Autor y actor teatral y cinematográfico y uno de los pioneros del cine mudo chileno. Cuando se recibe de odontólogo en 1885, nada parece indicar que pronto abandonaría esta profesión para dedicarse de lleno al teatro, ya sea  formando actores o como integrante activo de un grupo de creadores que intenta fundar una dramaturgia nacional. Finalmente se convierte en profesor de estética e historia del teatro en el Conservatorio Nacional de Música, y publica, El arte  de la declamación y Tratado completo del arte del buen decir (1907). Pero son los años en que el cine pugna por encontrar un camino de desarrollo, y la Compañía Cinematográfica del Pacífico, que ha empezado a producir noticiarios y formar una red de distribución en todo el país, se contacta con él para  que  prepare un cuadro de actores y dirija películas de ficción. Urzúa acepta y realiza Manuel Rodríguez, que se estrena en septiembre ded 1910, durante los actos conmemorativos del primer siglo de vida independiente del país. Es la primera película argumental chilena de que se tenga conocimiento. De veinte minutos de duración, dividida en dos episodios, se desconocen los nombres de quienes formaban parte del equipo técnico, aunque ha sido posible rescatar algunos pormenores que el propio Urzúa detalla en un artículo de la revista Cine Gaceta en 1915. En el mencionado artículo comenta: “.... En 1909 me contrataron con mil pesos mensuales para formar un cuadro de artistas, para imprimir films con argumentos tomados de nuestra Historia Nacional, y se imprimieron dos series de los episodios del célebre guerrillero de la Independencia Manuel Rodríguez. La  compañía poseía un laboratorio de primer orden y aunque los artistas apenas tuvieron tres meses de preparación, la prensa y la crítica no tuvieron sino palabras de alabanza para esta primera prueba”. La revista Sucesos, señala por su parte que: “La reconstrucción de escenas de la época  de la independencia ha tenido un éxito halagador”. A su vez, el diario El Mercurio de Santiago alaba “la forma feliz en que ha sido reproducida la naturaleza privilegiada de este país” y destaca su carácter “patriótico”, porque “recuerda los hechos más emocionantes de la vida agitada del guerrillero Manuel Rodríguez”. Poco tiempo después la productora se disuelve y Urzúa vuelve a ocuparse de lleno del teatro, relegando su participación en el cine al desempeño como actor en una película de Nicanor de la Sota, y de simple extra en algunas otras producciones nacionales.

(Eliana Jara, extraído del "Diccionario del Cine Iberoamericano"; SGAE, 2011)