Entrevista a Marcelo Ferrari, director de «Bombal»
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Si bien María Luisa Bombal es un personaje muy interesante, no es de lo más difundido en la literatura chilena. ¿Por qué te interesó la figura histórica de María Luisa Bombal?

Nosotros tomamos un periodo corto en la vida de María Luisa, no pretendemos hacer una película biográfica, si no para meternos muy bien en su emocionalidad, en su mente, es una mujer que tiene una vida de una intensidad extraordinaria. Intensidad con altos momentos brillantes creativa, de exuberancia, de transgresión, etc., y otros momentos en que fue una persona que perdió los límites de la cordura producto de esta propia pasión, de esta propia fuerza emocional que tiene. Por lo tanto su vida en si misma, en términos de mirar un ser humano complejo me pareció siempre muy interesante para poder ahondar en hasta donde las emociones controlan a veces nuestras propias vidas, llevándonos a grandes logros o llegando a hundirnos. La vida de la María Luisa es de una intensidad –que ya lo van a ver en la película- tremenda. Por otro lado, a mi de verdad su literatura me gusta mucho, yo la leí en el colegio, como mucha gente, algunas novelas o cuentos como “El Árbol”, luego en mi época de universidad volví a leer a algunos autores chilenos ya no por obligación sino porque quería revisitarlos y la verdad es que la literatura de la Bombal es verdaderamente una joya. Reconocida a nivel de ciertos círculos intelectuales iberoamericanos como una mujer precursora, no sólo en términos de que le dio voz erótica a la mujer en los años cuarenta, si no que también algunos la plantean como antecedente del realismo mágico. Hay en su literatura un espacio donde realidad y fantasía están siempre en un límite muy difuso, de mucho simbolismo y tiene una intensidad en cuanto a atreverse a mostrar la sexualidad de la mujer de manera elegante, pero sin pelos en la lengua que a mí me gusta mucho. Entonces, este mix de esta mujer que tiene una vida increíble, intensa, sorprendente con una mujer que tiene una literatura muy valiosa que algunos conocen y olvidaron, y otros francamente no conocen, me parecía del todo interesante para hacer una película humana, más que una biografía en donde quiera dar cuenta de todo el personaje. Para eso están las biografías y los libros. Esta es una película que muestra un genio, con todos sus colores, oscuros y claros.

¿Cómo fue la puesta en escena de la película? ¿Cómo fue  volver a la época de María Luisa Bombal?

Tuve la suerte de trabajar con grandes actores, eso siempre es un placer y un aprendizaje todo el tiempo. Trabajar con la Blanca Lewin, con Alejandro Goic, con la Ximena Rivas, con la María José Campos, con la Delfina Guzmán, con Marcelo Alonso, etc. Fue súper interesante porque ellos se involucraron mucho, todos tenían ganas de hacer esta película, en particular como ocurre con algunos proyectos cinematográficos, que sienten que uno está haciendo algo de valor, que está tomando un personaje importante, entonces estaban todos muy comprometidos, entonces tuvimos harto trabajo de mesa, de conversación, de discusión de la personalidad de los personajes, por ejemplo tuvimos muchas horas de diálogo entre la Blanca y Goic para construir esta relación entre María Luisa y su marido homosexual, que es una relación curiosa sin lugar a dudas. Marcelo Alonso con Blanca para esta relación entre Bombal y su amante, Eulogio Sánchez al que terminó disparándole delante de todo el mundo. Todas estas relaciones son complejas e intensas, entonces con ellos que son grandes actores y afortunadamente estaban muy comprometidos, hicieron un trabajo de lectura muy importante. Con la Blanca leímos toda la literatura de la Bombal, lo que fue un placer, escuchamos algunos audios de entrevistas que dio Bombal y leímos mucha prensa. Conversamos con algunas personas que la conocían y de a poco empezamos a rodear al personaje, a construir las relaciones porque cuando uno hace una ficción uno está creando personajes que representan algunos otros personajes reales, pero que finalmente son los personajes que nosotros mismos le hemos dado vida ahí. Y en el trabajo de arte que es parte de lo que a mí me entretiene y me entusiasma al momento de la puesta en escena, claro, revisamos muchas fotografías de época, películas también, para dar finalmente con el punto preciso de nuestra puesta en escena en particular que quería ser muy intensa, elegante y al mismo tiempo austera. Esso creo que se ve en la película porque tiene colores de una intensidad tremenda, las atmósferas están cargadas de esta densidad emocional por eso son simples. Hay pocos espacios, pocos personajes pero de una intensidad muy grande y creo que es lo que logramos construir en la película.

¿Existe una pretensión explícita de hacer algún retrato de época también en el sentido de María Luisa Bombal por pertenecer a la aristocracia y por tener esta personalidad intensa de la que tú hablas?

Sí. La verdad es que María Luisa yo digo que era una chica media punky para su época. Cuando volvió de Francia donde estuvo haciendo teatro, estudiando literatura, volvió con un look que para esa época era totalmente rupturista, vestida de colores más oscuros, tenía una chasquilla cortada así dura acá adelante, porque quería expresar su molestia con un cierto estado de las cosas y la sociedad y la aristocracia la fue poco a poco dejando al claro. Claro, cuando veían que era una mujer que se atrevía a estar con hombres compartiendo la bohemia en la noche, era muy amiga de Neruda, y de muchos intelectuales, de Borges, de García Lorca, de un montón de gente. Cuando la veían a ella en este lugar siendo que en ese momento la mujer más bien correspondía que estuviera en su casa, fue siendo dejada de lado. Nosotros vemos por ejemplo un rol pequeño pero fundamental a la Delfina Guzmán y Ana María Palma, una gran actriz que hace el papel de la mamá de Bombal que representan esta clase aristocrática tradicional que ven en María Luisa Bombal o un peligro o alguien que está completamente equivocado y que de alguna manera van  dejando sola. Y por otro lado la propia María Luisa por su parte, por su ceguera emocional, por su intensidad emocional también se va quedando sola, tenía mucha gente que la quiere y le tratan de abrir los ojos con respecto de esta enfermiza relación de amantes que tiene con Eulogio Sánchez y bueno, entre que la aristocracia la rechaza por ser tan rupturista y no quiere ella misma escuchar se va  encerrando y se va metiendo en un tobogán que en la película a uno lo agarra y lo suelta al final después de remecerlo harto porque de verdad uno se va metiendo en un callejón sin salida.

Frente a un 2011 con mejoras en las cifras de audiencia para el cine chileno ¿Cuáles son tus expectativas respecto a cómo el público va a recepcionar Bombal?

Primero, yo también estoy súper contento -independiente del estreno de Bombal por el hecho de que el año 2011 fue un año en que las cifras de audiencia al cine chileno hayan crecido tanto, hayan duplicado el año anterior, y por lo tanto es una especie de reencuentro entre el público chileno con su propio cine y que me tiene muy contento. Que Bombal sea la primera película chilena que se estrena en el 2012, nos pone ahí en un lugar importante y que ojala nos permita ser el puntapié inicial de otro año de bonanza entre las audiencias y el público. Yo espero que la gente diga si, cuando hay una película que tiene que ver con nuestra historia, que está bien hecha, que tiene emoción, si quiero ir a verla y ojala sigan afirmando esta tendencia. Porque claro, Violeta por ejemplo es una película preciosa de un gran director, pero es una película dura, es intensa, emocionalmente súper apretadora del corazón y a pesar de  eso, uno podría decir como es tan dura y a Violeta la muestran en una cosa tan autodestructiva uno podría decir bueno, no la irá a ver mucha gente… pero no, fue mucha gente porque ahí está su historia, sus raíces, se huele Chile, y creo que parte de eso está en esta película Bombal. Yo no espero cifras, ojala vaya mucha gente a ver Bombal, que eso confirme que queremos un 2012 mejor, tenemos muy buenas películas chilenas que se van a estrenar durante el año así que ojala que este sea un segundo gran año, y que Bombal ayude, esa es mi expectativa. Tuve la suerte de estar en sentado en una sala de cine para el festival de cine de Viña que se dio una función, y lo mismo ocurrió hace un tiempo atrás que se dio en el Festival de Valdivia y yo sentado vi la película, la función completa con público y algunos especialistas de cine que estaban allí, y en general la gente estaba súper conectada con la película. El público respiraba con la película, había una conexión y por tanto creo que es una película que permite que la gente viva un momento emocional y estético bonito así que ojala que le vaya bien, uno no puede hacer más que esperar.