Respirar helado: Sensaciones y experiencia austral
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Acompañada de otras dos producciones nacionales arribó a las salas el documental Respirar Helado, debut cinematográfico de la artista visual Carolina García Bloj.

En su ópera prima, la realizadora decide registrar la Patagonia chilena, motivada por el enamoramiento que siente por la zona, específicamente por Tortel, un pueblo inmerso en una geografía tan hermosa como hostil, cuyas condiciones hacen que residir ahí sea de una experiencia muy alejada a las formas de habitabilidad que hoy predominan.

Carolina García Bloj se enfrenta a la Patagonia, su geografía y su gente con inteligencia, entregando un documental cuyo trabajo sonoro hace de esta producción una experiencia envolvente, que nos permite no sólo  acercarnos a Tortel y a sus habitantes, sino que también sentirlos.

El trabajo sonoro se complementa con la visualidad. La cámara registra con parsimonia cada detalle del lugar, acentuando las particularidades del paisaje- su belleza, una de ellas- como también el ritmo de la vida. Asistimos así a una película cuidada y contemplativa, que se esmera en acercarnos a la experiencia sensorial que resulta conocer aquellos lejanos parajes. Se nota aquí la experiencia de la autora como artista visual, pues Respirar Helado está llena de delicados detalles que enriquecen la experiencia de enfrentarse a él. La dirección de fotografía y el trabajo sonoro son dos enormes aciertos.

Usando el recurso de la voz en off, Respirar Helado recoge los testimonios de las mujeres de la zona, quienes durante más de una hora cuentan detalles de como han hecho su la vida en el lugar, enfrentando las hostiles condiciones climáticas y lo que es aún más complejo, el aislamiento geográfico y social que el lugar impone. ¿Cómo vivir la maternidad y la crianza de los hijos en una localidad que se conecta únicamente a través de puentes colgantes?  o ¿Cómo asumir la vejez en un lugar donde sólo una vez al mes llega una embarcación con víveres?. Estas  son parte de las realidades que García Bloj pone en pantalla con una respetuosa distancia que no admite juicios ni sentimentalismos.

Es tal la particularidad de la zona escogida, que resulta acertada la elección de desarrollar el aspecto sonoro y visual con la misma preponderancia. Sabemos que el acceso, la conectividad y el desarrollo no llegan del mismo modo a cada rincón del país. Poner eso en pantalla sin otra intención más que exhibirlo, habría hecho de esta una película más sobre estos tópicos o la habría acercado peligrosamente a una producción televisiva.

Respirar Helado nos recuerda un Chile que, a quienes vivimos en grandes urbes, puede resultarnos lejano. Con delicadeza, inteligencia y sin grandes aspavientos nos enfrenta a una experiencia sensorial a propósito de  las dificultades de vivir en zonas extremas, recogiendo con emotividad y calidez esas historias de quienes en pleno 2015 no viven según los estándares que Chile exhibe con orgullo en mediciones internacionales.