Alacranes del cine chileno
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No merecen otro calificativo, los que queriendo dar prueba de sabios, empuñan cualquier arma para atacar la industria cinematográfica nacional.

Ahora estos sabios y críticos improvisados, la han emprendido con «Hombres del Sur«. Para estos parásitos de la prensa sin prestigio, y también para los chacoteros de la Radio (Hora Afónica), no hay un sólo metro pasable de mi película, ni como argumento, dirección e interpretación, absolutamente nada.

Para ellos todo es malo, pésimamente malo; lo curioso del caso es que mientras ellos atacan, el público acude en cantidad cada vez más numerosa a ver la película. Curioso. ¿No es cierto?

Lo más sorprendente todavía es que ese público sale hablando mal, no de la película, sino de los detractores de ella.

Para aprender a hacer crítica, por qué ustedes no siguen los pasos de los señores: Daniel de la Vega, Yáñez Silva, Luis Tagle, Miguel Munizaga, Pedro J. Melbrán, Gustavo Campaña y otros cuyo nombres no recuerdo, quienes al hacer su crítica sana y desapasionada señalan los defectos, alentando al mismo tiempo.

Estimo que con esa crítica honrada, como la de los señores mencionados, se defiende la cinematografía nacional, no con ataques envenenados, que muchos lo hacen con el afán de lucir sus nombres anónimos y sin prestigio alguno en columnas de diarios y revistas.

A esos críticos de utilería, les digo lo siguiente: Vayan a los Estudios nacionales, compenétrense de los medios de trabajo y de los elementos técnicos con que se cuenta; de todas las dificultades que hay que vencer, de la incomprensión de la mayoría. Tomen en cuenta que en la premiere de «Hombres del Sur«, la película iba sin cortar, para así poder cumplir el compromiso contraído de estrenar esa noche. Piensen de qué se trata de la primera cinta de la empresa de que forman parte. Acuérdense que las que se hicieron en otros países para empezar fueron peores que «Hombres del Sur«. Ustedes en vez de atacar tan sin consideración, debieran guardar sus armas para bien de la cinematografía chilena.

Soy el primero en reconocer que mi película tiene defectos, por ser la primera, pero el público, supremo y único juez, ha comprendido el esfuerzo realizado y nos favorece con su asistencia. No necesitamos más.

 

JUAN PEREZ BERROCAL

SANTIAGO, MAYO DE 1939