(Des)montando fábulas. El documental político de Pedro Chaskel
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En el marco de Fidocs 2013 y como parte del lanzamiento de libros paralelos este viernes 28 de junio, pasadas las 18:00 hrs., en la nueva Sala de cine Radicales –espacio contiguo al bar The Clinic–, se presentó la publicación (Des)montando fábulas. El documental político de Pedro Chaskel, de Andrea Chignoli y Catalina Donoso Pinto.

En presencia del mismo Pedro Chaskel –modestamente ubicado al fondo de la sala, sumergido en una butaca–, testificaron sus respectivos roles o aproximaciones, en función al escrito, además de las autoras: Carmen Gloria Arce, gerenta general de Uqbar Editores; Pablo Corro, doctor en filosofía de la Universidad de Barcelona y académico del Instituto de Estética (PUC); y, Carlos Flores del Pino, cineasta y director de la carrera de cine del ICEI (UCH).

El volumen, de 166 páginas, pone el énfasis en los trabajos dirigidos o codirigidos por Chaskel y, además de analizar éste rol y el de montajista, de docente e impulsor de la conservación del patrimonio fílmico y de forjador de audiencias, integra de forma asertiva a su desarrollo aspectos biográficos determinantes del realizador. En el texto, por lo tanto, se desglosa y aborda su ejercicio profesional en función a cuatro periodos claves: Centro Cine Experimental, Período Cubano, Dictadura en Chile y Documental Televisivo. Se incluyen, además, fichas completas de cada película que conforma el respectivo período con una zona que expone una visión de la Temática, el Contexto de Realización y los Aspectos Formales. Sobre la forma de distribuir la sustanciosa carrera de Chaskel, una de las autoras, Catalina Donoso Pinto, apuntó durante la presentación: “Solo quiero destacar que nuestra intención deliberada fue no hacer de esto un texto académico –en el sentido de un texto críptico y cerrado para un solo grupo–, sino que uno de divulgación que fuera accesible para quienes se interesan por el cine pero no necesariamente puedan considerarse dentro del grupo de iniciados”.

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Aporta al mismo tiempo, esta publicación, a una concisamente heterogénea pero bien concebida comunidad de textos que exploran a trabajadores y/o trayectorias claves de la cinematografía y el audiovisual nacional. Vale la pena recordar brevemente indagaciones elaboradas desde la entrevista, como por ejemplo: Vivisección y Guión de una película chilena (extensa entrevista de Cristián Santa María al equipo realizador de El Chacal de Nahueltoro, incluido Chaskel); los recientes Hablando de cine (charlas, muchas inéditas, realizadas por Héctor Ríos y José Román con figuras tales como Patricio Kaulen y Valeria Sarmiento, entre otros) e Idénticamente Desigual: el cine imperfecto de Carlos Flores (de Jorge Morales y Gonzalo Maza); o también, como mencionamos, acercamientos a trayectorias particulares que marcaron una época, como Cine a la chilena: las peripecias de Sergio Castilla, de Verónica Cortínez, El cine nómada de Cristian Sánchez de Jorge Rufinelli, etc. De esta manera la publicación, reiteramos, se suma a una práctica divulgativa, historiográfica y a la vez analítica extremadamente útil para la formación de un gran cuerpo audiovisual tanto para espectadores, como para otros realizadores o estudiosos que requieren constantemente retroalimentarse, aflatarse y recordar y profundizar sobre el oficio; usando como insumo la voz de los mismos autores y los respectivos contextos, pero sin desatender ni menospreciar las anécdotas, las vicisitudes, las bellas torpezas e ingenuidades y las múltiples arbitrariedades propias de cada proceso técnico-emocional. Solo por mencionar uno, crudo y contradictorio pero genuino, Carlos Flores recuerda, en el libro que nos convoca, lo siguiente:

«Pedro y todos nos juntamos en Cine Experimental y lo primero que hicimos fue empezar a botar películas porque podían llegar lo milicos e iban a encontrar todo ese material. Y empezamos a botar a botar y nos dimos cuenta de que teníamos que botarlo todo, en realidad, porque no había nada que no fuera, para ese tipo de observador, algo subversivo. Y tanto botamos en un incinerador, que de repente se empezó a quebrar de tanto material que se quemaba. Entonces dijimos: ‘Ya no botemos más, sino hay manera que desaparezca todo’». [pag. 35,36]

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Si bien la desaparición es inevitable, en todo orden de cosas, natural o forzada, el rigor vital y contagioso de involucrarse y nutrirse de la experiencia ajena es lo que prevalece en este fluido, asequible y no por ello menos acucioso trabajo de Chignoli y Donoso. El mismo Flores sinceró con elocuente gracia, en el evento que “Presentar un libro sobre Pedro es una tarea bastante difícil de hacer sobre todo si está Pedro aquí presente. Y es difícil de hacer para mí por que sé que cualquier elogio que haga de su trayectoria el lo va a estar poniendo en duda, lo va a estar examinando. Y tiene razón. Las biografías siempre corren el riesgo de terminar construyendo personajes captados en un gesto espléndido, diciendo frases rotundas, determinantes. Muchas biografías escritas terminan transformando sus personajes en esas esculturas instaladas en el bandejón central de la Alameda. (…) Este libro no construye una figura quieta. Este texto describe un personaje en movimiento, vivo, confundido con su obra que también se mueve, se desplaza, gira, se arma y se desarma. (…) Este libro logró fundir su historia personal, con su obra y con su época”.

Y sobre la labor docente de Chaskel, Flores finalmente añadió que éste logró “enseñar con rigor y generosidad; enseñar sin hacer notar que está enseñando. Yo no me daba que cuenta que me estaba enseñando hasta cuarenta años después (…) Pedro es un cineasta que ha luchado siempre por desaparecer, por alejarse de las luces que iluminan pero que también encandilan a quienes participamos del oficio de hacer películas”.

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El docente e investigador Pablo Corro –por su parte– observó sobre el libro que este “procura ilustrar la vida profesional de Pedro Chaskel pero en buena medida ligada a su biografía; el espacio de la biografía es muy relevante, como fundamento vital. El libro se plantea de entrada como el reconocimiento a una obra, a la actividad silenciosa e invisible, de bajo perfil –por momentos–, de un trabajador del cine. Ellas [las autoras] no ocupan ese concepto, pero era un término que los propios realizadores ocupaban en la década del ’60. (…) Esta idea de reconocimiento está asociada a reivindicar una participación muy precisa, muy urgente, muy clave, en determinados filmes que si bien ha dado reconocimiento en los créditos, el público en general no advierte la participación de otros creadores, como Pedro Chaskel (…) Sobre esta idea del trabajo colectivo y del compromiso social y con su figuración como cineasta de dupla, uno podría decir –y no lo digo en broma– que Chaskel y [Héctor] Ríos son como Lennon y McCartney del cine chileno”.

librochaskel5_2062013.jpgAl final de su ponencia, el mismo esteta se permitió agregar que “La obra de Pedro tiene una dimensión experimental que tiene que ver con tratamiento de los cuerpos, en la taxonomía política de los cuerpos: en Venceremos, por ejemplo, en el plano del montaje –que es la gran dimensión creativa de Pedro– hay un orden de experimentalidad muy notorio en la consciencia sonora. Creo que el libro podría desarrollar aun más esa parte, la consciencia sonora; la función que va teniendo progresivamente el silencio en post de la observación, y también particularmente la función de la música. Pedro trabajó con compositores de diversos órdenes de la creación, como Gustavo Becerra, Ángel Parra o, ‘Padres de la música electrónica docta chilena’ como Leon Schidlowsky. Él hace la composición para Testimonio, que es una película alucinante; que tiene la facultad de arriesgar, presentar a marginales situando la cámara radicalmente desde la posición oscura de habitación de confinamiento. Eso es totalmente aventajado en esa época y la música da cuenta también de ese orden de experimentalidad (….) Este libro es como la piedra fundamental para desarrollar ese conocimiento”.

Andrea Chignoli, ya cerrando la presentación, agradeció muy especialmente a los diversos colaboradores durante el proceso y a “Pedro Chaskel por el tiempo que dedicó a las entrevistas y porque compartió con nosotros su archivo fotográfico que también está incluido dentro del libro; y por habernos recibido siempre con paciencia y sincero entusiasmo”.

Antes de concluir la velada, de poco más de 45 minutos, se exhibió el  cortometraje documental Recado de Chile, filmado clandestinamente en 1978, dirigido por Carlos Flores del Pino (pero con una rúbrica colectiva/anónima, por seguridad, en aquel entonces), y con Pedro Chaskel, por supuesto, en el montaje (que hizo en Cuba con Fedora Robles).

Sobre las autoras: 

Catalina Donoso Pinto: docente e investigadora, es doctora en Literatura Hispánica de Boston University y magíster en Literatura Chilena e Hispanoamericana de la Universidad de Chile. El año 2007 publicó su primer libro “Películas que escuchan: reconstrucción de la identidad en once filmes chilenos y argentinos”.

Andrea Chignoli: experimentada montajista nacional, es periodista y master en Fines Arts mención en cine de la Universidad de Columbia (NY). El año 2008 publicó su primer libro “Zoom back camera! El cine de Alejandro Jodorowsky”.

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Para adquirir el Libro:

http://www.uqbareditores.cl/?s=catalogo&cat=Cine+%2F+Chile