Entrevista a Felipe del Río
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Después de egresar de Periodismo en la Universidad de Chile saliste a estudiar cine en Nueva York y volviste para, junto con Pablo Díaz, crear la productora Coquimbo. Ese es más o menos tu  recorrido antes de Super, ¿verdad?
-Desde la escuela siempre tuve inquietudes audiovisuales, de hecho me titulé con un documental, y decidí ir a especializarme después de haber trabajado en Machuca que para mí fue una experiencia muy conmovedora. Ahí elegí dedicarme al cine y ahora estamos con Super, un sueño hecho realidad, que está en 21 salas del país.

Contemos un poco la historia de Super. Recuerdo hace un par de años atrás ustedes como productora Coquimbo realizaron un concurso de guiones,  y según entiendo que el guión de esta película estuvo entre los ganadores. ¿Qué es lo que a ustedes les llamó la atención, les gustó, de esta propuesta de guión?.
-Nos interesó que era una película que tenía una estructura original, nos llamó la atención que era una comedia, muy chilena y que sucediera íntegramente en un supermercado. Tenía muchos elementos que nos gustaron y también era viable y fácil de producir.

En eso ha llamado bastante la atención Super porque hay una lógica de producción que resulta novedosa para el cine nacional. Por ejemplo, entiendo que casi todos los cuarenta actores que hay, la mayoría rostros muy conocidos de la televisión y el cine chileno, aparecen como socios, no como quienes fueron a cobrar un cheque por hacer su trabajo. También tengo entendido que hay una serie de canjes que ustedes hicieron que Pablo Díaz como director ejecutivo de la cinta logró realizar para que los costos no fueran tan altos y fuera posible de hacer.
-Sí, es un modelo de negocios bien novedoso. Esta película no cuenta con el apoyo del Estado entonces tuvimos que ingeniárnosla para sacarla adelante y parte de eso es que los actores y actrices de la película son dueños del 20 por ciento de ésta y, en caso de que haya utilidades, ellos tendrán ese porcentaje de las ganancias. Además, en este supermercado nos vimos enfrentados a que teníamos que mostrar varios productos y en una primera instancia tuvimos que pensar cómo hacerlos ficticios y no ocupar marcas reales, pero era carísimo hacer eso. Entonces, si nos salía tres millones de pesos llenar un pasillo con cereales ficticios decidimos que era mejor ir a Nestlé para que nos dejaran usar sus productos y quizás hasta nos pasaran algunas “luquitas”. Así poco a poco fuimos armando el presupuesto de la película.

O sea lo que se conoce como “placement” ahí está instalado y qué mejor excusa que un supermercado donde los productos están y son parte de la pelea…
-Es más, teníamos que ocuparlos, eran parte de la historia, del guión. Teníamos que ocupar salsas de tomates, cereales, por lo que nos vimos forzados un poco a ocupar este modelo.

Tú y Fernanda Aljaro codirigen esta película que además está llena de gente, como un supermercado, y llena de historias: son catorce en total donde participan cerca de cuarenta actores. ¿Cómo hicieron para que-entendiendo que la lógica  del guión era que fueran historias diversas con personajes que se cruzan pero que no necesariamente se relacionan-no se les arrancara y pudiera desarrollar una mirada coherente, que el espectador pudiera seguir la película?
-Primero que nada hicimos un gran trabajo de preproducción: la película estaba bien craneada desde antes, el guión técnico estaba resuelto dos meses antes del rodaje y tratamos de juntarnos lo más posible con nuestros talentos para ensayar y encontrar a los personajes. Pero aún así fue un gran desafío. Cuando uno tiene una película donde hay cuatro o cinco personajes, uno ensaya con ellos, se encierra un par de meses antes a trabajar y establece una relación profunda con los protagonistas. En este caso todos los días empezábamos de nuevo, todos los días llegaba una pareja de actores nuevos con los que había que conversar, buscar el tono para que no se nos escapara de las manos. También tiene que ver con el montaje. La película en su inicio duraba tres horas, ahora una hora y veinte minutos. Tuvimos un proceso largo de ir decantando, de ir encontrando los mejores momentos, pero quedé muy conforme con el trabajo hecho.

Felipe, en general la generación de cineastas a la que tú perteneces está hoy día haciendo películas más mínimas, más introspectivas. Estoy pensando en Sebastián Silva, Sebastián Lelio, Matías Bize, quienes, en general, realizan películas que tienen a irse más hacia el interior, con pocos personajes y en espacios cerrados. Super pareciera ser todo lo contrario. ¿Cómo te relacionas tú con tu propia generación de realizadores?
-Yo creo que mi generación es una generación de recambio bien interesante, donde están saliendo cosas diversas, se está ampliando un registro de tipos de películas, de historias. Nos desanclamos un poco del pasado, porque el cine chileno estuvo muy marcado por nuestro pasado. Yo creo que hemos avanzado harto y es rica esa diversidad que se está generando.

Me imagino que estos son los días de mayor inquietud, probablemente, porque ya nació “la guagua” y el público tiene que llegar. Ustedes salieron con 21 copias que es bastante para una película chilena y generalmente el primer fin de semana se define todo. ¿Cuáles son tus expectativas respecto a lo que va a pasar en estos días y el estado en que tú quieres que la gente se acerque a ver Super?
-Mira, al principio yo estaba contento con terminar la película y que saliera al cine, pero como hemos tenido tan buena recepción de la gente en las funciones que hemos tenido, la gente se ríe, lo pasa bien, nos agradece al final de la película, las expectativas fueron subiendo. Yo espero mantenerme al menos unas tres semanas en cartelera, lo que es un desafío porque las distribuidoras te sacan inmediatamente si la película no funciona. Espero que se genere un buen boca a boca, aunque hasta el momento las cosas se están dando. El primer día entró harta gente al cine así que estamos contentos y esperamos llevar a una gran cantidad de gente porque hay que apoyar al cine chileno y la gente no se sentirá defraudada, así que el llamado es a llenar las salas.

Es interesante el tema de Super porque es contradictoria en su forma y ustedes son muy conscientes de eso. Recuerdo haber leído una entrevista de Pablo Díaz al respecto, porque la película tiene una crítica bastante visible respecto a nuestra relación con la televisión, con el consumo, etc. pero la historia en sí misma está basada en eso, el consumo, la publicidad, el uso de personajes conocidos de la televisión para desarrollarla. ¿Cómo tú, como realizador, te enfrentaste a esta contradicción básica de Super?
-Yo más que una contradicción lo veo como una ironía. Es súper irónico criticar al “star system” chileno, a la farandulización de nuestro país, ocupando a las mismas celebridades. Nosotros lo tomamos como una ironía, encontrábamos divertido reírse de la televisión con la televisión.

¿Qué pasa ahora, después de Super? ¿Se van a festivales, están pensando en algún otro proyecto con Coquimbo Filmes? Sabemos que hay más guiones de ese concurso…
-Sí, tenemos varios proyectos. El que está más cercano es Andes que fue otro de los ganadores del concurso de guiones. Con esa película nos ganamos un crédito CORFO, tenemos presupuesto, hemos desarrollado el guión, así que esperamos que a Super le vaya bien para echar andar lo antes posible a Andes.