CONTROL DE ESTRENOS: “Sueña, mi amor”
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CON los inconvenientes de presentar en la pantalla a un astro de la canción, sin antecedentes dramáticos en su carrera artística, se ha filmado “Sueña, mi Amor”, la primera película de la nueva empresa cinematográfica “Sudamérica Films”. En el desarrollo de la cinta se han agrupado todos los valores ya conocidos que se emplean en el cine norteamericano para filmar películas musicales. Un argumento agradable y sin mayores pretensiones, muchos números musicales y la presentación de escenarios naturales e imaginados. La dirección se mantiene en un ritmo lento, que a veces perjudica la actuación de los artistas, exigiéndoles la repetición de gestos, como ocurre en muchas escenas interpretadas por Chela Bon. Sin lugar a dudas, es esta figura juvenil de nuestro cine la que logra la mejor actuación de la cinta, realizando un trabajo como hasta ahora no lo había conseguido en sus anteriores presentaciones cinematográficas. La pequeña aparición de Anita Mirlo, personificando a Chela Bon cuando pequeña, es otro de los aciertos interpretativos de la película. Leo Marini y Lilianette, no logran convencer como actores. Leo Marini, escaso en recursos dramáticos, tiene, sin embargo, una enorme facilidad para provocar risa, manteniendo su personaje dentro de una ambigüedad que perjudica mucho sus momentos serios, en lo que el público no sabe si mantenerse en silencio o reírse. Sin duda, su atracción sigue siendo su voz. Lilianette, con poca facilidad para hablar castellano, realiza también un tipo forzado para ella, no consiguiendo convencer en muchas de las escenas fuertes de la película en que le toca actuar. El personaje que el público recibe con mayor agrado es el estudiante interpretado por Hugo Miller, que aparece filosofando en cada momento culminante de la acción.

Los números musicales de la cinta, sin ningún sabor nacional, recuerdan el montaje de escenas de películas de Mickey Rooney, Judy Garland y Betty Grable. Las canciones son agradables y la interpretación que de ellas realizan Leo Marini y la orquesta de Federico Ojeda, son en realidad la atracción máxima de la cinta. “Sueña, mi amor” es una película mediocre, que gracias a la atracción de Leo Marini conseguirá un gran éxito comercial. El trabajo de laboratorio de la cinta es regular en los cambios de escenas, esfumaciones y playbacks.