Director de Fotografía. Camarógrafo. Estudia en el Colegio Alemán y en la Escuela de Arte de la Universidad Católica. Desde muy niño trabaja con su progenitor como asistente de cámara, y a los dieciséis años se desempeña ya como camarógrafo en el largometraje Gracia y el forastero, dirigido por Sergio Riesemberg. A partir de 1973 colabora con su padre como camarógrafo o director de fotografía en los numerosos documentales realizados por éste por encargo de los organismos del gobierno militar, y realiza él mismo otros, la mayoría de ellos de carácter publicitario. A mediados de los años 80 participa como director de fotografía en dos largometrajes argumentales, Hechos consumados (1984), y Consuelo, una ilusión (1987), ambos dirigidos por Luis R. Vera. Con posterioridad se ha concentrado en las labores del laboratorioque fundara con su padre en 1978.

(Carlos Orellana, extraído del "Diccionario del Cine Iberoamericano"; SGAE, 2011)