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Documental de carácter institucional, encomendado por la CRAV, y el primero de un tríptico sobre las FFAA. Este cortometraje se desarrolla en torno a la Marina y así lo describe Balmaceda en sus memorias: “Para el film, toda la fuerza naval se movilizó y efectuó maniobras espectaculares en alta mar para cumplir con mis requerimientos a bordo de cruceros, destróyers, submarinos y helicópteros. En la primera exhibición privada y con un exquisito coctel en mano, se codearon los almirantes con connotados personajes de la derecha económica, entre ellos Jorge Ross y Agustín Edwards. (…) En esa exhibición del film estaba también un gringo de la embajada de Estados Unidos; es decir, todos conspiradores previsores de lo que vendría cuatro años más tarde”. Asesorado por el comandante Arturo Araya Peeters.
(En ‘De zorros, amores y palomas’. El Mercurio-Aguilar, 2002, Pág. 355)