Cine por A.R.M. Operación Alfa
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Producción: Chilena

Dirección: Enrique Urteaga

Guión: Jorge Cancino, Ana María Pavela, Olinto Taverna, Enrique Urteaga

Fotografía: Diego Bonacina

Intérpretes: Leonardo Perucci, Norman Day, Juan Carlos Bisototto, Armando Fenoglio, Rubn Unda, Andrés Rojas Murphy, Héctor Lillo, Eliana Vidal, Beco Baytelman, Rafael Benavente, Martín Andrade, Jorge Guerra, Mario Montilles, Maritza Dalton, Peggy Cordero.

Censura: mayores de 14 años

Cines: Bandera y Gran Avenida.

Si el torpe y repudiable asesinato del general René Schneider le ha servido al Presidente Allende para ir arrastrando –como un Django cualquiera- el cadáver del desaparecido militar, en cada uno de sus múltiples discursos políticos, como una delas consignas destinadas a desviar la atención de las masas de los arduos problemas económicos provocados por la Unidad Popular, no es de extrañar que los marxistas, conocedores del poder de penetración que tiene el cine, se hayan apresurado a realizar un film sobre el mismo tema, el que, dada la forma en que se ha enfocado, puede considerarse dentro de la campaña publicitaria preeleccionaria de los sectores de Gobierno.

Y sus realizadores son bastante francos, al advertir en el programa que se reparte a la entrada del cine: “Conscientes del difícil momento político que vive el país y sabiendo exactamente la importancia que tiene el cine como medio de comunicación de masas, es que resolvimos rodar “Operación Alfa”, en os días en que toda acción, todo gesto, toda palabra, adquieren un color, un compromiso político inequívoco, en horas de cambios que corren hacia la liberación, hacia el socialismo”.

Más claro, echarle agua.

De manera que nos preparamos para ver una película “comprometida” y “concientizadora”, como la mayoría de las que estamos viendo semana a semana, desde que comenzamos a vivir en “un mundo de fantasía”.

Pero una cosa es una cinta concientizadora y otra muy distinta una cinta idiota. Y para quien vea” Operación Alfa”, con la frialdad del espectador normal, no le quedará ninguna duda en qué lugar encasillarla.

La acción comienza con la llegada a una elegante mansión, de un senador a quien llaman Raúl (Leonardo Perucci) acompañado de Guillermo Carey (Juan Carlos Bistotto). El anfitrión es otro senador al que llaman Pancho (Norman Day). Un largo periodo de esta escena está destinado a mostrar la forma sibarita en que los tres le daban el bajo a unas langostas, o se paladean varias botellas de whisky escocés. Como suponemos que el director argentino Enrique Urteaga ha querido caracterizar al senador Francisco Bulnes, con el empalagoso personaje de Norman Day, y lo más posible es que nunca haya estado en casa del senador o conozca mayormente sus costumbres, podría resultar comprensible que por dar una imagen de “una clase corrompida”, su personaje se asemeje mucho más por su afición a las exquisiteces culinarias y el buen scotch al ocupante de Tomás Moro 200 que al parlamentario nacional, que llega a ser aburrido por su sobriedad.

Pero, por lo que nos enteramos a continuación, y mientras los tres contertulios siguen consumiendo Chivas Regal, es que el motivo de la reunión es estudiar la forma de evitar que el Compañero Allende, recién elegido en las urnas con un tercio de los votos, llegue a la Moneda.

Y mientras Pancho, con rostro mefistofélico, va proponiendo algunas soluciones, la cámara nos va mostrando en rápidos flashes algunas tomas de la euforia de la UP, la noche del 4 de septiembre; y la reacción que este triunfo provoca en los grupos de oposición, como la de un señor que lee “El Mercurio”, en su cama, y al ver una foto de Tomic, abrazando a Allende en su casa de Guardia Vieja, exclama: -Y este h… fue el primero en ir a saludarlo…;o la dueña de fundo (Eliana Vidal), que durante toda la película aparecerá dando unos alaridos pidiendo acabar de una vez por todas “con los rotos de m…”

Y mientras se alternan algunas escenas reales de concentraciones, desfile de las cacerolas y discursos de Allende, con otras actuadas, que hacen reír al público por la falsedad con que están filmadas, se va mostrando cómo “la reacción” recurre al general Viaux (Rubén Unda) para que salve sus intereses y a la Patria.

Junto al general, al que se muestra como un bufón, al igual que al coronel Igualt (Rojas Murphy) irán desfilando los personajes que el público conoce a través del bullado y publicitario proceso. La unión de una escena con otra, para aprovechar de hacer chistes con juegos de palabras, llegan a tal chabacanería, que harían sonrojar de vergüenza al más mediocre autor de sketches en un teatro revisteril de barrio.

Tanto es así que el máximo desborde de ingenio en la cinta, lo constituye la presentación alternada de la estriptisera Maritza Dalton, con un discurso en televisión del ex ministro Andrés Zaldívar (Jorge Guerra), humor que llega a su punto culminante cuando se hace coincidir la caída del bikini, con una frase del ministro sobre el gran capital.

Como al parecer, las imágenes no son suficientes para la concientización, el director, copiando el sistema dela gran mayoría de los films cubanos, superpone frases, que nada tienen que hacer en las escenas, tales como: “La CUT advierte al pueblo que la reacción no ha muerto”, “ITT”, “CIA”, etc.

Después del berenjenal de escenas, que sólo han servido para que el público quede bastante más ignorante sobre el “caso Schneider” que antes de entrar a la sala, la cinta finaliza con algunas tomas del último paro nacional y un letrero: “La Unidad Popular avisa que la sedición está en marcha”.

¿Y cómo mi general Prats dice que el país es una taza de leche?

A lo mejor no ha visto la película y prefiere ver cine.

EN RESUMEN: para hacer cine y comer pescado… hay que tener mucho cuidado.