En 1992 se realizó en España la Exposición Universal de Sevilla. Chile participó en esta exposición exhibiendo en su pabellón un témpano de hielo capturado y traido especialmente por mar desde la Antártica. En estos hechos verídicos está basada la fantasía narrada en Sueños de Hielo. Rodada entre noviembre de 1991 y mayo de 1992 a bordo de los buques Galvarino, Aconcagua y Maullín, en una travesía que va desde la Antártica hasta España, Sueños de Hielo es un film documental en el que los sueños, los mitos y los hechos confluyen hacia un relato poético convertido en saga marinera, a la manera de las leyendas de los hombres de mar que pueblan la mitología del continente americano y la literatura universal. Como Ismael, en Moby Dick de Melville, un hombre inicia un viaje en barco que va desde el Mar de Drake y la Antártica por la costa de América Latina rumbo a Sevilla, en este largo viaje marítimo irán ocurriendo cosas extrañas y misteriosas que el marino no domina convirtiéndose en víctima de la naturaleza de los hielos antárticos. En un viaje transoceánico desde lo más remoto, espiritual y virgen hacia la civilización, Sueños de Hielo es un canto de amor a la soledad y fragilidad de la naturaleza frente al ser humano. Agüero dice: "El largo viaje por mar de un hemisferio a otro es también el viaje de la idea de una película a una película concreta en el que desde un concepto central el guión se va re-escribiendo y transformando continuamente, confrontado a la forma imprevisible de los sucesos vividos, hasta llegar a puerto. En la travesía se duda si el viaje será exitoso o si fracasará. Esta duda, que es la angustia del capitán en La Línea de Sombra, de Joseph Conrad, novela que acompaña esta realización, es también la angustia de un realizador".