Cine-Arte de la UC
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El fracaso de la mayoría de las películas chilenas se debe, más que al dinero, a la falta de capacitación técnica de sus realizadores. En los últimos films nacionales hemos visto gruesas fallas no imputables a la pobreza.

ercilla3_17111965.jpgLa labor del Instituto Fílmico de la Universidad Católica tiene en este sentido un valor apreciable para el futuro cinematográfico chileno. Desde hace algunos años, un grupo de jóvenes dirigidos por Rafael Sánchez, S. J., se han dedicado al perfeccionamiento de este actividad.

La exhibición de sus cuatro cortos en el Teatro La Comedia (todos los lunes) tiene, pues, un valor especial e importante: mostrar que en Chile existe un grupo humano organizado y con conocimientos suficientes para hacer realidad el deseo de que en nuestro país se produzcan películas de calidad técnica y artística.

Los dos primeros films son de diez minutos de duración cada uno, y pertenecen a René Kocher (33 años), cameraman, director de fotografía y profesor del Instituto, y Patricio Guzmán (24 años), ayudante de director del padre Sánchez. Los dos siguientes, de treinta minutos cada uno, son del cineasta jesuita (45 años).

El de René Kocher es una especie de reportaje burlesco del centro de Santiago, en plena congestión hace crisis en las esquinas de cada manzana, y de ahí su nombre de “La Esquina de la Manzana”. A través de bien elegidos ángulos, de un buen y rápido montaje, y de efectos especiales producidos con la cámara acelerada y fotografías fijas, Kocher demuestra un evidente sentido del ridículo, logrando momentos de franca hilaridad. La iluminación sería, quizás, el punto más débil.

Patricio Guzmán titula “Viva la Libertad” una sugerente historia narrada, con 650 dibujos estáticos, hechos en cartulina y con lápiz grueso de tinta negra. Es una labor esencialmente de montaje, para demostrar que, aunque el cine se exprese cada vez con más elementos el montaje sigue siendo, como lo afirmaron hace varios lustros los teóricos del cine, la base de este nuevo arte.

Rafael Sánchez, en sus dos documentales, “Faro Evangelistas” y “Chile, Paralelo 56”, da testimonio del dominio técnico alcanzado por su Instituto. Son películas bien filmadas, con planos seriamente estudiados, claros en su exposición, y con logros fotográficos de calidad.

Aunque “Chile, Paralelo 56” presenta vistas bellísimas del extremo sur de nuestro país, y nos descubre zonas desconocidas para la mayoría, “Faro Evangelistas” es la pieza más acabada y de más madura realización de este grupo de films. Con un riguroso orden didáctico, se cuenta un viaje del patrullero “Lautaro”, de nuestra Armada, a un faro inhóspito ubicado al oeste de la salida norte del Estrecho de Magallanes. La unidad dramática y el medido dominio del ritmo se destacan en esta obra.