CONTROL DE ESTRENOS: “Esperanza”
Películas relacionadas (1)
Esperanza (1949)
Personas relacionadas (2)

Película argentina realizada en los estudios Chile Film. Presentada por los sellos «Chile Films» y «Sur Cinematográfica Argentina». Con el apoyo de la Corporación de Fomento; Jefe de industrias; Ingeniero Danilo Poklepovic; Gil Sinay, presidente del Consejo de Chile Films, y Rene Olhaberry, gerente de Chile Films. Producción de Manuel Peña Rodríguez. Dirección: Francisco Mujica y Eduardo Boneo. Argumento: Eduardo Borras y Enzo Ardigó. Decorador: Mario Vanarelli Segundo decorador: Héctor del Campo. Iluminación: Edgar Eichorn. Cámara: Ramiro Vega. Sonido: Eduardo Andersen. Compaginación: Nello Melli y Luis Bañados. Maquillaje: César Combi, Adriana Aldunate y Juan Cruz. Jefe técnico de laboratorios: Roberto Schmidt. Intérpretes: Jacob Ben Ami, Silvana Roth, Ignacio de Soroa, Ricardo Passano (h), Malvina Pastorino, Enrique Chaico, Lautaro Murúa, Bernardo Perrone, Fanny Fischer, Aída Alberti etc.

(Los rubros técnicos en los que aparecen dos o más nombres, no realizaron su labor en forma simultánea, sino que uno en pos del otro.)

LA cinta cuenta la historia de un grupo de inmigrantes que llegan a Argentina a colonizar unas tierras de la provincia de Santa Fe, a las que bautizan con el nombre de Esperanza. Las vicisitudes por que atraviesan en su propósito de organizar una aldea desaniman a algunos grupos, los que al final son convencidos por la decisión y el empuje de Carlos Jolliot y su familia. Una vez que han fundado este pueblo, el argumento se decide por seguir la vida de este último inmigrante hasta la hora de su muerte. Los incidentes de su vida van marcando lentamente el progreso material que mereció su esfuerzo. Todo esto esta salpicado de pequeñas anécdotas que ocurren a muchos de sus personajes. El proceso resulta confuso, pues abarca la his­toria de casi cincuenta años. En general, la trama es floja. Da la impresión de que la intención primera fue realizar un canto al esfuerzo y al sacrificio que resultan triunfalmente victoriosos, pero solo se logra una triste, oprimente y angustiosa historia de una familia que nunca fué feliz en una tierra que -al parecer- siempre les resultó extraña.

La interpretación es buena en general, destacándose, sin duda, la actuación de Jacob Ben Ami, en quien descansa la responsabilidad de casi toda la película. Este actor estuvo sobresaliente, dando una pauta exacta de sus virtudes en su interpretación de la última escena, la que -por lo demás- es la única de todo el film que realmente emociona. Citemos también los nombres de Aída Alberti, Silvana Roth, Enrique Chaico y Malvina Pastorino. Todos los demás -como ya lo dijimos- estuvieron bien. (Roberto Parada, a quien se nombra en los títulos, no apareció en la copia que vimos el día del estreno. En cambio en la première sus escenas fueron incluídas.)

El tratamiento empleado en «Esperanza» resulta ingenuo y de una técnica primitiva. Da la impresión de que es el actor quien domina a la cámara, la que se ve obligada a seguir sus pasos, construyendo, en cada caso, un perfecto escenarlo teatral, negación absoluta de la técnica del encuadre cinematográfico. La intención del film -noble por cierto- se tergiversa por el ritmo lento y agotador impuesto por el director. Hay una serie de escenas que se prolongan más de la cuenta, mientras otras -en cambio- reclaman una mejor atención y una más larga explicación.

La emoción se supedita a lánguidas es­cenas, sin contenido artístico. Como la película abarca tantas épocas de la vida de los personajes, la transición debió haber sido clara y específica, lo que no ocurrió en este caso. La inclusión de la voz del narrador en varios pasajes para evitarse la solución cinematográfica de este defecto, nos pareció –también- ingenua. Hay mu­chos personajes, que habiendo sido objeto de una preferente atención en determinados pasajes, desaparecen sin saberse ya más de la suerte que corrieron. Por ejemplo, la ciega (Fanny Fischer.)

La iluminación es dispareja. Mientras en exteriores hay algunas escenas muy bien logradas, en interiores -en cambio- hay momentos claros y otros francamente difusos. En general, la fotografía no cumplió el papel dramático que le está asignado en el desarrollo de un film.

Se logró perfectamente una ambientación argentina.

La música estuvo bien.

En resumen: Realizada con un criterio cinematográfico primitivo. Se pretendió hacer una epopeya y resultó apenas una modesta cinta anecdótica.