos “rotitos” a quienes no les sonríe la fortuna y que pasan por una serie de incidentes-absurdos, pero entretenidos-hasta convertirse en dos grandes magnates de la finanzas. Hay de por medio un asalto a un banco y una cartera llena de billetes-encontrada como por casualidad-,que hace la prosperidad de los pobres diablos.

El diálogo es chispeante, gracioso.

El guión del film está descuidado. La primera secuencia es larguísima. No se nota en el transcurso de la cinta la sucesión del tiempo.

En términos generales la interpretación es acertada. Además de la espléndida actuación de Retes, a que ya nos referimos, debemos destacar la labor de Hilda Sour, natural y atractiva; Arturo Gatica, sobrio y Eduardo Naveda, convincente y sin afectación. El director supo manejar bien a los intérpretes, sacando de ellos el mayor provecho posible.

La fotografía, términos generales, muy buena, especialmente algunos exteriores que muestran la ciudad de Santiago y sus más bellos edificios. El sonido acertado.

Los decorados resultaron pobres y sin ambientes. Excepto la habitación de los “rotitos”, que está muy bien, no alcanzan a cumplir su misión ni la sala de baños turcos, ni la peluquería, ni el café de la esquina.

Resumiendo, podemos decir que “Uno que ha Sido Marino” es una comedia sumamente graciosa, con algunas casualidades un poco inversímiles, muy bien actuada y de correcta factura técnica.