Entrevista a Paulina Soto, directora de “La (Des)aparición de una familia”
Películas relacionadas (1)

“Un país sin cine documental es como una familia sin álbum de fotografías” es la máxima por excelencia de Patricio Guzmán. ¿Pero cómo sería al revés? ¿Cómo afectaría su entorno una familia sin aquel convencional recurso gráfico? Una familia que consciente y sistemáticamente ha suprimido el registro de su propia historia visual (y la de su prole); aquel apunte doméstico, casi automático, de preservación, que hoy abunda y se acumula irreflexivamente.¿Por qué una familia, en bloque, casi por unanimidad, optaría por evitar la fijación de su imagen? ¿Puede una convicción como ésta de manera alguna generar una inquietud inversa que explore y pida explicaciones al respecto? Paulina Soto, en su primer corto documental, intentó desentrañar esta y otras áreas inexploradas sobre su propia familia, sobre las ausencias, las fisuras y las consecuencias asumidas. He aquí un extenso diálogo en torno a la exploración familiar en el cine, los problemas de la representación y como éstos expanden las ideas que se pueden tener sobre la (auto)imagen y la ajena.

1. IDEOLOGIA

Los adultos de la familia interrogada tienen un discurso más bien claro e incluso férreo sobre la memoria y los registros, ¿de dónde crees que viene esa cuasi ideología anti-registro, y cuando comienzas a renegar de aquella o a cuestionarla al menos?

Bueno, esta ideología… no se si es una ideología… Mi familia es bien extrema igual….Yo no me crié con mis papas, los veía a veces. Mis papás estuvieron alejados de mi harto tiempo, durante casi toda mi infancia, hasta como los 7 años. Yo me reencontré con mis papás cuando volvió –supuestamente– la democracia. Y bueno, los veía muy poco la verdad… no había nada como del momento en que nosotros nos viéramos. Yo pensaba que en realidad mis papás me habían abandonado, pero cuando cumplí 18 años me di cuenta que no me habían abandonado y que había sido por cosas políticas. Cuando yo supe de esto quería reconstruir mi historia familiar con ellos, a pesar de los pocos momentos que en mi primera infancia había tenido, quería ir a eso, quería volver a ese lugar, y en ese lugar no había nada. Entonces, pensé, qué había pasado ahí, por qué mis papás tenían este rollo.

Conversé con mi mamá y al principio era porque para ellos no existía una necesidad de tener registro, porque eran más importante dos cosas; una, la persistencia de la memoria, hacer trabajar la memoria, ejercitarla mediante un proceso de registro en la cabeza cada imagen, cada acontecer que pasaba y, dos, eso ser capaz de contarlo después como anécdota, como historia detallada….Pero no solo generar una estructura narrativa, sino que también una historia donde uno pudiera describir otro tipo de cosas: las sensaciones, los olores, los colores, la hora, cómo uno se sentía cuando estaba pasando eso… la relevancia de la subjetividad.

LDF_03.jpg

Pero yo necesitaba otra cosa, que era tener registro de eso y para mi era importante. Porque en realidad más que hacer un corto era saber esto, “el por qué”… por qué mi mamá había hecho esto. Y en ese momento mi bisabuela se había muerto hace poco. Había estado diez años con Alzheimer, mi tía abuela estaba entrando en eso, mi tía bisabuela (la hermana de mi bisabuelo) se había muerto hace poco también. Entonces el Alzheimer fue la perdida de la memoria progresiva. Era algo que siempre estaba en mi familia, y era algo parte de nuestra cotidianidad; yo hablando con mi bisabuela y ella pensando que yo era su mamá era algo súper cotidiano, para mi no hay extrañeza en ese acto. Entonces, yo pensaba que por eso ella (mi mamá) no quería tener registro; para no terminar igual que todos, para no ser una más. Y yo dije “bueno ¿por qué?”, pero no había un porqué.

Después, cuando yo entro a estudiar dirección de cine hubo una necesidad más. La gente hacia trabajos de su infancia, y yo no tenia como demostrar esa infancia, entonces, yo tenia la posibilidad de ficcionalizar mi infancia (por eso también estudié Estética: mi área de trabajo es la autobiografía)…Pero yo creo –como me preguntas tú– que el momento es cuando yo veía que todo el mundo (mis compañeros) tenían cómo demostrar su infancia, el cómo poner en acción su relato autobiográfico, y yo no. Yo tenia relatos orales y cosas que estaban en mi memoria, pero nada más.

2. GUION

Se percibe que tenias preguntas guardadas bajo la manga en varios momentos, pero en otros momentos adquieres mas protagonismo que tu interlocutor; increpas más, cuestionas más y hasta interrumpes ¿Cómo lidiaste con esas salidas de libreto, tanto en esos momentos como luego, al “editarte”? Me acordé mucho de Nobody’s Business de Alan Berliner, ¿Lo consideraste como referente o como conceptualizaste ese “tira y afloja” constante, para que el desarrollo estuviera bajo control?

Algo que he ejercitado ahora harto en el documental es el proceso de improvisación… Por eso me gusta mucho preparar mucho antes, es decir el proceso de investigación… Bueno, todos los procesos son claves. Pero para mi el de investigación es el que más placer me genera. Porque es donde puedo hacer más proyecciones sobre la película, independiente si pasan después o no. En el proceso de investigación yo me voy a vivir con mis personajes, de hecho en ese tiempo yo me fui a vivir con mis papás. Y así con todos los cortos que he hecho ahora; me voy uno o dos meses a vivir con los personajes sobre los que voy a hablar. Y después logro generar una relativa cotidianidad con ellos para poder después tener estos momentos de improvisación. La rigidez en el guión no me interesa mucho la verdad. Por eso también existe la posibilidad de generar estas –como les dices tú– “preguntas guardadas bajo la manga” porque puedo jugar harto, presionar, hacer/des-hacer, como a mí se me antoje.

Y sí, me gustó mucho el trabajo de Berliner. Es un referente, pero –tampoco quiero sonar como muy snob–, no me apego mucho a los referentes en realidad. Fue importante durante el proceso de investigación pero yo no quería como… Mira la verdad, lo que me pasó, fue que cuando entrevisté a mi familia la primera vez (porque los entrevisté varias veces después) yo no quería llevarme mal con mi mamá. No era la idea tener esta discusión eterna. Y me di cuenta que, claro, ella tiene un carácter y yo no tengo el mismo carácter, no soy tan confrontacional como ella. Pero no quería eso. Y pasó, y había que dejar que pasara no más. Era lo que estaba aconteciendo. Yo no tampoco iba a complacerla por estar haciendo un documental y mostrar una cara que no era. Ella es así; yo soy así… No sé.

Pero sí, me interesa mucho la improvisación en el documental. Pero ese es un espacio de libertad que me doy en la medida que yo haya hecho un proceso de investigación importante con los personajes, sino, la verdad, no lo haría.

LDF_02.jpg

3. SOSTENER EL TIEMPO

Da la impresión que ansiosamente necesitabas que la familia validara la relevancia del registro gráfico a como dé lugar, ¿Crees que porque era bueno para ellos o porque era bueno para ti? ¿Sintieron ellos la paradoja de estar siendo registrados en pleno desarrollo de sus ideas anti-registro? Pues al final logras “capturarlos” mediante esta artimaña, ¿no?

Voy a responder la segunda parte de esta pregunta primero.

Para ellos fué, claro…está la paradoja, pero ellos se tiraron no más (por decirlo de alguna forma). Me acuerdo perfecto, me dijeron; “pero claro, hagamos el viaje”. Pero dije, bueno a pesar de que se van a registrar, van a tener que sostener la cámara por primera vez, va a hacer algo que no les gusta, que no les interesa porque han creado una especie de “Manifiesto” con este tema. “Sí –me dijeron–, porque aquí no hay nada que probar, esto es como para hacerte la contrapregunta a ti”. En el fondo ellos lo estaban haciendo para tratar de que yo me diera cuenta de que lo yo que estaba haciendo no tenia ningún sentido.

Y, aceptamos todo el juego. Y ellos no estaban conscientes de lo que estaban haciendo, de que estaban grabando con una cámara de súper 8 milímetros, porque como para ellos no tenia ningún sentido era para generar el efecto contrario; para yo darme cuenta en algún momento de la grabación que me estaba perdiendo de algo que no había hecho nunca con ellos. Por eso elegimos un paseo a la playa. Yo, entonces, iba a estar siempre desde afuera, en una doble posición, como hija desde afuera y como realizadora registrando. Por eso hay dos registros: uno cámara en fija, el mío, y el otro cámara en mano, de ellos.

Sí, eso es bien terrible igual, ahora que te lo estoy diciendo a ti….

Y sobre la idea de que ellos validaran el registro; era bueno para mi -en el fondo-, para que la película funcionara. Yo necesitaba que ellos validaran su opción a como dé lugar. Yo no tenia tanta expectativa, en realidad, hasta qué punto ellos podían llegar o no. Pero como duró tanto tiempo lo posterior -porque yo entregué este trabajo un segundo semestre y me fue súper bien-, pero habían cosas que para mi no se cerraban. Entonces, pensé, qué pasa si vuelvo a entrevistarlos, al año siguiente, y les vuelvo a preguntar sobre el viaje. Pero jamás pensé que ellos tenían tanta fe (no sé si fe es la palabra) en lo que estaban diciendo; lo importante que era para ellos su opción. Todo era como un juego en realidad… al principio, pero después ya no….y ahí, claro, las cosas cambiaron en realidad.

LDF_01.jpg

4. MEMORIA

Podríamos decir que constantemente deambulas por la memoria “civil”, ¿No te sentiste tentada a poner ejemplos de memoria más “legal” para desestabilizar a tus interlocutores, me refiero a esa memoria como evidencia, esa memoria práctica que ratifica y ayuda en determinados casos vitales o históricos? Digo, si el objetivo era validar el ejercicio del registro en su amplia magnitud y quebrar la resistencia.

Hay una parte en la película que yo le menciono a ella (mi mamá) una escena de La Ciudad de los Fotógrafos; cuando una señora muestra una foto antigua de su familia y ella dice que ésta es la única forma que tiene de decir que sus hijos existieron, que esto pasó de verdad (su familia desapareció por problemas políticos). A pesar de que ellos desaparecieron ésa es una prueba, la fotografía es una prueba de que esas personas estuvieron en este mundo. Yo entiendo lo que me estás preguntando pero yo te lo quiero dar con este ejemplo. Esas personas desaparecieron en un contexto social político súper claro y tremendo. Contexto que para mi y para ellos es súper cercano también. Yo tengo casi toda mi familia -por parte de mi papá- exiliada, mi abuelo fue torturado en la Esmeralda y mis propios papás no me vieron desde los 3 años hasta el plebiscito del No, por razones políticas. Entonces… quizá me salí de lo que estábamos hablando… para bueno, filo… Cuando yo le cuento el relato de esta mujer, la respuesta de mi mamá es absolutamente desconcertante, pa’ mi fue terrible tener esa respuesta. De hecho paramos la grabación, nos pusimos a pelear… Ella no estaba entendiendo lo que le estaba diciendo. Para poder sostener su punto de vista ella como que “tapó” lo que le acababa de decir. Para ella no tuvo ningún sentido la historia de esta mujer….una historia súper importante para nosotros igual, yo espero que para todos…para nuestra sociedad, nos toque o no. No quiero decir que porque yo tenga familiares torturados o exiliados tengo más propiedad para sentir o no sobre un problema político, pero, para ella sobre todo, ella estuvo separada de su hija –yo– por problemas políticos… ¡Y podrían haber sido las personas de esa foto! ¿Entones cómo voy a reconstruir el relato de mi padres si yo no puedo tener un papel con una impresión lumínica encima que diga “esta es mi familia”?

5. “PARA SIEMPRE”

Mencionas en algún pasaje del cortometraje que lo guardado dentro de una caja, los recuerdos, “quedan para siempre”, ¿Sigues creyendo en ese para siempre, considerando que la fragilidad de los soportes y su caducidad realmente no aseguran aquello? También te pregunto esto a raíz de la opción visual de ir progresivamente “destruyendo” el material fílmico que registró a la familia a lo largo del documental.

Lo de la caja… Esa caja… Nosotras somos puras mujeres. Desde mi tatarabuela no ha nacido ningún niño en la familia –excepto el Luis Adolfo (mi hermano). Mi bisabuela nos regalaba, cuando éramos chicas, una caja de madera antigua, muy bonita, donde nosotros teníamos que guardar ciertas cosas. Uno tenia que nombrar esa caja. La caja de mi hermana, por ejemplo, se llama “Arroz con leche”. Yo nunca le puse nombre a la mía. Yo perdí esa caja, como me he cambiado muchas veces… ahora tengo una caja de lata. Para mi esos recuerdos, esas cosas, quedan fijados, de cierta forma. Los que aparecen en el corto son un cassette con audios registrados de mi familia viendo tele o viendo a Don Francisco, registros de bisabuelos y yo conversando, la libreta de matrimonio de mis tatarabuelos o el carnet de identidad de mi bisabuela, etc.

Yo creo que –a pesar de lo que decís tú–, que las cosas van pasando, de la fragilidad de los soportes ¿en qué sentido? En un sentido más comercial, puede ser…Yo igual sigo registrando cosas en súper 8, en hi-8 pero no por una cuestión estética….o quizá si. No sé. Muy personalmente yo no tengo esta obsesión por los nuevos formatos, esta obsesión por la nueva máquina, siento que es de una lógica –no quiero decirlo– pero súper neoliberal; el nuevo juguete, la ultima tecnología… Yo hice este corto con una PD-170 que había en la U, porque tenia que gastarme toda la plata en súper 8. Lo edité en Premiere, que era algo hermoso. Pero ahora, claro, mi familia me ha regalado varias cosas tecnológicas pero… no sé, no tengo esa obsesión. Para mi los formatos no van quedando obsoletos, aunque el mercado diga que sí. Por eso necesito sostenerlas en el tiempo mediante el formato que sea. Por eso me interesa tanto la fotografía también porque uno puede agarrar pequeñas partes de la realidad y sostenerlas en el tiempo casi infinitamente. Y claro eso se destruye… pero para mi es necesaria esa idea de lo “para siempre.” O al menos siento que con esos registros que hago, sea como sea, queda…para siempre.

LDF_06.jpg

Y sobre esto de ir destruyendo, es porque…..en algún momento –no se si me vai a entender esto– yo “solté” la película, por eso como que hablaron ellos, yo no aparezco en la película, después me dio por aparecer (y en esto que estoy haciendo sobre Ulises Fuentes*, un largo documental, estoy todo el rato). Uno, porque tenia mucha vergüenza de mi, pudor y todo. Pero en ese momento yo dije: estas personas se están tomando la película y en mi guión la película la tenia absolutamente dominada yo. Por la idea de que persistiera eso de extremar y de polarizar los puntos de vista, para generar este choque y esta confrontación constante. Pero en un momento la solté, porque dije, ¡esta gente está tan convencida de lo que está diciendo, y yo, por otro lado, estoy tan convenida que nunca nuestras posturas van a juntarse!, siempre están como dos líneas horizontales generando una especie de vibración. Y me dije, cómo yo lo hago para hacer esta vibración algo visual. Y ahí dije, tengo que sacarlas, si ellos se tomaron mi película, tengo que poder sacarlas de alguna forma. Si no puedo sacarlas del discurso, ni quitarles tiempo de habla en el montaje voy a hacerlas desaparecer. Pero en el momento en que desaparecen aparecen al mismo tiempo (eso me lo sugirió Paola Castillo). En el momento que ella va hablando, al final yo voy quedando con mi mamá (que es como la más extrema de todos). A ella yo ya te la mostré antes, te la puse así, esta es mi mamá, ella es así.  Yo la amo pero no me la puedo con ella, entonces la sueldo. ¿Y cómo la suelto? Ok, te voy a mostrar igual, pero como tu me ganaste a mi tu te vas desdibujando…de mi mundo. Por que mi mundo era la visualidad completa. Cuando los hacemos chocar la vibración aparece… a modo de raya, de fractura… ¡Esa es la palabra! Hay una fractura ahí… clara entre ella y yo (como las placas de Nazca). Y la única forma era borrar, sobrescribir sobre los frames.

Yo ya llevaba harto tiempo investigando sobre el súper 8 y sobre las posibilidades de los químicos. Ellos mismos me ayudaban (mi papá es ingeniero químico). En definitiva, para que en un mismo acto hacer presente esa vibración a través de la aparición y la desaparición.

6. GRABAR

¿Grabaste pensando en el cortometraje o usaste una grabación casera que luego significaste? ¿Los entrevistaste poco después del paseo a la playa? Pregunto esto ultimo además pues siento que puede haber influido el tono del testimonio conforme a la frescura de la experiencia. Con estas serie de preguntas me interesa el factor experiencia VS el factor tiempo, y también porque el padre parece tener una apariencia diferente a lo largo del corto.

No po’. Los grabé siempre dirigiendo. No hay grabaciones previas. Por que el rollo de ellos, de esto, es con las fotos y menos aun con video, que es más cercano a la realidad. La idea mía pasó así, eso lo mantuve, fui súper rígida en ese sentido: yo tenia que entrevistarlos…los entrevisté un mes después del paseo y, luego, dos meses después, y como habían cosas que no me gustaban hice esta tercera grabación que fue como seis meses después. Y la idea de eso era acentuar mi punto de vista en realidad, dar cuenta que con el paso del tiempo…Porque para mi hubiese sido ideal; paseo y luego entrevistarlos un año después, pero no se podía, porque era un cortometraje de Escuela. Entonces yo creo que el factor tiempo, el paso del tiempo, lo inevitable en cierta forma, fue lo que me incentivó a generar este tercer encuentro. Porque yo siempre hacia las mismas preguntas base, no variaba tanto. Pero mis papás cuentan bien poco del paseo, no les importa. Por su personalidad –me imagino yo– lo que quieren ellos es hablar, de lo que sea, pero no del paseo propiamente tal. Pero como estrategia, como operación narrativa para mi era súper importante el factor temporal. Por que claramente uno no puede reconstruir con absoluta certeza una experiencia, pero si puede acercarse a ella.

LDF_05.jpg

7. HERMANO

El hermano del medio parece ya “infectado” por la ideología anti-registro, la hermana menor aun no ¿Harás algo al respecto? ¿O como lidias con esto? Te estás quedando sola con tu fijación.

En un principio me costó mucho entrevistarlo porque el no quería contradecir a mis papás ni nada. Pero, después generé otras estrategias de entrevista. Él hasta ese momento (estaba en el colegio) no encontraba sentido a lo que yo estaba haciendo. Él colaboro con la película yo creo que por amor hacia mi, no sé. Pero no había en él ninguna consciencia de la imagen, ni consciencia de su propia imagen, de como él se constituye a través de la imagen en el mundo. Y después esto lo conversamos, pasó el tiempo, él vio la película en Sanfic (por primera vez en este cine gigante, un Hoyts), ahí tomó por primera vez –y son palabras de él– “conciencia de su imagen”. Y cuando tomó consciencia de su imagen pasaron varios meses y me dijo: “¿Ese soy yo… era yo el que estaba ahí, hablando?, ¿y así me veo?”. Así te veías ahí, le dije.

Pasó el tiempo y me llama para pedirme ayuda con una película que estaba haciendo, porque se había ganado un premio (en 4º medio) para hacer una película sobre los ascensores de Valparaíso, una película que dura 40 minutos. Es como un retrato sobre la importancia que tienen los ascensores como sostenedores de la memoria del puerto. Fue súper impresionante que él hiciera eso. Estuvo viajando un tiempo y ahora va a estudiar cine. Eso ha sido bien tremendo para mi familia. Después de la película igual cambiaron un poco. Mi hermano se compró una cámara después de eso y empezó a filmar. Y todos se empezaron a entusiasmar.

Pero yo siento que en el acto de fotografiarse, de aceptar fotografiar o de subir un par de fotos al Facebook no existe una consciencia de su propia imagen… Yo no se si uno tiene una absoluta consciencia de su propia imagen, no creo.

Mi hermana por otro lado, hasta ahora, que va a cumplir 10 años, también, exige tener fotografías de ella. En mis dos hermanos generó la consciencia sobre la posibilidad de escoger sacarse fotos o no. Puede sonar muy banal al decirlo así o muy simple, pero tiene que ver con la posibilidad… Lo mismo que tuvo esa mujer en la película La Ciudad de los Fotógrafos de levantar su foto y decir: “Estos eran mis hijos, y esta es la única prueba de que ellos estuvieron en este mundo”. Y sí, ellos, mis hermanos, tienen la opción, hasta ahora, de poder existir en el mundo.

8. EXPERIENCIA

Hay un plano curioso que me gatilló una idea vaga y es la siguiente; en un determinado momento la familia “vive”; la mamá hace algo con la hija pequeña, el padre juega con el hijo paletas y tu filmas (es decir, no apareces). Me dio la sensación de que tu no estabas siendo parte de esa experiencia sino siendo un testigo, “solo” registrando. ¿Tuviste esa sensación en algún momento, o dónde sientes que estabas realmente en ese momento?

Esto fue algo que te comenté antes, esta idea de estar “afuera”. Por que yo era ajena de manera doble. Porque, por un lado, yo no había participado en actividades como esta con mi familia, y ajena porque yo tenia que estar filmando. Era a la vez dos personas. Entonces en ese momento claro que se produce una dicotomía pero yo tenia que sostener….Y creo en eso….que uno tiene que poder tener consciencia de la realización siempre y en ese momento yo necesitaba tener esa consciencia. No es que yo estuviera actuando cuando estaba con mi familia, no, pero, necesitaba generar esa distancia. Ser parte del juego del viaje, ser parte del juego de la playa y comer huevos duros ahí, pero al mismo tiempo estar consciente de los planos, estar consciente de lo que está pasando. Por eso yo les di la libertad de que ellos tuvieran una cámara y yo después, en algunos momentos, me separaba del viaje y lo miraba muy desde afuera. Y ese registro que se hacia desde afuera se estaba constituyendo ahí, acontecía ahí, yo no tenia un guión porque yo no sabia que iban a hacer ellos. Entonces yo necesitaba construir una narrativa a través de operaciones inmediatas, cosas que acontecieran ahí, en ese momento.

9. EL TRIUNFO DE NO

Para mi el clímax llega acá, cuando –a propósito de una foto que alude a la época del plebiscito– el padre dice: “A lo mejor éramos más felices…o menos”. ¿Tendrá que ver esta necesidad de registro con quedarse con algo que realmente posea un valor? ¿Será que lo no registrado realmente carece de valor y asumirlo como tal es demasiado duro?

Nunca nadie me había dicho eso. Para mi el clímax llega acá [pausa larga]. Mira, lamentablemente, esta parte yo la puse porque esta es la única fotografía que tengo de mis papas cuando yo era joven. Una fotografía que claramente no las sacaron ellos, sino un tío mío que también era del partido (socialista) y me la pasaron después (cuando yo tenia 18 años). Y me contaron –como te había comentado antes– por qué me habían dejado, no porque me hubiesen abandonado sino porque tuvieron que escapar por razones políticas.

Para mi familia es súper importante la fractura, la fisura política –como queramos llamarle–, porque no solamente nos afecto en los cuerpos, me refiero a desplazamientos; cuerpos que no están, cuerpos que tienen que irse, cuerpos que son intervenidos –me refiero torturados–, cuerpos que sufren, y cuerpos que años después –como mi abuelo– sufren secuelas psicológicas….sino que, también, es una forma de cambiar la estructura mental. Es decir, ¿sabes qué? todo lo que tu creías ya no existe. Lo mismo que les pasó a los indígenas cuando llegaron los colonizadores. Todo lo que tu creías no era, ¿por qué? Lo que está, es esta nueva forma. Que acá fue una forma militar y que después estableció un modelo económico neoliberal.

Yo no se si estoy respondiendo tu pregunta. Pero me parece que como no hay ningún registro de esa época familiar, porque tuvieron que botar todas las cosas cuando….Mi abuelo era sindicalista del puerto, como de los ingenieros y todo. Tuvieron que borrar, aniquilar, todo registro existente. Entonces a mi me parece que el acto que aconteció ahí en la memoria tanto de mi mamá como de mi papá; mi mamá por razones de enfermedad familiar (Alzheimer) y mi papá por una cosa política, después los junta y genera esta especie de manifiesto inconsciente….Porque tampoco había una consciencia en ellos, antes de la película. Sino que era algo que pasaba: “Nosotros no nos sacábamos fotos. Punto”. Entonces cuando se verbaliza este discurso –y pasa aquí en la película por primera vez– me parece que es porque ellos (mi papá), necesita…..quedarse un poco solo –como decís tu– (no quiero ponerlo en categorías de bueno o malo) con los recuerdos que él necesita para poder seguir viviendo. Con los recuerdos que le sirven para poder contar las historias de cómo él era cuando joven y de cierto modo que esto esté todo enmarcado entro de la política del cambio….Que todo esto siga en cierto modo dentro de este mundo izquierdista en el que creció y donde todo era posible…para todos. Todo es posible para todos. Pero como eso no fue así; la gran parte de su vida fue en otro sistema, entonces: “como no tenemos registro de un sistema en el que creíamos; no quiero tener de este otro. No quiero tener nada que me lo recuerde”. Entonces generó una ficción……como que él ficcionaliza su existencia en su memoria…a mi parecer. Porque no tiene nada que lo afirme en cierta forma.

Entonces, ahí está el mayor problema. De no tener ni relatos que contar ni nada donde fijarlos. No existe ni lo uno y lo otro, en este caso. Y su frase, “A lo mejor éramos más felices…o menos”, se instala en un punto medio. Porque yo creo que esa frase no tiene tanto que ver con el problema de la Dictadura o de la Unidad Popular, o sobre los ’90 con respecto ahora….Se trató de armar un nuevo proyecto y ese proyecto no resultó.… Y, ojalá esté bien yo –me daría mucha lata que no– que es, con respecto a la familia: hay una familia que no existe, que era un proyecto que familia que éramos nosotros tres en los años ‘80 y ese proyecto desapareció, lo hicieron desaparecer. Yo no perdí a mis papás, yo no tengo un cartel colgando que dice “¿Dónde Están?”, y ellos no tienen una hija que se les murió o que se la dieran en adopción a unos militares, no sé, tampoco es el caso. Pero nosotros éramos un proyecto de familia que desapareció. No hay nada entre nosotros tres, somos como un remanente de la dictadura…¡Porque no hay nada!, no hay relatos orales, no hay anecdotario que contar, ni tampoco hay fotografías a las que ir, al documento. Por eso creo que este documental en cierta forma acercó, puso en cuestión, generó muchas fricciones, hasta el día de hoy. Pero creo que juntó más que separó. Ese proyecto que se generó en los años ‘80 y que por problemas de la dictadura desapareció, ahora, 25 años después; aparece, por primera vez. Todos mas viejos, todos con muchas cosas que decirnos., pero un proyecto de familia al fin y al cabo. No se si será bueno o malo –no nos pongamos en esas categorías–, pero… algo pasó.

Ver documental online