Cronología del cine chileno

Acá ofrecemos una cronología del cine chileno desde la llegada del cine al país, hasta la actualidad.

1895: el 17 de febrero en Santiago, el empresario Francisco de Paola muestra el kinetoscopio en la calle Estado nº 171.

1896: 25 de agosto, en Santiago se realiza la primera exhibición pública del cinematógrafo, exhibiendo las mismas películas que los Lumiére exhibieran 8 meses antes en París.

1897: Los circos comienzan a intercalar sus actos con exhibiciones de cine. Las muestras registran gran interés en el público, aunque el entusiasmo va decayendo con el paso del tiempo, debido a la casi nula renovación de las vistas. En Santiago se instalan centros de entretención donde es posible acceder al Vitascopio de Edison, el cual no supera la popularidad del cinematógrafo. En el teatro Unión Central se inaugura el Vitascopio gigante. En julio se presenta el Byoscopio, otra alternativa al cinematógrafo, pero tal como los anteriores fracasan. A fines de año todas estas empresas quiebran y el público decae también por la falta de novedades en las programaciones.

En el norte del país, con el auge del salitre y el bienestar económico que trae consigo a las ciudades donde se explota el mineral, el cinematógrafo irrumpe con bastante fuerza en ciudades como Antofagasta e Iquique. En esta última ciudad se establece el fotógrafo Luis Oddó, quien maravillado con la llegada del cine, comienza a realizar sus propios cortos documentales los cuales exhibe en el Salón de la Filarmónica en la calle Tarapacá de la ciudad de Iquique entre mayo y junio de 1897, estas son: El desfile en honor del Brasil, Una cueca en Cavancha, La llegada de un tren de pasajeros a la estación de Iquique, Bomba Tarapacá Nº7, Grupo de gananciosos en la partida de football. Tras el éxito de estas «vistas», parte a Santiago a exhibir sus filmes. Por las fechas de las exhibiciones y el registro periodístico que existe de ellas, podría ser considerado el primer realizador del cine chileno.

1900: A mediados de año, el teatro Apolo en Santiago exhibe el filme Carreras en Viña del mar, en medio de otras películas extranjeras. No hay mayores registros de sus realizadores, ni de la fecha exacta de su exhibición, ni de su procedencia.

1902: El 26 de mayo en el Teatro Odeón de Valparaíso se exhibe Ejercicio general del Cuerpo de Bomberos, junto a otras vistas filmadas por los españoles Pont & Trías. Por muchos años se cree que estas son las primeras películas filmadas en Chile. Esta compañía filma durante ese año decenas de filmes, tanto en Valparaíso como en Santiago.

Llega el vapor “Liguria” que trae a bordo el American Biógrafo que inaugura la llegada del cine norteamericano a Chile. Con él, aumentan las salas habilitadas para exhibir cine. Este año también es la primera vez que aparece la censura cinematográfica en el país: el alcalde de Santiago prohibe la exhibición de cintas que se consideran inmorales. Se establece que el cine debe limitarse al registro de eventos sociales (inauguración de monumentos, festejos, desfiles, ceremonias oficiales, ritos religiosos).

1903: Se filma y exhibe la película Paseo a Playa Ancha, dirigida por A. Massonier, ciudadano francés que llega por encargo de la empresa de los Lumiere. Se queda a vivir en Chile donde instala su propia productora proyectando filmes en el Biógrafo Lumière de esa ciudad. Esta película se encontró en la década de los 90 en Francia y es gracias a esto, una de las pocas filmaciones de esta época que se conservan íntegramente.

1904: Se abre la primera sala destinada exclusivamente a la proyección de películas en Santiago.

1905: Salvador Ribera inaugura en Valparaíso el Teatro de Verano, con capacidad para 2 mil personas. Se estrena con un “biógrafo” sistema Pathé que exhibe una vista del Gran Campamento de Lucha Romana. En algunos teatros de Santiago películas francesas y norteamericanas son exhibidas con el “biógrafo” París y el gramófono Columbia. En otras ocasiones se exhibe también utilizando el cinematógrafo “Kaurt”.

1907: Se realiza la película Exposición de Animales de la Quinta Normal.

1909: El 1 de octubre de 1909 (Teatro Unión Central, Santiago) se estrena la vista Las carreras del 20 de setiembre. En Punta Arenas aparece el semanario “El Cinematógrafo”. Se publica hasta 1915.

1910: Mientras los documentales se centran en mostrar los avances tecnológicos, desfiles militares, filmación de familias adineradas, el quiebre temático se da con la muerte, en Alemania, del Presidente Pedro Montt. A la llegada de su cuerpo a Chile, Arturo Larraín Lecaros filma el tumultuoso recibimiento en Valparaíso y su viaje a la capital. Desde uno de los vagones del tren en que va el cuerpo, Larraín filma a la gente que rinde honores a su paso. Es así como se filma el primer travelling de la historia del cine chileno, del cual se tenga registro. Esta película marcará el paso hacia un cine más enfocado en las actualidades políticas, aunque de todas maneras se mantienen las temáticas anteriores, siempre alejadas de problemáticas sociales.

Como celebración del centenario de la república, el 10 de septiembre se estrena en el Teatro Unión Central la primera película argumental chilena: Manuel Rodríguez, cortometraje que no debió haber durado más de 10 minutos. Estuvo a cargo de la Compañía Cinematográfica del Pacífico y se le encargó la dirección a Adolfo Urzúa Rosas, veterano de la Guerra del Pacífico, fue profesor de declamación teatral del Conservatorio y uno de los representantes de la dramaturgia anarquista chilena. El papel principal estuvo a cargo de Nicanor de la Sotta, quien posteriormente será figura central del cine chileno. Posteriormente Urzúa filma dos películas más: El violín de Inés (1910) y El billete de lotería (1914), pero ninguna logra estrenarse. Esta última contó con la participación de Jorge Délano «Coke», dibujante y periodista que se convertirá en uno de los directores más pujantes del cine chileno.

1911: Con gran actividad durante los festejos del centenario, las compañías cinematográficas Italo-Americana y del Pacífico, siguen produciendo activamente varias vistas o registros de actualidades. El cine chileno sigue muy activo.

1913: Comienza a desarrollarse la crítica cinematográfica en Chile. Aparece la revista “Santiago Cinema” y “Punta Arenas”, publicación dedicada al cine y publicada en esa ciudad. En Santiago se contabilizan 63 salas, de las cuales 51 están exclusivamente dedicadas a la exhibición de películas

1914: La prensa anuncia los triunfos del Biógrafo en Chile. Se organiza la Franco – Chile Film co. Liderada por Victor Vallade y Adolfo Urzúa Rosas. En Santiago se ofrece un concierto y una proyección con proyector eléctrico en el cerro Santa Lucía.

1915: Tras un freno en la producción, este año se produce la llegada de Salvador Giambastiani, director de fotografía, camarógrafo, productor y técnico del cine mudo chileno. Nació y se cree que obtuvo su formación cinematográfica en Milán y Roma. Se establece por un tiempo en Buenos Aires y desde allí viaja a Chile en 1915 con el fin de promover una película, posteriormente decide establecerse en Santiago. Es ahí donde se hace cargo de la filmación de Santiago Antiguo, un espectáculo teatral que por petición de Manuel Domínguez Cerda (dueño del Teatro Unión Central) es llevado al cine por Giambastiani quien se encarga de toda la parte técnica del filme. Mientras Domínguez establece la sociedad The Chile Film Co. para llevar a cabo tal misión. Se publica la revista Cine Gaceta, la que existirá hasta el año 1918.

1916: El mismo Giambastiani, que impone su saber en la técnica cinematográfica, se hace cargo del primer largometraje argumental del cine chileno: La baraja de la muerte (o El enigma de la calle del Lord), la cual basa su acción en un crimen cometido por Corina Rojas y acaecido en la calle Lord Cochrane. Este hecho policial causó revuelo en la épica y aún no se dictaba sentencia cuando se anuncia el estreno de la película, por ello, el alcalde de Santiago censura su estreno en la capital y sus productores salvan al filme trasladando sus copias a Valparaíso, donde finalmente se muestra. Ese mismo año, Giambastiani también filma el documental La primera Fiesta de los Estudiantes de 1916: La Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) organizan la fiesta de la primavera que contempla desfiles de carros alegóricos, circo universitario, velada bufa en el Teatro Municipal y desfile final de comparsas.

1917: Se estrenan 3 largometrajes de ficción. La primera es Alma Chilena, de Arturo Mario, director de origen italiano pero que tenía una carrera exitosa en Argentina, en donde había sido protagonista de la precursora película Nobleza Gaucha. Con esa fama a cuestas filma esta película en Chile, en donde busca establecer, tal como en el filme argentino, una contraposición entre el campo como un lugar ideal y la ciudad como un centro de caos y maldad. El otro filme es El Hombre de Acero, el cual tiene la fotografía a cargo de Giambastiani, pero se contempla una dirección colectiva. Participan en ella nombres trascendentales en el futuro del cine chileno, como Pedro Sienna (su debut como director), Rafael Frontaura y Jorge Délano «Coke». También se estrena La agonía de Arauco, a cargo de Gabriela Bussenius, la primera directora mujer del cine chileno y esposa de Salvador Giambastiani. Escribe y dirige la película, la fotografía está a cargo de su esposo.

1918: Giambastiani filma La coronación de Jorquera en el Parque Cousiño: homenaje al atleta chileno Juan Jorquera quien en los últimos Juegos Sudamericanos de Buenos Aires bate el récord mundial de maratón. Nace la revista “La Semana Cinematográfica”, la que publica 138 ediciones hasta diciembre de 1920. Arturo Mario estrena Todo por la patria (o El jirón de la bandera), película de corte patriótico que se ambienta en la Guerra del Pacífico. Con el conflicto todavía vivo en la memoria, la película pasa un par de años exhibiéndose con gran éxito. También se estrena La avenida de las acacias.

1919: Giambastiani filma un documental que se estima como el primer documental importante de la historia del cine chileno: El Mineral “El Teniente”. En este se ve por primera vez una película con un estilo y estructura acorde al cine que se hace en el mundo. Se ven además los trabajadores de la mina, lo que muestra una sensibilidad por mostrar toda la realidad que rodea el yacimiento y no sólo quedarse en la gerencia o paisajes. Una copia es encontrada en 1955 en las antiguas bodegas de la Braden Copper Company en Rancagua. Es restaurada fragmentariamente por Patricio Kaulen y Andrés Martorell, quienes realizan una compilación llamada Recuerdos del mineral «El Teniente» en 1957 homenajeando a Giambastiani. Este mismo año, en Punta Arenas, un joven José Bohr (quien será uno de los más prolíficos realizadores chilenos) filme el cortometraje Como por un tubo.

1920: Salvador Giambastiani filma junto a Pedro Malbrán la curiosa Cuando Chaplin enloqueció de amor. Comedia busca capturar la popularidad que el reconocido actor tenía en la época. Ese mismo año se exhibe Manuel Rodríguez, película a cargo de Arturo Mario y donde por primera vez Pedro Sienna encarna al guerrillero patriota. Basada en la novela de Alberto Blest Gana, “Durante la reconquista”, la acción de Manuel Rodríguez descansa en las aventuras del guerrillero y en las luchas por la reconquista de la Independencia. Este intento de establecer una superproducción nacional, tiene gran éxito de público. En este año se estrenan 2 películas más: Mi noche alegre (o Los parafinas) y Uno de abajo.

1921: Pedro Sienna debuta como director con la película Los payasos se van, filme basado en una exitosa obra teatral de Hugo Donoso. La fotografía está a cargo de Salvador Giambastiani, quien abandona el rodaje en la mitad de su planificación debido a una enfermedad que sufre. Posteriormente fallece, causando un hondo pesar dentro del ámbito cinematográfico nacional, debido a su estatura y maestría con la que se había desempeñado. Se estrenan este año dos películas más: Don Quipanza y Sancho Jote y Esposas certificadas, esta última, el primer largometraje de José Bohr. La revista La Semana Cinematográfica anuncia que este año se estrenaron en los cines chilenos 891 películas, cifra que demuestra el alcance popular del nuevo arte. Alfredo Serey rueda La transmisión del mando presidencial, corto que se anticipa a la animación, aunque sólo muestra carteles dibujados que se van sucediendo y que muestran el traspaso del poder de Juan Luis Sanfuentes a Arturo Alessandri.

1922: Pedro Sienna busca aumentar su popularidad con el documental El empuje de una raza. La película realiza un recorrido por diferentes lugares de Chile, de norte a sur y finalmente busca vanagloriar los dos años de gobierno de Arturo Alessandri. La película es un gran fracaso de taquilla.

1923: Este año se estrenan alrededor de 10 largometrajes de ficción. Se va estableciendo la productora Andes Films como una de las más importantes. Ellos producen este año la película El Monje dirigida por Alberto Santana (uno de los realizadores y argumentistas más prolíficos del cine chileno, trabajó en Perú y Ecuador, donde se convirtió en uno de los precursores de esos cines). El Monje tendrá gran fracaso llevando casi a la quiebra a la productora Andes Films.

1924: Se repite prácticamente la cantidad de películas estrenadas el año anterior. Pero hay un hito: Un grito en el mar de Pedro Sienna. Basada en la obra teatral «El Espía», es una película centrada en un traicionado teniente de la armada. Esta super producción bate todos los récords de taquilla, sitúa a Sienna como la figura más importante del cine chileno y es la primera película chilena que obtiene un premio internacional, la medalla de Oro y Diploma de Honor en la Exposición Internacional de La Paz, Bolivia en 1925. La película también se incluye en la Historia Ilustrada del Cine editada en Francia. Otro suceso importante es la película de Nicanor de la Sotta llamada Golondrina. Es la adaptación de una obra que el mismo de la Sotta escribió. En ella actúa, dirige y realiza el argumento y se convierte en una de las películas más exitosas de todos los tiempos. El documental también vive un hito. El director Carlos Pellegrín filma Los funerales de Luis Emilio Recabarren. Registro tras minutos de su muerte, y luego el tumultuoso funeral del dirigente sindical y fundador en 1912 del Partido Obrero Socialista (luego, Partido Comunista de Chile), tras su suicidio el 19 de diciembre de 1924. El director vive cerca del lugar del suceso y al escuchar los disparos consigue llegar a casa de Recabarren con su camarógrafo y filmar así el cuerpo sin vida del reconocido dirigente. Se estrena la película Agua de vertiente, dirigida por Antonio Acevedo. Su importancia radica en que exhibe el primer desnudo femenino en la historia del cine chileno. Se filma la primera película animada del cine chileno a cargo de Carlos Borcosque: Vida y milagro de Don Fausto, personaje de la tira cómica del diario El Mercurio.

1925: El año más prolífico de la etapa muda. Se estrenan 16 largometrajes, la cifra más grande de todo el período y que sólo es superada en 2008. La película más importante es sin duda El húsar de la muerte, de Pedro Sienna quien vuelve a interpretar a Manuel Rodríguez. Es la película más exitosa y trascendental del período, así como una de las pocas que han podido ser rescatada de forma íntegra. Sólo la llegada del cine sonoro hizo que fuera saliendo de los cines a fines de los años 20. Fue redescubierta en los años 40, en donde se le realizaron nuevos intertítulos y en los años sesenta fue restaurada por la Universidad de Chile, remontándose bajo la tutela de Pedro Sienna, reponiendo los intertítulos originales y el final que había sido removido en el anterior rescate. Otro filme rescatable es Canta y no llores, Corazón (o el precio de una honra) de Juan Pérez Berrocal, director que demostrará un cierto manejo del melodrama. También está Nobleza Araucana, película que habla del despojo de tierras a los mapuches. El blanco está simbolizado en un individuo sin escrúpulos que se salva de la cárcel gracias al cacique Panguilef, quien para no perturbar la paz de la hermana del “huinca” le perdona los atropellos y ultrajes. Carlos Borcosque estrena Martín Rivas, primera adaptación audiovisual del clásico de Blest Gana y la actualiza ambientándola en el siglo XX. La película tiene éxito gracias a sus dos protagonistas: Jorge Infante, gran galán de la época, y Silvia Villalaz, llamada la “Perla White chilena”, quien por entonces era la gran actriz hollywoodense. Borcosque luego partiría en 1927 a Hollywood donde realizará unas cuantas películas para el mercado hispanoparlante. Luego será un destacado director en México y en Argentina. Sólo vuelve a Chile en 1945 a filmar Amarga Verdad.

1926: La producción sigue alta: 13 películas. Pedro Sienna busca reeditar el éxito anterior y estrena La última trasnochada, película que no recibe la excelente recepción de crítica y público que tuvo El húsar de la muerte. Además, su figura comienza a perder popularidad al lado del nuevo galán de la época: Alejandro Flores. Este año, el director Alberto Santana (quien no había tenido suerte con sus realizaciones anteriores, todos sonados fracasos) llega a Antofagasta donde se asocia con el periodista Edmundo Fuenzalida y el camarógrafo Arnulfo Valck creando la productora Vita Films. Su idea es convertir Antofagasta en el “Hollywood de Sudamérica”. La primera película de la sociedad es Bajo dos banderas, película ambientada en la Guerra del Pacífico, es un verdadero suceso en la ciudad y en su estreno en Santiago asiste nada menos que el Presidente Carlos Ibáñez del Campo.

1928: Se estrena la película Vergüenza, de Juan Pérez Berrocal. Película que provoca escándalo por su temática: Un minero contrae la sífilis en un burdel, al enterarse de su enfermedad se vuelve loco. Es censurada, pero luego es usada por el Servicio Nacional de Salud para el apoyo en campañas sanitarias. Esta película marca el fin del proyecto “hollywoodense” antofagastino.

1929: Ya en los inicios del cine sonoro en el mundo, la producción baja drásticamente y sólo se estrenan 3 largometrajes. El más destacable es La calle de ensueño de Jorge Délano «Coke». La película usa de pretexto una pobre historia de amor, con el fin de mostrar el urbanismo y avance de Santiago, ya que la película fue pensada y realizada con el propósito de enviarla como muestra chilena a la Exposición Internacional de Sevilla, en donde obtiene el premio a Mejor Película de habla española. Noticia que ayuda a que la película tenga cierto interés en el público chileno. Como curiosidad, en su elenco figura el nombre de Manuel Rojas, el autor de la gran novela Hijo de Ladrón.

1930: El 5 de marzo se estrena La melodía de Broadway, una de las primeras películas sonoras que se exhibe en el país. Desde ahí en adelante, sólo llegarán películas sonoras, las que causarán la expectación del público local. Así, en abril, cuando se estrena la famosa El cantante de Jazz grandes filas esperan su presentación. El 8 de abril sale el primer número de la revista Ecran, la que por casi 40 años será la revista cinematográfica más importante del país. Es creada por el director de cine Carlos Borcosque. El 9 de septiembre se estrena la única película chilena del año: Canción de amor, cinta que es sorprendida por el auge del cine sonoro y que se intenta sonorizarla en base a discos, esfuerzo que termina en un fracaso de público y crítica. A fin de año ya existen 25 salas equipadas para exhibir cine sonoro.

1931: Sólo se estrena una película chilena y es la última muda de la que se tenga registro: Patrullas de avanzada, imagina un conflicto bélico que obliga a la movilización de las Fuerzas Armadas. Un oficial enviado en patrullaje de exploración se aleja en una hacienda y se enamora de la hija del dueño. Pero su deber y amor a la patria lo obligan a continuar su misión. En pleno desierto es traicionado por el guía; sin agua y sin alimentos, sobrevive y vuelve al fundo donde su amada lo cuida hasta su restablecimiento. La Revista Ecran advierte a los lectores entusiasmados con transformarse en astros del cine, que no es tan fácil sobrevivir en Hollywood, esto en respuesta a los chilenos repatriados por falta de trabajo en los estudios.

1932: Se establece que el Consejo de Censura dependerá del Ministerio de Educación. Mientras filma el alzamiento militar que culminará en la fugaz «República socialista», es alcanzado por una bala Gustavo Bussennius, el más importante camarógrafo del cine mudo chileno. Muere desangrado el 5 de junio.

1933: Becado por el gobierno de Chile, Jorge Délano viaja a Hollywood para estudiar la industria cinematográfica estadounidense. Tito Davison, quien mas tarde será realizador, se incorpora a la redacción en Hollywood de la revista “Ecran”.

1934: El cine chileno vuelve a la cartelera gracias al entusiasmo de Jorge Délano, quien intenta instalar a Chile como plataforma para el rodaje de películas hollywoodenses para el mercado hispano, sin conseguir ningún avance al respecto. Crea la revista Topaze y comienza a juntar dinero para realizar Norte y sur, que será la primera con sonido sincronizado de la historia nacional. Ella se realiza con equipos caseros que Délano construye junto a su socio Emilio Taulis y gracias a la ayuda de un crédito de la Caja de Crédito Minero. La película se estrena el 10 de julio y es un melodrama con un trasfondo minero, como para demostrar de donde venía la producción del filme, protagonizada por Alejandro Flores, quien vuelve a Chile luego de comenzar una carrera en Argentina. La prensa queda maravillada con el sonido de la película.

1935: Armando Rojas Castro comienza a perfilarse como uno de los documentalistas más importantes de la época. Estudió en los años 20 en Alemania y a su regreso a Chile es llamado por el gobierno para que se haga cargo del Instituto de Cinematografía Educativa de la Universidad de Chile (ICE). La entidad se inaugura en 1929 en las dependencias de la Escuela de Bellas Artes. Allí organiza la producción de cintas documentales con fines educativos, realizados en 16 mm, material de vistas fijas (como opacas, diapositivas, diafilm) y el Noticiario ICE en 35 mm para se exhibidos en los cines comerciales. En 1930 había realizado el documental El cerro Santa Lucía y en 1933 realiza Santiago. Todos con afanes de documentar la modernidad que se apodera de la capital. En 1935 realiza un documental llamado Reliquia de glorias navales, el cual registra veteranos de la Guerra del Pacífico. 

1936: Aparece la revista “El cinematógrafo” y se inaugura el cine Santa Lucia.

1938: Cuatro años después de Norte y Sur, se filman dos largometrajes: El hechizo del trigal de Eugenio de Liguoro y Hombres del Sur de Juan Pérez Berrocal. Ambas películas coinciden en sus temáticas campesinas. En la de Liguoro hay cuecas, rodeos, paseos campestres, esquinazos, discursos de sobremesa. En la de Berrocal hay cuecas y tonadas que adornan la historia de una relación sentimental que surge entre la hermana de un mayordomo que se enamora del hijo del patrón, y que termina suicidándose para reparar el error que ha cometido a espaldas del celoso hermano. Ocultándose tras el antifaz de un bandido, muy al estilo del Zorro, éste sale por los campos transformado en capitán de bandolero. Estas temáticas “camperas” están influenciadas directamente por la gran popularidad de la cinta mexicana Allá en el rancho grande, como también de todo el cine mexicano de la época de oro que tenía gran arraigo en el público chileno. Su busca así capturar ese mismo espíritu, pero a través de costumbres folclóricas nacionales. Mientras, la revista “Hoy” critica los criterios del Consejo de Censura Cinematográfica.

1939: Coronando una década pobre en producción en una década dominada por crisis políticas y económicas, sólo se estrena un filme este año: Dos corazones y una tonada de Carlos García Huidobro, protagonizado por Rafael Frontaura quien encarna a un solterón adinerado quien se enamora de una mujer de mundo, de dudosa reputación. El romance termina en el altar, pero él pronto la abandona, para regresar a su lado al final de la película. La película sigue el estilo folclórico y campestre de las anteriores, así aparecen actuando Los Cuatro Huasos, Nicanor Molinari y Esther Soré, estrella de la época tras ser elegida Miss Chile ese mismo año.

1940: A pesar de que la baja producción continúa, logran estrenarse 3 películas. Una es la adaptación cinematográfica de Entre gallos y medianoche, la popular obra de Carlos Cariola, dirigida por el italiano Eugenio de Liguoro. A la larga, Liguoro será el director más prolífico de la década, realizando casi una decena de películas en menos de 10 años. La otra película importante es Escándalo, de Jorge Délano, la cual a pesar de su pobre producción es una película que es bastante original para su época, ya que intenta ser una historia “cine dentro del cine”, con un final falso a lo “Pirandello”. Participa en ella como actor un joven Patricio Kaulen. La Corfo cancela su línea de créditos para el cine, abandonando varios proyectos en marcha. En algunos cines comienzan a exhibirse noticieros sobre la Segunda Guerra Mundial.

1941: Jorge Délano vuelve a filmar y esta vez adapta la novela de Joaquín Edwards Bello: La Chica del Crillón. Si bien la película mantiene la estructura original de la novela y obtiene buenos comentarios de parte de la crítica debido a su esfuerzo de producción, al escritor no le gusta para nada el resultado y llama al filme “el mamarracho más grande que se haya filmado en Chile”. El gran hito de este año es el estreno de Verdejo gasta un millón de Eugenio de Liguoro, basado en el popular personaje creado por el dibujante Héctor Meléndez y que Jorge Délano había adoptado para su revista Topaze. Esta comedia de chiste fácil y directo, que parodia el humor basado en personajes de extracción más humilde (como Tintán y Cantinflas en México), es una de las más vistas en la historia del cine chileno. Marca además, el debut en el cine de Eugenio Retes quien será con el correr del tiempo en el actor cómico más importantes del cine de la época, junto al de Lucho Córdoba.

1942: Tras el éxito anterior, De Liguoro vuelve al personaje de Verdejo para realizar Verdejo gobierna en Villaflor, proyecto que finalmente abandona y se lo deja al inexperto director Pablo Petrowitsch. La película no logra el mismo éxito. Comprobando su buen ojo comercial, De Liguoro realiza Un hombre de la calle, junto al cómico Lucho Córdoba, quien había escrito la obra teatral en la cual se basa el filme. Tiene gran éxito y la canción que da nombre al filme se hace muy popular, lo que ayuda a que la película sea más vista. Este año marca un hito en el cine de animación. Se estrena 15.000 dibujos, el primero largometraje animado chileno, dirigido por Jaime Escudero y Carlos Trupp, quienes comenzaron la titánica tarea en 1938. En 1941, cuando Walt Disney visita Chile, se encuentra con ellos e incluso le da consejos técnicos de cómo apurar el proceso de animación. La película no tiene éxito, debido a que comparadas con los filmes de Disney, se ve muy diezmado. José Bohr estrena con éxito Pal otro la’o, protagonizada por Ana González quien interpreta su popular personaje radial “La Desideria”, en una historia que la muestra viajando a Buenos Aires junto a sus patrones. El hecho más importante del año se produce en el mes de octubre con el inicio de la construcción de los estudios Chile Films, proyecto del Estado, financiado a través de la CORFO, que buscaba desarrollar una verdadera industria fílmica nacional.

1943: Se estrenan sólo 4 películas, las que continúan con la temática campera que ya se arrastra desde fines de la década anterior. Los directores predominantes de la época siguen muy productivos, por un lado De Liguoro con Tu eres mi marido, y por otro, José Bohr con El relegado de Pichintún. En diciembre de 1943 se inauguran los estudios de Chile Films. El proyecto traería muchas expectativas, pero su dominio bajo burócratas, políticos y un director de escaso conocimiento del arte cinematográfico (Mariano Puga, por ejemplo, quien llegaba en carroza al edificio), no concretizará el ideal de hacer de Chile el “Hollywood de Sudamérica”, como decía “Coke”. Otra molestia que traerá la administración de Chile Films, será la importación exagerada de técnicos argentinos para hacer cargo de la producción de los filmes, así como de directores de no tan alto vuelo, aunque existieron excepciones como la venida de Carlos Hugo Christensen, Carlos Schlieper, y del actor Luis Sandrini.

1944: Se estrena la primera película bajo la producción de Chile Films: Romance de medio siglo, dirigida por el argentino Luis María Barth. La película hacía un recorrido desde fines del siglo XIX hasta la época presente, a través de la historia de una familia, fue un sonado fracaso de crítica y público, siendo el primer golpe duro a la naciente industria. Marcaría ya la tónica de las películas que hará Chile Films: melodramas de época, dirigidas por un argentino y con muy poca referencia al contexto. Esto con el fin de que las películas pudieran exportarse al mercado latinoamericano. Este año, de manera independiente, Jorge Délano filma la comedia Hollywood es así, una curiosa película en donde se caracterizan a Chaplin y los Hermanos Marx. Es la historia de una chilena que va en búsqueda de fama a Hollywood.

1945: Chile Films estrena dos películas: Amarga Verdad de Carlos Borcosque (director chileno, pero con una destacada carrera en Argentina y un paso por Hollywood) y La casa está vacía, del argentino Carlos Schlieper. Ninguna causa mucha repercusión, aunque se destaca la calidad técnica y la ambientación de ambas. Eugenio de Liguoro estrena Dos caídos de la luna, una película que causa algo de revuelo, ya que reúne a los dos comediantes más destacados de la época: Ana González y Eugenio Retes.

1946: Este año el inexperto director argentino Roberto de Ribón realiza dos grandes fracasos para Chile FIlms: El padre Pitillo, con Lucho Córdoba y El diamante del Maharajá con Luis Sandrini, famoso comediante argentino, conocido en toda Latinoamérica. La labor del realizador argentino es tan perjudicial, que tras el estreno de El padre Pitillo en México, tal mercado decide no aceptar ninguna producción chilena en su cartelera. También se estrena La dama de la muerte del reconocido director Carlos Hugo Christensen. Una película que no causa mucho ruido, basado en un cuento de Robert Luis Stevenson, maneja un misterio y un suspenso que han llevado a considerarla la primera película de terror chilena. Como dato curioso, el director de cine B norteamericano Jerry Warren hizo un montaje en 1964 de esta película en conjunto con La casa está vacía, construyendo una burda, pero de culto, película de terror llamada Curse of the Stone Hand. Este año, el más prolífico de Chile Films, termina con la realización de El hombre que se llevaron, de Jorge Délano, mostrando una apertura de los estudios hacia los realizadores chilenos. Este filme de suspenso, que bebe del cine negro americano, se considera la mejor película de “Coke”.

1947: Jorge Délano es nombrado director de Chile Films, y con la intención de “nacionalizar” la producción, lleva a José Bohr a filmar un nuevo filme: La dama de las Camelias, con Ana González en el rol principal. Por entonces, las cifras ya eran rojas para los manejos de los dineros de la entidad, de hecho en ese año se decía en la prensa que de los casi treinta millones de pesos gastados en las producciones estrenadas, sólo se habían recuperado 7 millones. Ese año se estrena el último filme programado para realizarse en Chile Films: El último guapo, del argentino Mario Lugones, se transforma en un nuevo fracaso. Por fuera, Bohr sigue produciendo, convirtiéndose por lejos en el director más prolífico de la historia de nuestro cine. Estrena Si mis campos hablaran, basado en un cuento de Francisco Coloane. También estrena La mano del muertito, con Lucho Córdoba. También este año, se realizan dos documentales que registran los primeros viajes a la Antartida: Antártida Chilena del reconocido documentalista Armando Rojas Castro y Primera expedición antártica chilena de Óscar Pinochet de la Barra.

1948: Chile Films llega a su crisis final. Jorge Délano renuncia a la dirección debido al déficit presupuestario y califica a la empresa como “algo que nació muerto”. Se entra en una etapa de congelamiento que sólo dura hasta la producción de la película Esperanza, que cuenta con dos directores argentinos, técnicos y actores de la misma nacionalidad. Sólo el dinero es chileno. La película es un derroche total de dinero, por ejemplo, se construye un barco completo sólo para un tema parcial de éste. Costó 16 millones, cuando en promedio una película chilena se hacía con 2. Fue un fracaso a los dos lados de la cordillera y marca el fin definitivo de Chile Films como productora, pasando desde entonces sólo a arrendar sus estudios y sus equipos. Entra en actividades la Comisión Pro Defensa del Cine Chileno, integrada por Armando Rojas Castro, Patricio Kaulen, Emilio Taulis, Jorge Di Lauro y Miguel Frank.

1949: Junto a Esperanza, se estrena un nuevo filme de José Bohr: La Cadena Infinita. Corfo ordena el desmantelamiento de Chile Films.

1950: El cine chileno vuelve a las temáticas más criollas en su cine. Este año se estrena La hechizada, de Alejo Álvarez, la que contiene canciones folclóricas y pintorescos personajes del campo chileno. Además se estrenan ese año la película de tema militar El último galope y la película Río Abajo, de Miguel Frank, basada en una novela de Mariano Latorre. También viene a filmar a Chile el destacado músico y director argentino Hugo del Carril la co-producción chileno argentina Surcos de Sangre.

1951: Este año se produce Uno que ha sido marino de José Bohr, una comedia que se apoya completamente en el talento cómico de Eugenio Retes. Este año el documentalista Roberto Saa Silva, realiza el filme Chile en colores, el que se considera uno de los primeros registros realizados en el país con la técnica del Technicolor.

1952: El único acontecimiento cinematográfico destacable es el estreno de El Ídolo de Pierre Chenal, un cineasta francés que tras destacar en su país en la década del 30, debe dejar Paris tras la llegada de los nazis. Viene a Argentina, donde filma 4 películas y luego a Chile, para filmar El Ídolo, considerada la primera película policial chilena. Es protagonizada por su esposa y tuvo buena recepción de la crítica. El tema campero vuelve a la pantalla con La rosita del Cachapoal, dirigida por Enrique Soto.

1954: Se estrena Confesión al amanecer de Pierre Chenal. Es considerada un “orgullo” para el cine chileno por la revista Ecrán. Se basaba en las leyendas chilenas “Las tres pascualas”, “La venta del diablo” y “El Caleuche” (o “La desconocida”). La productora Emelco lanza el noticiario del mismo nombre, dedicado a la actualidad nacional. Se funda el Cine Club de la Universidad de Chile, en donde se exhibirán películas de cine-arte que el circuito comercial desechaba, como filmes de neorrealismo italiano y de las nuevas olas europeas. Posteriormente se creará la revista “Séptimo Arte”, donde se buscará implantar una crítica cinematográfica más seria y teórica. El Cine Club será la cuna de lo que posteriormente será el Centro de Cine Experimental de la U. de Chile.

1955: Demostrando su gran capacidad de gestión y producción, José Bohr realiza su película más recordada: El gran Circo Chamorro, la cual debe gran parte al guión y a la gracia cómica de Eugenio Retes. La película contó nada menos que con la distribución y apoyo de la Columbia Pictures. Se produce la creación del Instituto Fílmico de la Universidad Católica, el que nace al amparo de la Academia de Cine y Fotografía de la misma universidad. Su director será el sacerdote jesuita Rafael Sánchez, quien se transformará en el maestro de futuras generaciones, además de un reconocido teórico del montaje, gracias a su libro “Montaje Cinematográfico (Arte en movimiento)”, usando hasta hoy en diversas escuelas de cine latinoamericanas. Se funda Diprocine, agrupación de directores y productores de cine. El programa “Cine al dia” celebra su 16° aniversario en Radio Minería.

1956: El diputado Raúl Morales presenta en la Cámara un proyecto de ley de fomento a la cinematografía nacional. En radio La Reina se transmite, con el auspicio del Cine Club Universitario, el programa dominical «Septimo Arte».

1957: Se realiza la ambiciosa co-producción chileno-mexicana Cabo de Hornos, dirigido por Tito Davison, chileno que partió muy joven a probar suerte en Hollywood y luego se hizo un nombre como director en México, durante la época de oro del cine mexicano. En ella actúan los astros aztecas Silvia Pinal y Jorge Mistral, junto a actores chilenos como Eugenio Retes y Pepé Guixé. También se estrena el primer largometraje de Naum Kramarenco: Tres miradas a la calle. Su nombre se hará más reconocido en el futuro. El 8 de julio de 1957 se funda el Centro de Cine Experimental de la Universidad de Chile, encabezado por Sergio Bravo, quien ese mismo año estrena su documental Mimbre, con música de Violeta Parra. La Universidad Católica de Valparaíso realiza la primera transmisión de televisión en Chile.

1958: Llega a Chile el italiano Bruno Gebel, quien dice haber trabajo junto al maestro del neorrealismo italiano Roberto Rossellini. Con tal cartel, comienza a filmar y estrena la película La caleta olvidada, una película en el estilo neorrealista sobre una caleta de pescadores de Horcón. El filme marca un hito en el cine chileno, porque es seleccionada para el Festival de Cannes para la Competencia Oficial, siendo la única película nacional que hasta la fecha ha logrado competir por la preciada Palma de Oro. En el festival, causa expectación y curiosidad, debido a que el cine sudamericano aún no lograba el prestigio internacional que en las próximas décadas lograría. Se estrenan dos documentales que junto al cine que hace Sergio Bravo en la U. de Chile, se considera como los hitos que marcan el nacimiento del cine documental contemporáneo chileno. Uno es Las callampas de Rafael Sánchez, el cual registra el nacimiento de la población “La Victoria”, y es un filme que adelanta lo que será el cine más social que se desarrollará en la próxima década y es por ello un referente y un clásico del cine documental chileno. La otra película es Andacollo de Jorge di Lauro y Nieves Yankovic, el primero un reconocido sonidista argentino y la otra, una actriz de segundo orden. Este matrimonio filma en colores la festividad de la Virgen de Andacollo, con un lenguaje cinematográfico claro y moderno. La película recibió atención internacional y el interés inédito del público en una película documental.

1959: Nuevos documentales: Artistas plásticos chilenos de Jorge di Lauro y Nieves Yanko y Casamiento de Negros de Sergio Bravo. La Universidad Católica inicia sus transmisiones oficiales públicas y periódicas de TV. Se crean los ministerios del Trabajo y Previsión Social, y de Salud Pública. Se crea el Consejo de Censura Cinematográfica. Según la revista Ercilla aumenta la cantidad de películas extranjeras exhibidas en Chile y la cantidad de espectadores.

1960: Se estrena Un viaje a Santiago de Hernán Correa, quien con una producción “humilde” realiza una película que busca acercarse al estilo neorrealista. La cinta narra los problemas que enfrenta un grupo de habitantes del pequeño pueblo imaginario de Tunco que llega a Santiago para pedir a su representante en el parlamento la construcción de un camino que permita mejorar las alternativas de comunicación de los habitantes del sureño caserío. Por otro lado la producción de cortos documentales crece ostensiblemente gracias al desarrollo de los centros de la U. Católica y U. de Chile. Se presenta la película Recordando, de Edmundo Urrutia, en que con fragmentos de films antiguos se muestran 30 años de la historia de Chile. Se inaugura el canal 9, televisión de la Universidad de Chile. Se realiza en el teatro Central y en varios cines céntricos, el Primer Festival de Cine Documental. Se constituye la Federacion Nacional de Cine Clubs. En Río Bueno se forma la productora Cine-Sur. Se vive el auge en la exhibición de películas europeas.

1961: Naum Kramarenco estrena Deja que los perros ladren, basada en la exitosa obra de Sergio Vodanovic, con la producción de Guido Vallejos (dibujante, creador de «Barrabases») y con el debut en el cine de un joven Héctor Noguera. La mejor película del año nuevamente es un documental: La respuesta, dirigida por el historiador Leopoldo Castedo y con el apoyo del Centro de Cine Experimental de la U. de Chile. La película muestra las consecuencias que dejó el devastador Terremoto de Valdivia y el esfuerzo por levantar la ciudad nuevamente, gana el Premio del Círculo de críticos de arte y la Medalla de Oro y Plata, Iberoamericano y Filipino de Cine Documental de Bilbao, España. Se crea la Cineteca Universitaria de la Universidad de Chile con Pedro Chaskel como director. Sergio Bravo realiza Láminas de Almahue. Este año viene a Chile el destacado documentalista holandés Joris Ivens, quien trabaja con el equipo del Centro de Cine Experimental de la U. de Chile. De tal experiencia surgirán dos documentales: El circo más pequeño del mundo en 1963 y la hermosa A Valparaíso en 1964.

1962: José Bohr estrena Un chileno en España, con el cómico Manolo González. También se estrena El cuerpo y la sangre, el único largo de ficción de Rafael Sánchez, una película que él llama como “un documental sobre la misa católica”, el filme no causa mucho interés en el público. El Centro de Cine Experimental de la Universidad de Chile restaura El húsar de la muerte. Edgar Morin visita Chile y filma –con ayuda de Patricio Guzmán y Pedro Chaskel- el documental La Alameda. Raúl Ruiz produce el cortometraje La maleta. Se funda el Cine Club de Viña del Mar. Este año el costo de una película argumental alcanza los 35 mil pesos. El campeonato mundial de futbol en Chile hace subir la venta de televisores.

1963: La asociación de Productores y Directores de cine consagra 1963 como el “Año del cine Chileno”, una paradoja, porque no se estrena ningún largometrajes. En febrero se realiza en Viña del Mar el Primer Festival de Cine Aficionado en que se muestran 38 películas. Se funda el Cine Club de la Universidad Austral. El senador Humberto Aguirre presenta un proyecto de ley para modificar los códigos de censura, en seis meses el Consejo de Censura ha rechazado treinta películas.

1964: El director Tito Davison intenta triunfar en Chile, como lo ha hecho en México, y junto al cómico Manolo González realiza El Burócrata González. En ella se incluyen, además del popular González, otros humoristas como Sergio Feito, Eugenio Retes y Cuco Sánchez demostrando su opción por el humor fácil y de sketches. Según el mismo Davison, su cine “no pretende dar ningún tipo de mensaje”, confirmando su afán comercial por la realización de películas. Paralelamente otras obras van dando cuenta de las realidades del país como los documentales Banderas del pueblo de Sergio Bravo.

1965: Davison repite la fórmula con Más allá de Pipilco y no causa mayor revuelo. Este año debuta tras las cámaras Miguel Littin con el cortometraje Por la tierra ajena, que ya vaticina su siguiente y monumental film El chacal de Nahueltoro. Este breve documental es un registro de las desigualdades sociales, enfocado en un grupo de niños marginales que vagan por la ciudad. Con música de Patricio Manns y la colaboración de Hugo Araya. También comienza a dirigir Helvio Soto, otro de los grandes nombres que arrojará esta década. Realiza los cortometrajes El analfabeto (en donde actúa Littin) y que ya muestra un interés por un cine con cierto contenido político y concientizador. El gobierno de Eduardo Frei designa a Patricio Kaulen presidente de Chile Films como una medida para revivir el organismo. Se crea también el Consejo de Fomento de la Industria Cinematográfica y se promueve una ley de fomento al cine nacional. La crítica nacional se muestra receptiva al “cine de autor”.

1966: Se organiza el Cuarto Festival de Cine en Viña del Mar, que deja de ser de aficionados y se convierte en el Primer Encuentro de Cineastas Chilenos. El único estreno de este año lo marca una extraña coproducción entre Chile, Brasil y Argentina: El ABC del amor, la que al modo de las películas italianas que reunían cortometrajes de grandes directores, acá reúne 3 filmes de directores de estos países. A los destacados Eduardo Coutinho (Brasil) y Rodolfo Kuhn (Argentina), se suma el chileno Helvio Soto. Lamentablemente para él, su segmento es considerado el peor de la película al punto de que no se exhibía en la versión que se dio en Argentina. Contaba con la actuación de Miguel Littín y la fotografía de Fernando Bellet. Patricio Guzmán trabajó como camarógrafo. Mario Godoy publica “Historia del Cine Chileno”.

1967: Este año marca el inicio de una nueva era en el cine chileno. Ya los nuevos aires de crear un cine que plasmara las carencias y miserias del país, que mostrara una realidad obviada, se comienza a hacer presente y a imperar definitivamente. Hay tres estrenos que destacan: Largo Viaje de Patricio Kaulen, Morir un poco de Alvaro Covacevich y Regreso al silencio de Naum Kramarenco. Largo Viaje es considerada una de las películas más importantes de la historia. La película muestra la travesía de un niño pobre por un Santiago bastante poco amable. La película trae consigo una temática social que hasta entonces era ignorada y recuerda bastante al cine neorrealista de autores como Vittorio De Sica. Contiene escenas bastante potentes, como el funeral del angelito.

Morir un poco es una película que mezcla la ficción con el documental, al mostrar a un hombre en una serie de recorridos que explicitan a través del montaje paralelo las diferencias entre ricos y pobres. Luego de una primera semana en cartelera en que la respuesta en boleterías fue normal, el filme comenzó a tener un inesperado éxito de público, el cual llenó las salas durante sucesivas semanas de exhibición, llevando alrededor de 200 mil espectadores. Su banda sonora también tuvo mucho éxito, gracias a un single grabado por Nano Vicencio y Los Larks. Es además, la primera película chilena con aplicaciones de color.

Regreso al silencio, es la última película y la más lograda de Kramarenco, donde instala con medidas justas un buen suspenso en una historia de tintes “noir”. Reúne por única vez en el cine a los populares actores-hermanos Héctor y Humberto Duvauchelle, además que significa el debut en la pantalla grande de Nelson Villagra, a la larga, uno de los actores más importante de la historia del cine chileno.

También Hernán Correa y Patricio Kaulen, entre otros realizadores, promovieron activamente la concreción de una ayuda a la producción cinematográfica chilena por parte del Estado. La Ley 16.617 promulgada en enero de ese año, estableció en su artículo 202 un tratamiento privilegiado para las películas nacionales, al determinar que los impuestos que gravan las entradas de las salas en que se exhiban películas nacionales de largometraje y películas co-producidas en Chile, deben ser devueltos a los respectivos productores en un 60%. También esta ley determinaba una liberalización de los impuestos a la importación de película virgen y otros insumos.

1968: Un hito comercial sucede en este año: Ayúdeme Usted Compadre, de Germán Becker lleva más de 360 mil espectadores, un récord sólo roto con El Chacotero Sentimental a fines de los 90. La película reúne artistas de la época como Los Perlas, Los Huasos Quincheros y Mario Kreutzberger. Es básicamente una sucesión de sketches musicales, con desfiles del ejército, de bandas musicales, etc. Es realizada en colores. También en colores es Tierra Quemada de Alejo Álvarez, película que él llama como “el primer western del cine chileno”, además de ser la primera película argumental en colores. Hay duelos, incendios, persecuciones, raptos, traiciones y muertes. Tampoco falta la nota romántica, el paisaje costumbrista, el momento risueño y las canciones folklóricas. Helvio Soto estrena Lunes 1º, Domingo 7, una especia de comedia romántica, con tintes surrealistas, con Jorge Guerra y Patricia Guzmán. Luego, Alvaro Covacevich busca repetir el éxito de Morir un poco con New Love, una película sobre hippies chilenos, realizada en colores. Fue censurada para mayores de 21 años cuando los protagonistas eran menores de esa edad, significando un pequeño revuelo en una sociedad conservadora que no podía entender como unos muchachos se pasearan semidesnudos por las playas del litoral central, fumaran marihuana y se negaran a trabajar. 

Ruiz debutaba ese año con el largometraje con Tres tristes tigres, se basaba libremente en una obra teatral de Alejandro Sieveking –a su vez inspirada en la novela de Guillermo Cabrera Infante-, pero en ella Ruiz inculcaba aspectos que siempre marcarán a su cine hecho en Chile: una búsqueda de la esencia chilena a través de la exploración de un lenguaje contradictorio e irónico, con una estructura que desafiaba los convencionalismos cinematográficos. La película sigue el trayecto de tres amigos durante un día de juerga por Santiago. A pesar de ser una de las películas chilenas más alabadas de la historia (elegida más de alguna vez como la mejor película de todos los tiempos), se estrenó con una pobre recepción de público (17.771 espectadores) y escasa repercusión crítica. Obtuvo además el Primer Premio, Festival de Cine de Locarno, unos de los galardones más importantes que una película chilena ha alcanzado.

1969: Se realiza el segundo Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, el más importante para el cine chileno. En él se exhiben tres películas fundamentales, por lo que tal certamen se considera como el inicio del llamado “Nuevo Cine Chileno”. Las películas son: Tres tristes tigres de Raúl Ruiz, Valparaíso mi amor de Aldo Francia y El Chacal de Nahueltoro de Miguel Littin. La película de Francia abrió ese Festival, ésta seguía a un grupo de niños pobres de los cerros de Valparaíso, los cuales robaban comida en fundos y las ferias del puerto, tratando de evitar una marginalidad cruel. Con un marcado estilo neorrealista e inspirada en el cine de Alain Resnais, con actores no profesionales y cámara en mano, la película es uno de los retratos sociales más sinceros del cine chileno, un clásico indudable. Logró una gran notoriedad internacional, al punto de estrenarse en Argentina y recorrió con éxito la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes, la Semana Internacional del Cine de Barcelona y el Forum de Berlín en el año 1970.

La película de Littin rescataba la historia policial más impactante de la época, el asesinato a cargo de José del Carmen Valenzuela Toro (El Chacal) a su familia completa, lo que lo llevó a ser condenado a muerte. La película retrataba en un estilo casi documental tal historia en donde se mostraba la inhumanidad de la pena de muerte a alguien que finalmente se había rehabilitado a través de la preocupación y la educación social. La película posee una calidad técnica destacable, gracias a un equipo que se había formado en el Centro de Cine Experimental de la U. de Chile y que acá mostraba su madurez: Pedro Chaskel en montaje, Héctor Ríos en la cámara, Sergio Ortega en la música. Nelson Villagra demostraba ser el mejor actor chileno del momento, junto a otros grandes actores como Shenda Román y Luis Alarcón.

Otra película importante estrenada ese año es Caliche Sangriento de Helvio Soto. Película que retrata las duras condiciones en que los soldados vivieron la Guerra del Pacífico. Narra el ficticio recorrido del 5º de línea, un grupo que se pierde en el trayecto de Ilo a Moquegua en pleno desierto. Filmada en el desierto de Antofagasta con la ayuda de los militares locales, posteriormente sería censurada por “herir la dignidad nacional”, debido a los cuestionamientos de los soldados durante el conflicto, gracias a presiones de las propias Fuerzas Armadas. Luego, Soto aceptó cortar ciertas partes más polémicas para calmar los ánimos y la película pudo estrenarse con gran expectación, llevando 115 mil espectadores al cine. La película, un abierto manifiesto pacifista, enrostraba las causas comerciales de la Guerra del Pacífico, mostrando a un grupo de soldados chilenos perdidos en el desierto, muertos de hambre, sed, calor e incertidumbre. Otros estrenos destacables es el de Eloy del director boliviano-argentino Humberto Ríos, adaptación de la novela de Carlos Droguett, y Prontuario de Hernán Garrido, que mostraba la historia delictual de 3 famosos presos de la época: René Cerón Pardo, Julio Ignacio Scarpizzo y El Loco Pepe, quienes actuaban de sí mismos.

1970: Inmersos en el fervor político que vive el país, un grupo de cineastas confeccionan el “Manifiesto de cineastas de la Unidad Popular”, en él se establecía las líneas para una cinematografía y «una cultura auténticamente NACIONAL y por consiguiente, REVOLUCIONARIA». En cuanto a estrenos comerciales, antes del triunfo de la Unidad Popular en septiembre de este año, se estrenan con poca repercusión El fin del juego de Luis Cornejo (interesante historia de un individuo de clase media alta, que dilapida toda la fortuna de su mujer. Al quedar en la miseria, la mujer trata de mantener el hogar a flote, mientras que él juega, se emborracha y vive de la caridad de sus amigos); Natalia de Felipe Irarrázabal (una olvidada película sobre la historia de un fugado ejecutivo con una joven que se ha ido de su casa), La casa en que vivimos de Patricio Kaulen (la última película del director de Largo Viaje es una revisión de la clase media chilena que transcurre en tres épocas, 1940, 1970 y 1980 a través de un grupo de amigos y familiares); por último, una extraña super producción con España: La Araucana, que lleva a la pantalla el poema épico de Alonso de Ercilla y Zúñiga. El rodaje fue ampliamente reporteado y publicitado, creándose grandes expectativas para el estreno. Desafortunadamente, los resultados no estuvieron a la altura de las intenciones.

Ese mismo año y luego de que Allende asume como Presidente, Kramarenco estrena la que sería su última película: Prohibido pisar las nubes, la que fue destrozada por la crítica de la época. Se trato de un experimento narrativo, en donde un personaje de la clase trabajadora es sujeto de un seguimiento desde el día que debería ascender socialmente, pero desciende en el mundo de alienación en que se ve inmerso en contra de su voluntad. También viene a Chile el director norteamericano Saúl Landau a filmar el proceso que vive el país. Se une a Raúl Ruiz y realizan el filme ¿Qué hacer?, una especie de docu-ficción, del cual Ruiz niega finalmente su participación. De todas maneras, la película participa en la Quincena de Realizadores Festival de Cine de Cannes. Miguel Littin es nombrado por el nuevo gobierno como director de Chile Films, reemplaza en ese cargo a Patricio Kaulen, cercano por entonces a la Democracia Cristiana. La empresa busca ahora ser el catalizador de las intenciones revolucionarias del gobierno, a través de cortos documentales y posteriormente, buscará producir grandes películas con ese mismo afán. Con el paso del tiempo, las confusiones y la falta de experiencia pasarían la cuenta, algo que no ayudaba el destacable, pero desproporcionado afán de no sólo producir películas, sino de que formar nuevos realizadores, administrar salas y distribuir y hacerse cargo de la programación de los cines del país.

1971: Germán Becker y Alejo Álvarez siguen con su línea de un cine desideologizado, comercial, con tintes folclóricos, cómicas y livianas. Estrenan respectivamente, las fracasadas cintas Con el santo y la limosna y El afuerino. Dentro de la línea de un cine más acorde a las temáticas sociales que el país vive, se estrena Los Testigos de Charles Elsesser, con Jaime Vadell, Luis Alarcón y Nelson Villagra. Lo más destacado vino de parte de tres directores renombrados. Helvio Soto estrenó su evidentemente política: Voto + Fusil. El film muestra, en tres etapas con diferentes tonalidades de fotografía, la evolución política de Chile a partir de 1937: la subida al poder de Pedro Aguirre Cerda, el sexenato de González Videla y el triunfo de Salvador Allende. Un filme que intuía que el apoyo de los votos del gobierno de la UP no se sostenía sin las armas frente a una derecha conspiradora. La otra película, si bien no se estrena, se da en el extranjero: Nadie dijo nada, de Raúl Ruiz. Una película financiada por la RAI italiana, para ser exhibida en un ciclo llamado “América Latina vista por sus directores de cine”, en ella Ruiz continuaba la senda de Tres tristes tigres en cuanto a su búsqueda de lo chileno, pero ahora a través de un grupo de intelectuales, poetas, escritores que vagabundean por Santiago y se enfrentan a un diablo que canta tangos y simula ser argentino, interpretado brillantemente por Nelson Villagra. El último filme, fue el documental Compañero Presidente, de Miguel Littin. Una película que registró el encuentro y la entrevista realizada por el intelectual francés Regis Debray al Presidente Allende, en donde éste despliega su pensamiento y sus planes para el país. Chile Films lanza un concurso de guiones para desarrollar largometrajes, tras una lista de 10 películas desarrolladas, a fin de año, gracias a la reestructuración que sufre Chile Films, sólo quedan en la lista Manuel Rodríguez de Patricio Guzmán y Balmaceda de Fernando Balmaceda. Ambas ambiciosas películas sobre dos personajes históricos revalorizados en estos años.El país vive un conflicto con las grandes distribuidoras. El 1º de julio de 1971 las compañías norteamericanas con sede en Santiago (entre ellas, Metro, Columbia, Fox y United Artists, afiliadas a la Motion Picture Association of America, MPAA) anunciaron la suspensión de la importación de películas de sus casas matrices. Las compañías, que en años recientes habían retirado material de Argentina, Uruguay y Colombia, en Chile -donde sus filmes copaban el 70% del mercado- daban argumentos del mismo orden: una tasa impositiva muy alta. Littin ofreció una conferencia de prensa en la sede de la recién creada Distribuidora Nacional de Cine, para anunciar el nacimiento de la entidad, dependiente de Chile Films, creada con miras a “distribuir en el extranjero todas las producciones cinematográficas nacionales y exhibir en Chile los mejores films del mundo”. Entrampada la negociación con las majors a lo largo del resto del gobierno de Allende, las siete filiales estadounidenses pasaron de tener 225 películas en cartelera en 1970 a 40 en 1971 y a cero en 1972 y 1973. En sentido inverso, la distribuidora de Chile Films importó 25 largometrajes en 1971 para pasar a 154 en 1972 y a 220 en 1973, llegando a copar el 73% del mercado. Pero luego, tras 10 meses, Littin deja su cargo como director, asumiendo el economista Leonardo Navarro.

1972: Cuatro películas se estrenan este año, dos largos y dos documentales. Entre las primeras están Operación Alfa del argentino Enrique Urteaga que ficciona el atentado al general Schneider y que fue muy mal criticada, luego, Ya no basta con rezar de Aldo Francia, que hablaba sobre el papel de la Iglesia en estos tiempos, centrándose en un cura que poco a poco, va dándose cuenta que la acción y formar parte de las luchas populares es el verdadero rol del cristiano. Tanto en críticas y público, no logró los alcances de su primera película. En cuanto al documental, se estrenó El diálogo de América, filme que testimoniaba la visita de Fidel Castro al país y el diálogo que tuvo con el Presidente Allende. Pero más importante es el estreno de El primer año, de Patricio Guzmán, un director formado en España y que regresa al país para participar del gobierno de la Unidad Popular. Impactado por lo que pasa, comienza a registrar el proceso realizando este primer largo-documental. En octubre, con el gran paro de camioneros en contra del gobierno, Guzmán decide utilizar el equipo que dispone para filmar Manuel Rodríguez y sale a las calles a registrar lo que sucede, así completa el documental La respuesta de octubre. Tras este mismo paro, Chile Films cae en una irreversible crisis financiera y decide cancelas los dos proyectos previstos. Esto provoca que Guzmán se dedique exclusivamente a filmar lo que sucede en el país, hasta la caída del gobierno de Allende. Estos registros conformarán en el futuro La Batalla de Chile, la lucha de un pueblo sin armas.

1973: El Chacal de Nahueltoro, es exhibido en Londres con elogiosos comentarios. En julio, Miguel Littin termina de post producir su próximo filme: La tierra prometida, ambientada en el gobierno socialista de Marmaduque Grove en 1932. Pero el golpe de Estado trunca tales ambiciones, como con el otro gran proyecto de la época: Palomita Blanca de Raúl Ruiz (lejos el más prolífico cineasta del período, con una docena de documentales, cortos y largometrajes inéditos), esta era una película que dada la popularidad de la novela en la que se basaba había causado grandes expectativas en la prensa. Ambas películas se mostrarían en el primer Encuentro Latinoamericano de cineastas que se iba a realizar en Santiago en diciembre de 1973, donde según Raúl Ruiz, iba a provocar que “todo el mundo iba a querer hacer cine”. Otro proyecto que no vio la luz en Chile y si en Europa, fue lo nuevo de Helvio Soto y que seguía la línea política trazada por Voto+Fusil: Metamorfosis del jefe de la policía política. Con el golpe, el cine sufre un quiebre total, gran parte de sus realizadores más importantes parten al exilio y tratan desde ahí denunciar los abusos y las muertes que la dictadura provocan. De hecho, en un período que va desde 1973 a 1983, se estima que se realizan 178 filmes en los distintos países donde se radican los realizadores nacionales, un récord único en cuanto a artistas exiliados de un país latinoamericano. Destacan la carreras que Ruiz hace en Francia, la de Littin en México y Centroamérica (al punto de ser nominado dos veces al Oscar como mejor película extranjera con Actas de Marusia y Alsino y el Cóndor) y Helvio Soto en Francia también, donde dirige la súper coproducción Europea Llueve sobre Santiago que escenifica el golpe de Estado en Chile con un reconocido elenco y música de Astor Piazolla. El gran hito cinematográfico de la época, sin duda, es la realización de La Batalla de Chile, que se divide y se estrena en tres partes entre 1975 y 1979. Se post produce en Cuba y está montada por Pedro Chaskel. Causa un gran interés internacional y con el tiempo es considerado uno de los documentales más importantes de la historia del cine.

1974: La producción baja completamente. Se produce el cierre de los órganos ligados al Estado y los departamentos de las universidades que enseñan carreras audiovisuales. Se deroga la ley que protegía el cine nacional. Muchos realizadores son tomados prisioneros. Sólo se estrenan dos películas. Una es Gracia y el forastero de Sergio Riesenberg, basada en la novela de Guillermo Blanco y que no causa mucha repercusión. La otra es A la sombra del sol, de los debutantes Silvio Caiozzi y Pablo Perelman. El primero había estudiado cine en Estados Unidos y había trabajado como director de fotografía con Soto, Ruiz y Francia. La película se da en diciembre de ese año y al día siguiente de su estreno la continuista Carmen Bueno y el camarógrafo Jorge Müller son detenidos por agentes de la DINA, pasando desde ese día a formar parte de la lista de detenidos desaparecidos a causa de la represión criminal del régimen.

1975: Cristian Sánchez y Sergio Navarro filman Vías Paralelas, protagonizada por Luis Alarcón. Helvio Soto presenta en Francia Llueve sobre Santiago. También en Francia se produce Los Trasplantados, de Percy Matas, adaptación libre de la novela de Alberto Blest Gana. Armand Mattelart y Chris Marker filman el largo documental francés La espiral sobre el golpe militar, es el comienzo de una larga lista de películas hechas por realizadores extranjeros sobre el drama chileno. En los cines santiaguinos arrasa en taquilla El exorcista de William Friedkin.

1976: Silvio Caiozzi rueda Julio comienza en Julio. En el Festival de Cannes se exhibe Actas de Marusia de Miguel Littin, filmada en México e inspirada en una novela inédita de Patricio Manns.

1977: A falta de recursos, los realizadores que se quedan en el país comienzan a trabajar en publicidad y a experimentar con el video. Así surgen documentales como El Charles Bronson Chileno de Carlos Flores (uno de los realizadores más productivos del momento) y Cachureo de Guillermo Cahn (documental sobre la poesía de Nicanor Parra).

1978: Realizadores chilenos continúan haciendo películas en el extranjero, destacan: Miguel Littin presenta El recurso del método, basada en la clásica novela de Alejo Carpentier y Raúl Ruiz filma La hipótesis del cuadro robado, la revista francesa “Cahiers du Cinema” la elige como una de los mejores filmes de la década. La televisión francesa exhibe un reportaje sobre la dictadura militar chilena del cineasta español Jose Maria Berzosa y los alemanes Heynowski y Scheumann filman Los muertos no callan, sobre los asesinatos de Jose Toha y Orlando Letelier. La llegada de la televisión a color dispara las ventas de los aparatos de TV, elevando su existencia en el país a 1.450.000.

1979: Se rompe el silencio, con dos películas, aunque una sola se estrena comercialmente: Julio Comienza en Julio de Caiozzi, la que es recibida con gran entusiasmos de la crítica y del público, además que internacionalmente logra premios como el Colón de Oro en Huelva. La otra película es El Zapato Chino de Cristán Sánchez, un cineasta que con pocos recursos sigue la línea trazada por el cine de Raúl Ruiz, en cuanto a explorar cierta esencia del ser «chileno», todo con una marcada intención autoral y artística. El cine de Sánchez siempre estará al margen de las exhibiciones comerciales, dada su falta de recursos y la dificultad que implica la censura de la época. Se le considerará un cineasta de culto y de dignos merecimientos.

1980: Se desarrolla el video como forma de cine alternativo, gracias a la iniciativa de organismos como ECO, Proceso, Canelo de Nos, Ictus, Vitel y la Vicaria de la Pastoral Obrera. Estrenos de realizadores chilenos activos en el extranjero, destacan: La viuda de Montiel, de Miguel Littin filmada en México; Santa Esperanza de Sebastián Alarcón desde la URSS; En Francia, Raúl Ruiz con El juego de la Oca y El oro gris y Valeria Sarmiento con el documental Gente de todas partes, gente de ninguna parte. En Santiago hay cambios en las salas de cine: continua el descenso del número de salas, ese año solo quedan 49 de las 75 que biografiaaban en 1970; los antiguos grandes recintos se dividen dando paso a salas más pequeñas; se privatizan las salas que pertenecían a las Cajas de Previsión y a Chile Films; La firma Conate aumenta su patrimonio a 20 salas; se acentúan las diferencias entre los cines del centro y del Barrio Alto tanto en público como en contenido.

1981: Sergio Bravo realiza No eran nadie película basada en el testimonio de Malva Hernández, madre de un joven chileno detenido desaparecido, fue denominada docu-drama por su director y estuvo desaparecida y escondida durante la dictadura militar, aunque participó en su momento en el Festival de Cannes en la sección “Una cierta mirada”. El documental Una foto recorre el mundo, sobre la célebre fotografía del Che Guevara, es filmada en la Habana por Pedro Chaskel y Gonzalo Justiniano hace uno de sus primeros trabajos fílmicos en el documental Inti Illimani.

1982: Cristián Sánchez finaliza Los deseos concebidos la que sólo puede estrenar 10 años después en Chile. La película tiene una muy buena recepción en festivales europeos. Ignacio Agüero estrena No olvidar, un documental que sortea la censura en años de crisis social y económica en el país, aunque filma con el seudónimo de Pedro Meneses. La película muestra a la familia Maureira de Paine, quien busca y encuentra tras 6 años los restos de los hombres de la familia y se comprueba que fueron asesinados por agentes del Estado. La película es multipremiada en Cuba, Huelva y por el Círculo de Críticos de Arte recién en 1984, año en que se puede dar en Chile. Costa Gavras estrena Missing, la película habla de el golpe de Estado en Chile. Se funda el Cine-Arte Normandie.

1983: Se apuesta firmemente con la producción de una película que recibe todas las facilidades del régimen: El último grumete de Jorge López, basada libremente en la obra fundamental “El último grumete de la Baquedano” del reconocido escritor nacional Francisco Coloane. La película no tiene buena recepción de crítica aunque causa cierta repercusión entre el público y la canción de Eduardo Gatti (Navegante) que contiene el filme, se hace popular. Un documental destacado: El Willy y la Myriam de David Benavente, presenta un dramático trozo de vida cotidiana de una joven pareja de extracción popular chilena, quienes acosados por la cesantía, la incomunicación y la pobreza luchan para darle sentido a sus vidas. Es premiada en Huelva y considerada la mejor del año por el Círculo de Críticos de Arte. Es un momento bastante productivo para el documental, gracias al video, surgen grupos como Teleanálisis, teatro ICTUS, grupo CADA, entre otros. Uno que destaca es Chile, no invoco tu nombre en vano del grupo Cine-Ojo, considerada la primera película que agrupa y registra las protestas – cinco en total- efectuadas entre marzo y septiembre de 1983 contra el gobierno militar. Antonio Skarmeta lleva al cine su propia novela Ardiente Paciencia. “Cahiers du Cinema” le dedica un numero especial a Raúl Ruiz.

1984: Cristián Sánchez filma el que se considera el primer largometraje de ficción realizado en video en Chile: El otro round, sobre la historia de un boxeador que se retira y debe enfrentar una vida que parece vacía. Alejo Álvarez presenta su comedia Como aman lo Chilenos. Carlos Flores del Pino exhibe Idénticamente Igual: el Charles Bronson chileno. Se publica un número de la revista “Literatura chilena. Creación y critica” íntegramente dedicado al cine chileno.

1985: Jessica Ulloa publica “Video Independiente en Chile” y María Luz Hurtado presenta “Industria cinematográfica en Chile. Limites y posibilidades para su democratización”. Andrés Racz filma, con el apoyo de la televisión inglesa y productores norteamericanos, el documental Dulce patria.

1986: La cierta flexibilización del régimen provoca el regreso de numerosos realizadores al país y se provoca un nuevo auge en la producción y con películas que evocan la realidad del país. Entre los consagrados, está Miguel Littin quien entra en forma ilegal y filma el documental Acta general de Chile, el cual muestra la situación del país y se proyecta ese año con gran interés en el Festival de Venecia. También está el regreso de Patricio Guzmán, quien filma En nombre de Dios que muestra el papel de la Iglesia Católica en la dictadura militar, el papel de la Vicaría de la solidaridad, y la ayuda hacia los oprimidos. En ficción, se estrenan dos películas de directores que se formaron y crecieron en el exilio: Los Hijos de la Guerra Fría de Gonzalo Justiniano, la cual causa interés en algunos festivales, obteniendo un premio a la Mejor Ópera Prima en el Festival Iberoamericano de Biarritz, Francia. La otra película es Hechos Consumados de Luis Vera, director formado en Suecia y que adapta la obra de Juan Radrigán al cine, fue seleccionada en el Festival de Cannes, Montreal y La Habana. Otro estreno es Nemesio de Cristián Lorca, un director que viene de la publicidad. La película no tiene muy buena acogida de la crítica y del público.

1987: El único estreno de este año es La estación del regreso de Leo Kocking, un filme que muestra la travesía por el desierto de una mujer en la búsqueda de su marido relegado por la dictadura militar a una apartada localidad. Se esperaba el estreno de Imagen Latente, destacable filme de Pablo Perelman, pero la censura de la época le vetó por ser “una versión parcial e interesada de la realidad que no contribuye al concepto de reconciliación y que promueve la vigencia de la teoría de la lucha de clases”. La película es la historia de un fotógrafo profesional, cuyo hermano forma parte de la lista de Detenidos Desaparecidos. El peso de tal recuerdo lo llevan a buscar la verdad de su muerte. La película obtuvo premios en La Habana, Francia, Italia y Estados Unidos. Sólo una vez que vuelve la democracia, la película puede ser exhibida comercialmente, en 1990.

1988: Sólo un estreno de ficción hay este año, aunque causa gran repercusión. Es Sussi de Gonzalo Justiniano, que lleva al estrellato a Marcela Osorio y la catapulta a ser el ícono sexual por excelencia del cine chileno. La censura vuelve a pegar fuerte, en este caso al documental de Ignacio Agüero Cien niños esperando el tren. Una película que muestra un taller de cine en sectores populares a cargo de la académica Alicia Vega, fue calificado para mayores de 21 años. La película triunfa en festivales internacionales y llega a tener un reconocimiento incluso en Japón, es considerado con el tiempo, en uno de los mejores documentales de la historia del cine chileno.

1989: El año que marca el fin de la dictadura presenta 3 estrenos. La curiosa y telenovelesca Todo por Nada de Alfredo Lamadrid, conocido por su labor como director de televisión y que tiene gran publicidad, pero con pobrísimos resultados de crítica. También está Consuelo, segundo largo de Luis Vera, sobre el conflicto de un retornado desde Suecia a un país que le parece ajeno. Por último, la mejor película del año según los críticos, Historias de lagartos de Juan Carlos Bustamante y que obtiene un premio en Cuba.

1990: La nueva época llega con una reactivación de la producción. Se estrenan 9 largometrajes de ficción. Destaca Caluga o Menta, el primer retrato sobre la juventud post dictadura. La película cala hondo en su momento, crea polémicas por los desnudos de Patricia Rivadeneira y llega a ser nominada a los Premios Goya como mejor película latinoamericana. La otra destacada es La luna en el espejo de Silvio Caiozzi, película que la crítica encumbra a lo mejor del año y que confirma a Caiozzi como uno de los nombres importantes del cine chileno. La película además, logra uno de los premios más importantes que ha alcanzado un filme chileno: Mejor Actriz (Gloria Münchmeyer) en el Festival Internacional de Cine de Venecia. Además triunfa en casi una decena de festivales internacionales más. Este año, también, varios directores de la época logran reeditar el Festival de Cine de Viña del Mar, con la exhibición de la película de Caiozzi, Imagen Latente, Caluga o menta, Cien niños esperando el tren y otras más, se da cuenta del nuevo momento del cine chileno. Incendio en las bodegas de Chile Films, se quema el 50% de su archivo fílmico. Se forma en el Ministerio de Educación un comisión encargada de estudiar las bases para la formación de una Cineteca Chilena. Aparece Megavisión, el primer canal de televisión privado del país.

1991: Se estrena la multipremiada La Frontera de Ricardo Larraín. Recibe el apoyo total de la crítica y del público también. Obtiene dos premios históricos para el cine chileno: Oso de Plata en el Festival de Berlín y el Goya a mejor película latinoamericana. Marca el regreso del actor radicado en Argentina, Patricio Contreras, y se destaca la gran fotografía del maestro Héctor Ríos, el mismo detrás de El Chacal de Nahueltoro. Larraín venía de la publicidad, en donde se calcula que grabó alrededor de 700 comerciales. Se estrena el documental-ficción Farewell, Isla Negra de Hernán Garrido. Se exhibe por primera vez en Chile, La tierra prometida de Miguel Littin.

1992: Se estrenan dos películas que no causan mucha repercusión: la surrealista Archipiélago de Pablo Perelman y la curiosa comedia Los Agentes de la KGB también se enamoran de Sebastián Alarcón, director que se formó en la Unión Soviética y que obtuvo cierto éxito en tal país con películas que hablaban sobre la dictadura chilena. Ahora en democracia, filma coproducciones que en su mayoría son comedias de malos entendidos entre rusos y chilenos. La gran noticia del año cinematográfico es el estreno -después de casi 20 años- de Palomita Blanca de Raúl Ruiz. La película se encuentra en unas bodegas y se prepara su estreno con entusiasmo de una de los proyectos más ambiciosos del período de la UP. La crítica la levanta como un descubrimiento notable y lo considera de lo mejor que el cine chileno ha logrado. Aparece “Cine chileno Veinte año 1970-1990” de Jacqueline Mouesca.

1993: Se estrena Johnny 100 pesos de Gustavo Graeff Marino, quien venía retornando de Alemania donde se fue a estudiar en 1977. La película se basa en un hecho real muy recordado de la época, y en el filme, además, se da cuenta del proceso de transición que vive el país. Es un éxito de público y de crítica, con dotes de cinta de género de acción y suspenso con un manejo inédito en el cine chileno. También llega a los cines Entrega total de Leonardo Kocking. Kevin Reynolds filma en Isla de Pascua Rapa Nui, producida por Kevin Costner. Comienza a operar la línea de créditos de Banco Estado para la producción de películas nacionales. Se instituye el día del cine chileno.

1994: La producción se reactiva con siete películas. Destaca el estreno de Amnesia de Gonzalo Justiniano, una película que se sitúa en un campo de concentración en el desierto durante la dictadura y sus posteriores traumas. Logra el reconocimiento internacional, ganando premios en una decena de festivales. También resalta el regreso de Miguel Littin al país, realizando Los náufragos, filme que trata sobre el regreso de un exiliado al país, donde su padre murió y su hermano es detenido desaparecido. La película causa expectativas, pero no mucho apoyo en la crítica. Se publica “Cine mudo chileno” de Eliana Jara Donoso y “Películas chilenas” de Julio López Navarro. De las 445 salas de cine que habían en 1970 quedan solo 132.

1995: se estrenan 3 películas que causan escaso interés en el público y la crítica: En tu casa a las ocho de Christine Lucas, La rubia de Kennedy de Arnaldo Valsecchi y Cicatriz (El Atentado a Pinochet) de Sebastián Alarcón. Nueva restauración de El húsar de la muerte. En La Serena se realiza un Festival de Cine Mudo. La televisión por cable alcanza la cifra de 250 mil abonados. En Italia se filma El cartero, nueva versión de Ardiente Paciencia de Antonio Skarmeta. Una comisión ministerial elabora el documento “Política Nacional de Fomento y Desarrollo del cine y la industria audiovisual”.

1996: Se destaca este año el estreno de Mi último hombre de Tatiana Gaviola,. Causa expectativas por su elenco, pero es un fracaso de público y de crítica. Obtiene interés el nuevo trabajo de Patricio Guzmán La memoria obstinada que enfrente lo que fue el golpe de Estado con las nuevas generaciones, y cómo viven actualmente quienes vivieron tal suceso directamente. Se estrenará oficialmente el año 2000. Muere Aldo Francia

1997: Debut de Andrés Wood con el filme Historias de fútbol, proyecto que inicialmente estaba contemplado como serie de TV. Es bastante bien acogido por la prensa y marcará el inicio de la carrera de uno de los directores más respetados del cine chileno reciente. Al año siguiente estrena El desquite, basado en la obra de Roberto Parra. En el documental destaca el estreno de Fernando ha vuelto de Silvio Caiozzi, sobre el encuentro de los restos de un detenido desaparecido. Logra muchos premios y es considerado de los mejores trabajos del realizador.

1998: Ricardo Larraín estrena El Entusiasmo, un filme que intenta ser un reflejo de las nuevas ambiciones mercantiles y arribistas del Chile de entonces. No recibe la misma recepción de la crítica y del público como lo fue con La Frontera. De todas maneras, es exhibida en el Festival de Cannes. Se estrenan también dos películas realizadas por directores que partieron al exilio tras el golpe de Estado: El hombre que imaginaba de Claudio Sapiaín y la relativamente exitosa Gringuito de Sergio Castilla, quien había realizado una digna carrera en Suecia y Estados Unidos.

1999: La década se cierra con hito. Se estrena El Chacotero Sentimental, una película que era un quiebre con las temáticas más políticas y también con estructuras más complejas que eran las que dominaban al cine de ficción de la época. Se hace cargo del fenómeno del programa radial de El Rumpy a través de una comedia simple, directa y bien manejada. Logra un récord inédito en el cine chileno, llevan más de 800 mil espectadores.

2000: El fin del milenio muestra una nueva camada de directores: Jorge Olguín (realiza Angel Negro, una película abiertamente apegada al género de terror), Alex Bowen (Campo Minado, pero luego destacará sobretodo con la correcta Mi mejor enemigo), entre otros. Pero destaca sobretodos el estreno de Coronación de Silvio Caiozzi, que nuevamente trabaja sobre una obra de José Donoso, esta vez, con su novela más reconocida. La película confirma los laureles de Caiozzi, y logra grandes críticas, una buena recepción del público y sobretodo muchos premios internacionales (alrededor de 20), siendo una de las películas más premiadas de la historia del cine chileno. Mientras tanto, el documental sigue con alta producción, pero este año destaca con obras como Aquí se construye (o Ya no existe el lugar donde nací) que es considerada de las mejores películas de la última década según la crítica. También está Pasos de baile de Ricardo Larraín y Chi-chi-chi Le-le-le Martín Vargas de Chile de David Bravo, Bettina Perut e Iván Osnovikoff, estos últimos, una dupla que se convertirá dos años después, con el estreno de la polémica Un hombre aparte, entre los documentalistas más destacados del último tiempo. También se realiza la película L.S.D. debut del actor Boris Quercia como director y es nada menos que la primera película realizada completamente en formato digital, iniciando ya una tendencia en la realización que hará que en los próximos años la producción suba a niveles inéditos.

2001: Destaca el estreno de Taxi para tres de Orlando Lübbert, director que salió al exilio en donde trabajó en Alemania y Cuba. Esta película causa gran interés tras obtener la Concha de Oro a la Mejor Película en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, uno de los premios más importantes que una película chilena ha obtenido en su historia. Con el transcurso del tiempo, es considerada de las mejores películas de la década.

2002: Se suceden dos películas que causan expectativas: se estrena la película de vampiros Sangre Eterna de Jorge Olguín y Ogú y Mampato en Rapa Nui, una película de animación basada en la popular historieta de Themo Lobos.

2003: Se estrenan una seria de películas que hacen noticia. Primero Sábado del debutante Matías Bize, una película realizada en una sola toma, que revela a un director que con los años ganará respeto. Pero el gran hito es el estreno de Sexo con amor, la segunda película de Boris Quercia, una comedia de tintes sexuales, con referencias a la comedia italiana, que rompe todos los récords y lleva casi un millón de espectadores al cine hasta el año 2004, cifra no superada en toda la década. Otro punto a destacar es el estreno de Sub Terra de Marcelo Ferrari, hasta entonces la película más cara del cine chileno, con el costo de 1 millón de dólares. De relativo éxito y figuración también es el filme Los Debutantes de Andrés Waissbluth.

2004: Raúl Ruiz, a más de 30 años, vuelve a filmar un largometraje de ficción en Chile: Días de campo. La película recibe excelentes críticas y se considera de las mejores películas de la década. El 5 de agosto de 2004 se estrena la película más vista y comentada del año: Machuca de Andrés Wood. Lleva casi 700 mil espectadores y causa repercusión por su temática sobre niños que viven el Golpe de Estado y también por el éxito internacional que alcanza, siendo estrenada en toda Latinoamérica. Marca un hito también, el estreno de Salvador Allende de Patricio Guzmán, película que se convierte en el documental chileno que más público ha llevado al cine hasta ese momento: 40.000 espectadores. Se destaca el estreno de la juvenil Promedio Rojo de Nicolás López de 21 años, Residencia de Artemio Espinosa, la única película chilena suscrita al Dogma 95. En el documental se estrena la alabada Actores Secundarios. Este año, además, marca un peak en cuanto al promedio de espectadores que ven cine chileno, casi 105 mil espectadores, gracias al éxito que arrastra Sexo con Amor desde el 2003.

2005: Se estrenan nada menos que 21 películas. Se destacan En la cama de Matías Bize que llega a las salas tras obtener premios en festivales internacionales como el de Valladolid, además de obtener grandes críticas de la prensa. El suceso que causa esta película ambientada en la pieza de un motel hace que sea reversionada luego en el cine colombiano y español. También dos debutantes dan que hablar: Play de Alicia Scherson, que logra buenos comentarios y un premio en el destacado Festival de Cine de Tribeca en Estados Unidos y Se Arrienda de Alberto Fuguet, quien hasta entonces era reconocido como novelista y previamente trabajó como crítico cinematográfico.

2006: Baja drásticamente la producción a sólo 8 estrenos. Uno es El Rey de los Huevones de Boris Quercia, que no repite la recepción de crítica y público de Sexo con amor. Sigue la tendencia de películas realizadas por nuevos realizadores. Destacan la dura e interesante La Sagrada Familia de Sebastián Campos (luego cambiará su apellido a Lelio), Fuga de Pablo Larraín (con un gasto inédito en publicidad), Kiltro de Ernesto Díaz (una abierta película de acción y artes marciales).

2007: Los estrenos suben a 12. Se destacan La vida me mata de Sebastián Silva, considerada por la crítica como el mejor estreno del año. También Papelucho y el Marciano, llevando el popular personaje de Marcela Paz por primera vez al cine. La más vista del año (con 368 mil espectadores) es Radio Corazón, secuela de El Chacotero Sentimental, aunque esta vez está dirigida por el mismo «Rumpy». También se comienza a hacer evidente una línea de películas que no se estrenan comercialmente, pero que destacan en festivales y muestras alternativas que desafían la poca cabida que dan las grandes cadenas de cine, además poseen temáticas que el cine más comercial deja de lado como la marginalidad o problemáticas como la cesantía o los vicios de la gran ciudad, además algunas desafían la narrativa convencional y se realizan con escasos recursos, casi autofinanciados. Esta corriente es destacada por filmes estrenados este año como El Pejesapo de José Luis Sepúlveda, Corazón Secreto de Miguel Ángel Vidaurre y Carlos Flores o Rabia de Óscar Cárdenas.

2008: Es un año récord. Se estrenan nada menos que 24 películas. Destacan 31 minutos, la película de Álvaro Díaz y Pedro Peirano, que lleva el exitoso programa infantil al cine y se convierte en la película más vista del año con 210 mil espectadores. Le sigue en popularidad El Regalo de Cristián Galaz y Andrea Ugalde, que reúne a connotados actores como Nelson Villagra y Gloria Münchmeyer, entre otros. También la multipremiada internacionalmente cinta de José Luis Torres Leiva: El Cielo, la Tierra y la Lluvia. Tony Manero que logra antes de su estreno en Chile, gran figuración en el Festival de Cannes, donde se destaca la actuación de Alfredo Castro encarnando a un obsesionado asesino y seguidor del personaje de John Travolta en los más duros años de la dictadura. Mirageman donde Ernesto Díaz confirma un talento innegable para el cine de género, con una atractiva película de un superhéroe a la chilena. Finalmente está La Buena Vida de Andrés Wood, que confirma los laureles de este director quien obtiene el Goya a mejor película latinoamericana, además de ser señalada la mejor película del año por la crítica especializada. A pesar de la cantidad de estrenos y del éxito internacional de las cintas, las películas chilenas pierden cercanía con el público chileno. De hecho este año, marca uno de los puntos más flojos, con poco menos de 40 mil espectadores promedio.

2009: Se estrenan 20 películas, pero el gran hito es La Nana de Sebastián Silva. La película logra notoriedad tras ganar la sección internacional el Festival de Sundance en Estados Unidos, además es nominada como mejor película extranjera al Globo de Oro. Se destaca también lo nuevo de Miguel Littin Dawson, Isla 10 que se enfrenta en una polémica con La Nana, al ser seleccionada para representar a Chile en los premios Oscar. Grado 3 de «El Rumpy», es la cinta más vista del año 2009 que registró 240 mil espectadores, pero fue destrozada por la crítica. Se destacan también, Turistas de Alicia Scherson, Ilusiones ópticas del debutante Cristián Jiménez, Navidad de Sebastián Lelio (presentada en Cannes) y el documental El poder de la palabra, de Francisco Hervé.

2010: Se confirma la distancia entre el público chileno y el cine nacional, aunque de todas maneras se da un hecho novedoso. Lo más visto del año es Ojos rojos, documental sobre la selección chileno que ha clasificado al mundial de la mano de Marcelo Bielsa, lleva casi 120 mil espectadores y es el documental chileno más visto en la historia. Le sigue en popularidad lo último de Nicolás López Que pena tu vida, donde se rehabilita comercialmente del fracaso que fue Santos (la película más cara, con casi 7 millones de dólares). También se da una película ambiciosa por su reconstrucción histórica, que es La Esmeralda 1879. Continúa el éxito de otras películas en festivales internacionales y el cine chileno sigue siendo valorado internacionalmente como un cine a tomar en cuenta. Así lo prueba los buenos comentarios que logra en Venecia Post Mortem de Pablo Larraín, Huacho de Alejandro Fernández en el Festival de Cannes y el premio Goya que obtiene La Vida de los Peces de Matías Bize.

2011: La década comienza despidiendo al cineasta chileno más estudiado y reconocido en el extranjero y en el país. En agosto de 2011 Raúl Ruiz fallece a los 70 años de edad, debido a una infección pulmonar. El realizador recibe todo tipo de homenajes tanto en Chile como en Francia, país en el que vivía desde su exilio a principios de los años setenta.

Casi un millón de personas llegaron el 2011 a las salas para ver cine chileno, logrando que del total de la audiencia en los cines un 5,4% fuera a las películas nacionales, una cifra pequeña, pero muy superior al 2,27% del 2010. El aumento en las cifras se debió a tres películas que llevaron miles de espectadores a las salas: Violeta se fue a los cielos (391.465 espectadores), Que pena tu boda con 206.266 y 03.34 Terremoto en Chile, de Juan Pablo Ternicier que sumó 180.073. En resumen, sólo tres películas llevaron casi el 80% del total del público que vio cine chileno.

2012: El cine chileno continúa sumando premios internacionales. Ese año se inicia con las victorias de Joven y alocada, que fue reconocida como el mejor guión y Violeta se fue a los cielos que recibió el premio a la mejor película en el festival de Sundance, más tarde De Jueves a Domingo se llevó el premio mayor en Rotterdam y Carne de Perro hizo lo suyo en San Sebastián. Mientras que No de Pablo Larraín se llevó el premio principal de la Quincena de Realizadores en el Festival de Cannes. Eso, entre otros numerosos reconocimientos para el cine chileno en el exterior. En términos de audiencia, en 2012 se estrenó Stefan vs Kramer, primera experiencia cinematográfica del famoso comediante nacional, y que logró llevar a más de dos millones de personas al cine, transformándose en la película más vista de la historia del cine chileno.

2013: La película No de Pablo Larraín es nominada para competir como Mejor Película de habla no inglesa en los premios de la Academia de la Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood, más conocidos como los Premios Oscar, transformándose en la primera película nacional en alcanzar este hito. El hecho – producto de una eficiente estrategia de posicionamiento en Estados Unidos de la productora Fábula, junto a su aliado Sony Pictures- es una buena noticia para el cine chileno, ya que puso la mirada de muchos espectadores y productores en las posibilidades del audiovisual nacional. Se lamenta, eso sí, que se trate de una película que, más allá de sus incuestionables méritos cinematográficos, plantee un discurso tan limitado –que deja afuera toda la relevante resistencia desde el mundo social- sobre lo que fue el fin de la dictadura.

2014: Este año fue histórico en términos de estrenos de largometrajes nacionales: 47 en salas comerciales. También se pusieron en marcha dos proyectos importantes de apoyo a la distribución y exhibición de filmes chilenos: el Acuerdo de Exhibición de Cine Chileno, entre las principales salas de exhibición de cine y las asociaciones de productores y creadores cinematográficos; y la aparición de dos agencias de distribución dedicadas exclusivamente al cine chileno. CinemaChile Distribución y ChileMarket, que contaron con apoyos estatales para apoyar la distribución de películas chilenas en pantallas comerciales. Además, se realizó por segundo año el programa Miradoc, que estrena mensualmente documentales de autor simultáneamente en varias ciudades del país. Con estos proyectos se generó una mayor presencia de las películas chilenas en las salas y en los medios de comunicación, no sólo en Santiago, sino también en regiones. A pesar de estos esfuerzos, y ante la ausencia de películas taquilleras que llevaran masivamente público a las salas, el cine chileno tuvo el promedio más bajo del siglo cuando se trata de espectadores por película.

2015: Con 42 estrenos de largometraje, entre ficción y documental, la producción cinematográfica chilena volvió a demostrar su diversidad. Según datos del Consejo de la Cultura, la oferta de cine chileno es cerca del 4% del total de las películas que llegan a cartelera comercial, cifra similar a la del año anterior, pero que es menos de la mitad de la del 2013 y un tercio de la del 2012. Ese 4% se repite en el promedio de películas chilenas en exhibición en multisalas, pero que crece hasta casi la mitad de las exhibiciones en el circuito de salas independientes y cine arte. En términos de audiencia, la cinta El Bosque de Karadima que logró más de 300.000 espectadores, mientras que más de la mitad de los estrenos chilenos no superó los 10 mil espectadores.

2016: En febrero de 2016 Chile obtiene su primer Oscar: el joven cineasta Gabriel Osorio y el equipo de PunkRobot, obtienen el reconocimiento de la Academia de la Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood, a Mejor Cortometraje Animado por Historia de un oso. Hacia el final de ese mismo año, y a pesar de que la asistencia del público general a las películas chilenas sigue estando bajo el 5% del total de la asistencia, se estrena lo que será uno de los pocos fenómenos de audiencia de la década: Sin Filtro, dirigida por Nicolas López, llegó a contabilizar 1.200.000 espectadores, ubicándose segunda en la lista de cintas nacionales más vistas de la historia del cine chileno hasta ese momento.

2017: En febrero del 2017 Una Mujer Fantástica tiene su estreno en el Festival de Cine de Berlín en donde fue premiada con el galardón al Mejor Guión y el Teddy Award al Mejor Largometraje en la categoría de temáticas LGBT. A pesar de este gran reconocimiento internacional, en su estreno local la cinta no logra las cincuenta mil entradas, siendo superada por Se busca novio…para mi mujer, comedia de Diego Rouger que ese año es la película más vista con 51.794 espectadores.

2018: Una mujer fantástica recibe el premio Oscar a Mejor Película en habla no inglesa, transformándose en el primer largometraje nacional en recibir un premio en esta importante ceremonia de la industria cinematográfica.

En julio del 2018 el mundo audiovisual chileno comienza a vivir un proceso de transformación en términos de culturales y laborales. Ocho mujeres entregaron a la revista Sábado sus testimonios sobre el tipo de relación que el director Nicolas López estableció con ellas, denunciando casos de abuso de poder, sexual e incluso violación. En el grupo se encuentran las actrices Josefina Montané, Lucy Cominetti y Andrea Velasco: de hecho, las dos últimas ocuparon roles estelares en una de las sagas más conocidas del director, la trilogía Qué pena…

2019: En términos de estrenos de largometraje en 2019 se estrenan 36 largometrajes destacando entre ellos, en ficción, el regreso de Andres Wood con Araña; el tercer largometraje de Dominga Sotomayor, Tarde para morir joven – que la transformó en la primera mujer en recibir el premio a Mejor Dirección en el Festival de Locarno-  la inquietante denuncia de la xenofobia nacional Perro bomba y  en una lógica más comercial la película inspirada en la vida del ídolo del futbol Alexis Sanchez: Mi amigo Alexis. En documental, destacan especialmente los trabajos de realizadoras que rescataron la vida y obra de destacados escritores como Lemebel de Joanna Reposi y Zurita, veras no ver de Alejandra Carmona, además del regreso de la dupla Perut + Osnovikoff con Los Reyes. De todas formas, varios estrenos se ven aplazados o cancelados, debido a las protestas iniciadas en octubre en todo el país.

2020:  Este año se esperaban una serie de estrenos interesantes como Lina de Lima de Maria Paz Gonzalez o El Príncipe, de Sebastián Muñoz, esos y todos aquellos que tenían agendado llegar a cartelera fueron suspendidos debido a la crisis sanitaria productor del COVID 19, como también fueron suspendidos la gran mayoría de los festivales internacionales y encuentros cinematográficos.