Silvio Caiozzi
Asistente de dirección / Dirección / Dirección de Fotografía / Guion / Montaje / Producción / Producción Ejecutiva / Producción asociada /
Nacimiento
3 de julio de 1944
Santiago, Chile
Es descendiente de una familia italiana. Atribuye su pasión por las imágenes a su abuelo, que era fotógrafo de plaza pública..Muy niño sus padres le regalan una proyectora, y él goza viendo las películas de Charlot. “Que me perdone Chaplin –cuenta en una entrevista- pero acelerando, deteniendo, girando en reversa la manivela de mi juguete-obsesión yo lograba que el gran bufo de todos los tiempos actuara como yo quería”. En 1964, al termino de sus estudios secundarios, viaja a Estados Unidos y en 1967 se gradúa en la Universidad de Chicago en la especialidad en Comunicaciones, Mención Cine y Televisión. De vuelta en Chile, sus  experiencias iniciales en el cine las vive al lado de Helvio Soto, a quien considera su primer maestro. Con él trabaja como asistente de dirección en sus primeros películas y como director de fotografía en sus obras mayores. Ambos constituyen una productora de cine y publicidad. Hacia fines de los 60 se destaca como director de fotografía y camarógrafo de otros cineastas nacionales importantes, como Raúl Ruiz y Aldo Francia, cumpliendo además esas mismas funciones en películas filmadas en Chile por realizadores extranjeros: Estado de sitio, de Costa Gavras y Los soles de isa de Pascua, de Pierre Kast.

Trabaja también en televisión en los años de la Unidad Popular, lo que le permite asistir a “eventos históricos impresionantes”, según sus palabras, “mientras las piedras y las balas pasaban muy cerca de mis orejas cuando tenía la cámara en mis manos”. Cuando se produce el golpe de Estado tenía ya en marcha su primer proyecto como realizador, la película A la sombra del sol, en que se cuenta la historia real de una pareja de violadores que es castigada, al modo de Fuenteovejuna, por los habitantes del villorrio que los ha acogido. Codirigida con Pablo Perelman, se estrena en 1974, cuando apenas está comenzando el largo período de la dictadura militar. Pese a las dificultades, Caiozzi, a diferencia de la mayoría de los otros cineastas, no abandona el país. Se concentra en el trabajo publicitario, y en tres años, entre 1976 y 1979, logra terminar Julio comienza en julio. En el libro La voz de los cineastas, de Mónica Villarroel, el realizador cuenta que “en un comienzo, a la hora de filmar, optamos por avisar a Carabineros y a la Central Nacional de Informaciones. Inmediatamente aparecieron unos señores de civil y los invitamos al rodaje. Estuvieron dos días, lo pasaron bien, después se aburrieron por las repeticiones y se fueron”. La película cuenta una historia, ambientada a comienzos del siglo veinte, de una poderosa familia de terratenientes, en que el padre, omnipotente y autoritario, decide agregar entre otras enseñanzas previstas para su primogénito, la de su iniciación sexual. Aparte de sus reales méritos artísticos, “muchos creyeron ver en el relato –dice J. Mouesca en Cine chileno, veinte años-- una tentativa de crítica social de las clases pudientes, lo que no dejaba de ser una audacia para una producción chilena que se exhibía en 1979”. En un período en que la represión es muy dura y en que el vacío cultural alcanza uno de sus puntos más altos, el público le brinda una gran acogida. Obtiene en 1979, el Colón de Oro y el Premio de la Crítica en el Festival de Huelva; y recibe a nivel local diversos galardones otorgados por entidades ajenas a los organismos oficiales. Aunque algunos objetan su validez, la Municipalidad de Santiago, la elige en el año 2000, por votación pública, como la mejor película chilena del Siglo Veinte.

Caiozzi, entretanto, no cesa de trabajar en publicidad, que es el apoyo financiero que le permite continuar su labor como cineasta. Durante su estancia en Huelva traba relación con José Donoso, y de sus largas conversaciones con el escritor y la relectura de sus obras, surge una relación de trabajo que se prolongará durante un largo tiempo. El novelista le proporciona un guión que Caiozzi filma en video, con el grupo teatral Ictus, el mediometraje, Historia de un roble solo (1982). En video también, y en ese mismo años, realiza La Candelaria, un corto argumental. Pero la relación con Donoso ha quedado ya establecida, y trabajando ambos en el libreto, años después, realiza La luna en el espejo, que para muchos críticos es la mejor película realizada hasta ahora por Caiozzi. Aunque la inicia en 1984, sólo se estrena seis años después. Muchos la ven como “la gran metáfora de la dictadura”, el intenso relato de “una sociedad sometida a los dictados de una tiranía y enfrentada cuando ésta desaparece a la dificultad de recobrar su andadura propia y libre”. Aunque la presencia del “sello donosiano” es abrumadora,Caiozzi hace notar su impronta personal; no hay planos gratuitos, y el juego de luces y sombras, la preocupación por el detalle y los objetos, y el minucioso perfeccionismo puesto en la cuidada y refinada ambientación, contribuyen decisivamente a la creación de la atmósfera claustrofóbica y decadente de la historia.  No es menor el aporte que ofrece el notable elenco de intérpretes: Gloria Munchmeyer –la mujer del solitario trío de actores, únicos personajes del film—logra en el Festival de Venecia de 1990 el premio a la mejor actuación femenina del torneo. Fuera de eso, la película obtiene una gran cantidad de importantes galardones  en La Habana, Trieste, Cartagena (Colombia), Montevideo. Es, junto con La frontera, de Ricardo Larraín, el film chileno más premiado internacionalmente.

En 1998, a solicitud de una familia amiga que ha perdido a uno de los suyos durante el período de la dictadura, filmalos diversos episodios de la entrega de sus restos, hallados años después de su desaparición, en octubre de 1973. Fernando ha vuelto es el único documental filmado por Caiozzi, en que “el tema de los derechos humanos parece hallar, por fin, una síntesis cinematográfica maestra”.La cámara sigue con meticulosidad casi quirúrgica la recomposición de los huesos encontrados, como tantos, otros, en el Patio 29 del Cementerio General de Santiago. “Registra la operación paso a paso y muestra las reacciones crecientes de angustia contenida de los deudos, y un clima de dolor insoportable, de congoja sin palabras rodea las escenas culminantes, llevando al espectador al borde mismo del horror”(J. Mouesca).

En el 2000, el cineasta retoma el tema donosiano, llevando a la pantalla con guión suyo y del escritor la novela Coronación. Drama de atmósfera claustrofóbica, que muestra en una mansión que apenas recuerda su lujo y esplendor de otro tiempo, la pugna entre dos mundos: el de la decadencia y la ruina representado por una anciana rica y poderosa, pero enferma y al borde del fin, y su hijo, un viejo cínico libidinoso, enfrentados a sus sirvientas, que encarnan el mundo popular. Uno de los méritos de la adaptación es haber superado la visión sesgada que Donoso tiene en su literatura de los personajes del “del pueblo”, que en la película logran un singular relieve. Se ratifican en Coronación la ya reconocidas cualidades del trabajo de Caiozzi: la meticulosa puesta en escena, la sobresaliente fotografía, el notable desempeño de actrices y actores. Bien recibida por críticos y los espectadores, el film obtiene, tal como los anteriores, un merecido reconocimiento en festivales de cine nacionales e. internacionales. En el se 2004 ratifica que Caiozzi es, en palabras del crítico Ascanio Cavallo, “el más persistente exegeta fílmico” de José Donoso.

Inspirándose en el cuento del escritor, Naturaleza muerta con cachimba, rueda su primera comedia, Cachimba, que tiene sólo un discreto eco público. Según el mismo crítico, es “por su vocación idiosincrática”, la más ambiciosa comedia  del cine chileno, un “esfuerzo manifiesto por ser el retrato de algunas miserias locales por aproximarse al mundo popular, al Chile del chileno medio”. Fuera de su trabajo como realizador, el cineasta ha sido un incansable activista de la causa por obtener de las autoridades chilenas el apoyo necesario para coadyuvar a la puesta en marcha de una industria fílmica nacional. Ha sido Presidente de la Asociación de Productores de Cine y Televisión, y como Presidente de la Plataforma Audiovisual de Chile, es uno de los artífices que logró la aprobación parlamentaria en el 2005 de la Ley del Cine, que se prevé herramienta fundamental para el fomento de la actividad cinematográfica. Es en la actualidad miembro de número de la Academia Chilena de Bellas Artes.

(Por Lucía Carvajal, extraído del "Diccionario del Cine Iberoamericano"; SGAE, 2011)

Filmografía Chilena
Dirección (10)
Largometraje de ficción
Cachimba (2004)
Largometraje de ficción
Largometraje de ficción
Cortometraje documental
Largometraje de ficción
Largometraje de ficción
Cortometraje de ficción
Largometraje de ficción
Largometraje de ficción
Incubus (1967)
Cortometraje de ficción
Asistente de dirección (1)
Largometraje de ficción
Guion (6)
Largometraje de ficción
Cachimba (2004)
Largometraje de ficción
Largometraje de ficción
Cortometraje documental
Largometraje de ficción
Largometraje de ficción
Producción ejecutiva (2)
Largometraje de ficción
Largometraje de ficción
Producción (3)
Largometraje de ficción
Cachimba (2004)
Largometraje de ficción
Largometraje de ficción
Producción asociada (1)
Largometraje de ficción
Dirección de fotografía (9)
Cortometraje documental
Palomita blanca (1973, 1992)
Largometraje de ficción
Largometraje de ficción
Largometraje de ficción
Largometraje de ficción
Largometraje de ficción
Largometraje de ficción
Cortometraje de ficción
Largometraje de ficción
Montaje (5)
Largometraje de ficción
Cachimba (2004)
Largometraje de ficción
Cortometraje documental
Largometraje de ficción
Cortometraje de ficción