Encuesta 2011: apuestas, (des)honestidades y promesas
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La lucha por la elección de la película favorita del 2011, según los visitantes de Cinechile.cl, fue bastante cerrada y más de la mitad de los votos se centró en dos películas. Sólo 63 votos separaron al primer lugar (Violeta se fue a los cielos) del segundo (Qué pena tu boda). Lugares coincidentes con la cantidad de público que ambas películas llevaron a las salas nacionales tras sus estrenos (ver nota al respecto).

Sin duda, respecto a Violeta se fue a los cielos, las cifras coinciden con lo que fue la buena recepción crítica en los medios más grandes (elegida como el mejor estreno chileno del año en muchas partes), también con premios recibidos (donde se incluye su postulación al Oscar en representación de Chile y su nominación al Goya). Todos hechos que confirman a Andrés Wood como el director chileno más respetado y reconocido por el público y la prensa, aspectos que no son gratuitos, ni todos venidos de la clara capacidad comercial que sus producciones pueden alcanzar, sino también, de su buen pulso para realizar filmes que no desmerecen al espectador promedio (aquél que no es ni cinéfilo, ni con ínfulas academicistas o artísticas), al que tampoco lo mira a menos con historias simplistas o de fácil resolución al contar siempre con una visión cinematográfica controlada y madura.

De hecho, con este último filme, el juego narrativo y de montaje con la que busca plasmar la personalidad de Violeta Parra la hace su película más compleja, pero no por ello, menos accesible. Aunque, obviamente hay que contar en estos buenos resultados, con el gran lugar que posee Violeta Parra en la conciencia cultural de Chile. Porque quizás es justamente este aspecto el que llevó que estas propuestas fílmicas y narrativas más osadas posibilitaran resultados mucho más entusiastas que su anterior filme, La Buena Vida. Una película coral que retrata un Chile grisáceo pero con ciertos forados esperanzadores, con vuelos emotivos y discursivos de lo más pulido de toda su cinematografía, pero que no pudo quebrar una floja recepción del gran público con sólo 40 mil espectadores.

Nicolás López, por su parte, continuó luego de la buena recepción de Que pena tu vida con la mezcla entre un buen marketing, el uso efectivo de las redes sociales para atraer al público y personajes encerrados en las dinámicas del twitter y el facebook con Que pena tu boda. Algo más controlada (sobretodo en el delineamiento de los protagonistas), la película aún así siempre se encierra en sí misma con un humor que busca ser desenfadado, pero que la mayoría de las veces no pasa del burdo sexual o de la burla física que llega sin pudor a lo discriminatorio, como una mala rutina de humorista en Viña. Desmadres que parecen salidos de su ambición por conectar con el público joven, por entablar nuevas terminologías o tallas de moda, esas mismas ambiciones, más negociantes, con las que también posiciona marcas de ropa, restaurantes o un casino en la pantalla.

Son factores que le pasan la cuenta y le quitan honestidad a una película que justamente cuando se dedica a contar la historia desprovista de estos vicios, da luces de que López no sólo puede ser un buen “marketero”, sino que también podría lograr relatos y personajes más redondos y cercanos. Curiosamente, esa cercanía que él decía hace unos años atrás, en una columna del diario La Tercera, que era posible lograr sólo con honestidad (ver columna). Aunque es una columna donde justamente parte de la premisa de que el cine es un negocio… Es la doble y confusa postura de un director que además hizo noticia por no realizar una función para la prensa especializada y también por ningunear a la crítica especializada en las redes sociales. Esa misma crítica especializada a la cual después encaró durante el lanzamiento del libro “Novísimo cine chileno” en donde no fue tomado en cuenta en la selección de directores chilenos recientes…

Resultados votación Cinechile.cl
PELÍCULA
 
VOTOS
Violeta se fue a los cielos
 
1.170
Qué pena tu boda
 
1.107
Nostalgia de la luz
 
204
Anónimo
 
115
Gatos Viejos
 
95
Piotr, una mala traducción
 
73
El edificio de los chilenos
 
59
Perro muerto
 
49
Mapocho
 
48
La muerte de Pinochet
 
43
El Mocito
 
35
Música Campesina
 
33
03:34 Terremoto en Chile
 
26
Lucía
 
25
El Limpiapiscinas
 
24
Ulises
 
24
Metro Cuadrado
 
19
Newen Mapuche
 
18
Baby Shower
 
10
Locas Mujeres
 
10
La Espera
 
9
Dios me libre
 
5
Electrodomésticos, el frío misterio
 
4
El viaje de Emilio
 
4
Mauchos
 
3
A la sombra del Moai
 
2
El tesoro de América
 
2
Pecados
 
0
 
Total de votos de las 28 cintas:
 
3.216
     

Finalmente, el tercer lugar de la votación se lo llevó Nostalgia de la luz, de Patricio Guzmán. Una película que arrastra una casi inédita fila de galardones del más alto nivel (obtenidos de Cannes hasta Hollywood) y que mostró a un Guzmán tocando teclas tal vez revisitadas, pero a través de una estrategia visual poéticamente más renovadora, más fantástica y menos abiertamente discursiva. Una postura que se abrazó con otros documentales como El Mocito, El edificio de los chilenos y La muerte de Pinochet. Todos sumando una gran cantidad de votos y los cuales siguen demostrando el buen pie del documental chileno en cuanto a no sólo situar temáticas necesarias para la conciencia de un pasado que ayude al presente, sino también, en establecer sólidas visiones estéticas que terminan llevando estos temas a niveles políticos y artísticos realmente enriquecedores.

El resto de los votos abre otro buen panorama del 2011. Es esa gran cantidad de películas pequeñas en cuanto a su distribución y marketing, pero que lograron interesar a un público más reducido, pero tal vez más especializado, con propuestas donde sí se nota una honestidad y un arrojo tanto temático como visual que resulta atractivo. Por nombrar algunas: Gatos viejos, Anónimo, Perro muerto, Piotr, una mala traducción, Música campesina. Propuestas que no sólo abren buenas perspectivas para el cine chileno más independiente, sino que además parecen estar ensanchando y consolidando un circuito alternativo de exhibición que los acogió con más optimismo y paciencia que años anteriores. Un circuito además que cada vez se ve más reforzado por el papel de las distintas cinetecas, cine clubes, festivales de provincia o muestras comunales que realizan un papel gigantesco y trascendental no sólo en exhibir estas películas, sino también en cuanto a crear un público consciente de la existencia de un cine chileno que es más amplio, variado e interesante de lo que fácilmente se puede creer.

Así fue la votación de Cinechile.cl el 2011, el año del repunte. El año en que se instala un cierto optimismo que parece avizorar un quiebre, al menos una tregua, entre la distancia entre el cine chileno y el público.