Rabia: Sin concesiones
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Rabia (2006)
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Esta primera película de Oscar Cárdenas, egresado de la Escuela de Cine de Chile, fue realizada en el 2006 tan sólo en una semana –dos días de filmación y cinco de montaje- por un equipo de siete personas en total. Recursos extremadamente limitados que podrían ser la perdición de cualquier proyecto fílmico, pero que en este fueron astutamente utilizados a favor.

El argumento es brutal en su simplicidad. Camila Salinas tiene veinticinco años, es secretaria y hace más de doce meses que está cesante. La cámara –y el espectador con ella- acompañan a la protagonista en su búsqueda de trabajo. Así de sencillo. No hay mayor introducción respecto al personaje y su situación. Es en las tediosas esperas antes de las entrevistas y en su encuentro con otras postulantes en que podemos escuchar a la protagonista referirse a su realidad y es allí en que se puede ir descubriendo la soledad, la desilusión y la desesperanza que este largo proceso ha hecho parte de su vida.

El realizador no da ninguna concesión al espectador. Su cámara es un testigo frío que no pretende hacer más amable una situación que naturalmente no lo es. Los escenarios son espacios reales de nuestra ciudad, las actrices son mujeres chilenas comunes y la edición del filme se esfuerza por mantenerse en la lógica de los tiempos cotidianos. Lo que en otras películas podrían ser largos tiempos muertos, aquí son eficientes recursos dramáticos para contagiar al espectador de la inquietud de la espera.

Rabia no es una película discursiva, no pretende hacer crítica social, este filme no posee ese tipo de pretensiones. Sin embargo, es exactamente lo poco artificioso de su propuesta y su opción de mostrar la realidad sin maquillaje lo que hace que esta película sea de los alegatos más brutales contra el sistema laboral actual. Porque es el propio espectador el que –rápidamente identificado con la protagonista- concluye que el drama de Camila, a pesar de no tener nada de espectacular, es profundo y trágico. El año del estreno de esta película la desocupación de mujeres y jóvenes alcanza en Chile al 7,2%, por lo que no hay que ir demasiado lejos para empatizar con la situación de esta joven y compartir su rabia.

Realizada en el 2006, Rabia participó en la selección oficial de 17 Festivales Internacionales de Cine, entre los que destacan tres de clase A: Locarno, San Sebastián y El Cairo. Su calidad e interés ha sido ampliamente reconocido en el extranjero, es una lástima que en Chile no haya llegado a las salas comerciales y sólo haya sido visto en un exhibida en circuitos paralelos y por corto tiempo.