Roberto Parada
Actuación /
Nacimiento
15 de septiembre de 1909
Concepción, Chile
Defunción
19 de noviembre de 1986
Moscú, URSS
Actor. Muestra desde niño sus grandes dotes histriónicas y como recitador, y más tarde, sus condiciones como cantante lírico. Sigue algunos cursos para formarse en esta disciplina y participa en zarzuelas y otras piezas musicales, llegando a integrar el coro de la Compañía de Operetas de Pietro Maresca. Esta experiencia desarrolla en él su interés por el escenario teatral, que lo lleva a convertirse en 1941, junto a Pedro de la Barra, María Maluenda, Rubén Sotoconil, Agustín Siré y otros, en uno de los once fundadores del Teatro Experimental de la Universidad de Chile, conglomerado que renovará radicalmente los estilos y repertorios del espectáculo teatral chileno, inaugurando en este dominio una nueva era. Por entonces logra el título de profesor de Inglés, tras un largo período en que su participación en una huelga estudiantil le había significado una larga suspensión como alumno del Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile. Dueño de un versátil dominio del juego escénico, asociado a una voz rica por sus matices y potente sonoridad, muy pronto su nombre sobresale como actor de  carácter, convirtiéndose en una figura destacada de las tablas nacionales. Durante años cumple una notable labor participando en obras de Shakespeare, Bernard Shaw, Calderón de la Barca, Priestley, Pirandello, Bertold Brecht y muchos otros autores. Memorable es su actuación como el Comendador en Fuenteovejuna, de Lope de Vega, así como el papel protagónico en El sirviente, de Harold Pinter. Por su papel como el Capitán Izquierdo en Montserrat, de  Emmanuel Robles, es elegido por la prensa especializada como el  mejor actor teatral en el año 1950. Con María Maluenda, que se convierte en su esposa mientras ambos cumplen una misión de estudios y trabajo en Gran Bretaña, se convierten durante años en la voz viva de la poesía de Pablo Neruda, participando a lo largo de Chile en innumerables veladas de recitación de sus poemas. La pareja forma una perdurable unión artística y sentimental gravitante en la vida cultural del país.  Parada debuta en el cine en los años 40, período que no se distingue por la calidad de las películas nacionales. Su primera incursión la realiza en El último día de invierno, mediocre filme que ni siquiera llega a exhibirse  comercialmente. Luego aparece en un papel secundario en Hollywood es así, dirigida por Jorge Délano (Coke). En Si mis campos hablaran, de José Bohr,interpreta el papel de Vicente Pérez Rosales, autor de la obra en que se inspira lejanamente el filme. A comienzos de los años 50 trabaja con el realizador francés Pierre Chenal, que filma en Chile El ídolo. Pasan casi diez años –un período particularmente pobre de la producción cinematográfica nacional- antes que vuelva a aparecer en la pantalla, esta vez en Deja que los perros ladren (1961), de Naum Kramarenco, con quien vuelve en  1967 en un celebrado filme de suspenso, Regreso al silencio. Antes que sobrevenga, tras el golpe de Estado, el largo silencio en que se sume el cine nacional, filma con Helvio Soto Voto+fusil. Explora entre tanto otros derroteros artísticos: radioteatros, teleteatros, sin abandonar lo propiamente suyo. Cuando en 1979 cumple 70 años, realiza una memorable representación de la Apología de Sócrates, en una adaptación de María Maluenda,en que el monólogo del filósofo se convierte en una tácita diatriba contra la dictadura de Pinochet. El mundo de la creación audiovisual se ha refugiado, luchando contra sus carencias, en el formato video, y Parada participa, realizando destacadas actuaciones, en Historia de un roble solo, de Silvio Caoizzi, y en  Sexto A 1965, de Claudio di Girolamo, en que interpreta el papel de un profesor que emprende la búsqueda de uno de sus alumnos, desaparecido  tras ser detenido por la policía. En 1983protagoniza Ardiente Paciencia, de Antonio Skármeta, filmada en Portugal, donde caracteriza a Pablo Neruda, realizando la más importante actuación cinematográfica de su carrera. Gran amigo del poeta y conocedor cercano de su intimidad, más el hecho de haber tenido con él un notable parecido físico, hacen de su interpretación de Neruda un fenómeno de la ficción fílmica irrepetible. El año, 1985, en que filma con Di Girolamo está presentando además en el Teatro Ictus lo que será su última participación en la escena teatral, Primavera para una esquina rota, obra basada en textos de Mario Benedetti. En plena representación recibe la información de que el cuerpo de su hijo, José Manuel Parada, que ha sido detenido días antes por la policía de la dictadura, acaba de ser encontrado degollado en un camino de las afueras de Santiago. El actor no suspende la función, pero el impacto brutal que le produce la noticia resiente definitivamente su salud. Se traslada el año siguiente a Moscú para hospitalizarse, y fallece allí en medio de la consternación del medio artístico y de los círculos democráticos nacionales.

(Por Eliana Jara, extraído del "Diccionario del Cine Iberoamericano"; SGAE, 2011)

Filmografía Chilena
Actuación (14)
Largometraje de ficción
Largometraje de ficción (exilio), Película del exilio
Largometraje de ficción
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Largometraje de ficción
Largometraje de ficción
Largometraje de ficción
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Cortometraje documental
El ídolo (1952)
Largometraje de ficción
Esperanza (1949)
Largometraje de ficción
Largometraje de ficción
Ayúdenos (1945)
Cortometraje documental
Largometraje de ficción