Cine criollo: Barrio Azul
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Cine criollo

“BARRIO AZUL”, PESIMA

Nosotros creíamos que no se podría hacer una película más mala que…”Canción de Amor” la primera musicada, pero muda que hizo Page Bros Films el año 1930 o que El hechizo del trigal”. Ambas, especialmente la última, sin embargo tenían buenas fotografías. “Barrio Azul” no tiene enfoque de mérito.

Fue estrenada hace tres días en el Teatro Baquedano y en la propaganda previa, sus productores se ocultaron prudentemente en el anónimo.

-¿Quién “hizo” esta película? Se ha preguntado muchos.

-¡Misterio, señores, misterio!

A pesar de que el infatigable entrevistador de “Las Últimas Noticias” Gandulez, piadosamente dice que no hay que juzgar las producciones nacionales con la misma severidad que las extranjeras, nosotros queremos ensayar una “crítica cinematográfica” porque contrariamente a lo que él opina nosotros creemos que no estamos en la “época de la cooperación y del estímulo”, y que nuestro cine no está dando sus primeros pasos: comenzó a darlos hace muchísimos  años conjuntamente con el teatro casi, y hay recuerdos de buenas películas mudas que fueron estrenadas hace más de quince.

Hay que decirle ahora a lo malo malo y desengañar más aúm desenmascarar a los audaces como único medio de hacer profilaxia en arte. Los tanteos y los ensayos deben dejarse para los laboratorios y los estudios, y sólo debe presentarse al público la realización madura.

“Barrio azul” es un paso atrás en nuestra producción cinematográfica. Su argumento, si argumento puede llamarse, carece de interés y de originalidad. Su “autor” ha tratado de conseguir el fácil aplauso de las galerpias explotando como lo hace el político choclonero, el problema del capital y del trabajo. Pero el guión está tan mal hecho que el público caso no se entera de lo que sucede.

La labor de los actores, salvo la de Rogel Retes, Orrequia y Palmira Fernández, es mala. Nose puede trasladar del micrófono a la pantalla a artistas que no tienen ninguna experiencia escénica. Incluso Rogel Retes hace muy mal  en doblar un papel: muere en una de las primeras escenas de la película como padre de unos de los protagonistas y después aparece haciendo un borracho.

El “fardo” musical no desmerece al resto de la película: es un cocktail de discos viejos con trozos de Canción de Yungay de la Marsellesa y de la Canción Nacional.

Total, un conjunto de mal gusto y enabacanería.

Tanto que hay dos escenas, la primera en que una muy chacha rica seduce a un obrero y la otra en que aparecen ambos en una pieza y ella le pregunta: “¿Quedaste satisfecho?”.

De ahora en adelante cuando alguien me pregunte: ¿Qué tal  la situación política?

-No tan mal como “Barrio azul”, le contestaré.

EL TRASPUNTE INDISCRETO.

Nota: El texto ha sido transcrito respetando la ortografía que presenta el artículo original.