Alejo Alvarez: el pionero del western a la chilena
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El afuerino (1971) Tierra quemada (1968)
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Aunque muchos lo repitan, Sal no es el primer western del cine chileno. La película de Diego Rougier estrenada este fin de semana, trae a escenarios locales una aventura contemporánea, inspirada en clásicos del género. Es un western moderno. Todo lo contario de las películas hechas por el pionero Alejo Alvarez, el verdadero director del primer western del cine nacional.

Cuando en 1968, Alvarez estrenó su película Tierra quemada, su intención era hacer un cine popular, adaptando elementos de las películas del Oeste y del cine de charros, hecho en México, a personajes y situaciones locales. Con El afuerino, realizada tres años más tarde, insistió con su idea de hacer películas de western a la chilena, pero en pleno campo chileno, con huasos y cuecas.

Nacido en 1913, a los 20 años y de manera autodidacta comenzó una carrera en radio y teatro. Su nombre real era Alejandro Angelini, pero se lo cambió, según contó su esposa, Ana María Binimelis, "porque pensaba que para hacer cine nacional se debía tener un nombre más apegado a la realidad local". En el cine debutó como actor en la cinta El hechizo del trigal, en 1938; y luego, como director de La hechizada (1950), ambientado en el campo chileno.

En 1968, dirigió y escribió Tierra quemada, de la que también fue protagonista, junto a Tennyson Ferrada y Pedro Messone. Fue el propio Alvarez el que promocionó la película como "el primer western del cine chileno". En ella se narraba la pugna entre dos familiar: los Valladares y los Vilches, los malos de la película, decididos a quitarle las tierras a sus enemigos.

Según Carlos Ossa en su libro "Historia del cine chileno" (Quimantú, 1971), Tierra quemada recurre "a golpes bajos, a descomunales matanzas (en las que sobraban varios  tarros de pintura roja), a la incorporación de canciones, a personas arquetípicas que, sin  embargo, no caracterizaban  a nadie. El filme era solo la acumulación  de  sucesivas carencias".

La película fue estrenada el 26 de agosto de 1968, es las salas Central, Real, Continental, Sao Paulo, Oriente, San Diego, San Martín y Portugal, y aunque no tuvo buenas críticas, sí contó con el interés del público. Fue todo un éxito de taquilla en su momento, llegando a los 117 mil espectadores (ese mismo año, Tres tristes tigres, de Raúl Ruiz, hizo 17 mil).

Con El afuerino, quiso repetir la fórmula de mezclar folclor chileno con el western italiano, tan en boga. Nuevamente Alejo Alvarez era guionista, actor, director y además, autor de la música original, acompañado en el elenco por Hilda Sour, Lucho Córdova, Pedro Messone y Violeta Vidaurre. Era una historia de ajuste de cuentas, que revisada hoy en día, deja claro el entusiasmo del realizador, así como un acercamiento lleno de ingenuidad al cine de acción y aventuras. El protagonista regresa a su pueblo y se ve envuelto en una intriga que incluye peleas en un bar y hasta cuatreros, pero siempre con un toque criollista y pintoresco.

Como dice Julio López Navarro en "Películas chilenas" (Pantalla Grande, 1994): "El libreto, que trata de ofrecer una estampa de amor y venganza, es primario e insustancial. En muchos momentos el filme resulta cómico cuando se supone dramático, y viceversa. Los actores, en su mayoría provenientes del medio teatral, gesticulan y sobreactúan".

Alejo Alvarez –quien además fue un destacado dirigente gremial-, falleció de un infarto cerebral en febrero del 2002. Su cuarto y último largometraje lo había estrenado en 1983: Cómo aman los chilenos, fue otra cinta "pionera", pero de las comedias de temática sexual, como El chacotero sentimental o Sexo con amor. Fue otro éxito de público, pero duramente castigado por la crítica.

Claro que eso, a él, le importaba "un bledo", como expresó en una entrevista: "lo que sí me importa es la respuesta del público, que ha sido excelente (…) Yo hago cine porque me gusta, no sólo por ganar dinero. Si fuera por eso, vendiendo churros me iría mucho mejor."