Comentario a libro sobre El Chacal de Nahueltoro
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La editorial Uqbar se abrió como un nicho sólido en cuanto a crear un espacio de reflexión respecto al cine chileno. Algo que ya se estaba haciendo urgente dada la gran producción que últimamente existe en el país y por una tradición que si bien no es digno de regodearse, hay elementos dignos de análisis. Así, con libros sobre Patricio Guzmán, Cristián Sánchez o la Escuela Experimental abriendo trechos teóricos y críticos necesarios para el desarrollo de cualquier cinematografía, ahora Uqbar edita un compilado de ensayos sobre -sino por poco- la película más trascendental de nuestro cine: El Chacal de Nahueltoro.

“El Chacal de Nahueltoro. Emergencia de un nuevo cine chileno” reúne textos del cineasta Sergio Navarro, el arquitecto Rodrigo Cepeda, el teórico del arte Edgar Doll, el comunicador audiovisual y docente Udo Jacobsen y del documentalista Guillermo González, quien ya con su cinta Bajo el sur, se adentró en la relación de Nelson Villagra con el personaje que encarna en el filme de Miguel Littin.

La variedad de miradas arroja una riqueza temática bastante plausible, aunque algunos textos pequen de academicistas o demasiado didácticos para quienes algo de dominio tengan del lenguaje cinematográfico o de historia del cine. Pero todos esos puntos de vista parten de desentrañar algo en común: aquel sofocante y seductor “misterio” de una película que mezcla como pocas un sentido de la realidad con la ficción.

Una realidad que para Udo Jacobsen se inscribe lejos de la influencia del cine neorrealista, que se aparecía por entonces como la piedra angular para el cine del tercer mundo, una línea liderada y difundida por directores de la región como el boliviano Jorge Sanjinés. Para Jacobsen, existe una estructuración del relato que implicaría que la balanza se inclina más hacia instalar un mensaje que retratar un momento, lo que se alejaría del espíritu neorrealista (según Roberto Rossellini sobretodo) de no recrear nada, de mostrar todo tal como está.

Por esa misma senda corre el texto de Sergio Navarro (uno de lo más contundentes y teóricos de la publicación) junto con el de Edgar Doll (en una texto que habla del ambiente artístico y social que fragua el nacimiento del filme), quienes remarcan que no sólo tal estructuración es lo que aleja al Chacal de esas ansias neorrealistas, sino que su montaje y uso de cámara en mano lo hace un filme perfectamente consciente de los avatares del lenguaje cinematográfico situándose más a caballo de los nuevos cines de los años 60 (la nueva ola francesa, el cinema verité, el free cinema inglés, etc) que de los filmes neorrealistas.

Pero por ello no hay que desconocer el ánimo de representar lo más fielmente el caso real en el cual se basa el filme. Es en esos aspectos casi documentales que se sumergen los análisis de Guillermo González y Rodrigo Cepeda. Este último, a través un análisis estructural de la obra y usando entrevistas a Miguel Littin, Héctor Ríos y Nelson Villagra, va dando cuenta del grado de mimetización, interacción con su contexto y por último, una yuxtaposición que el filme crea con la realidad para representarla. Es interesante acá el gran trabajo actoral de Nelson Villagra y el manejo de la cámara en mano de Héctor Ríos que explica como logró dominar tal técnica. Realismo que para Jacobsen se valdrían de estrategias cercanas al periodismo, dada la investigación que se hizo del caso real de Jorge del Carmen o “chacalito”, o también del uso de personajes reales, que estuvieron e interactuaron con el verdadero asesino y que aparecen sobretodo en la parte en que el personaje está en la cárcel.

Finalmente, la visión más sólida de este aspecto del filme lo da Sergio Navarro quien llega a conclusión que esta reconstrucción de la realidad, al contrario de lo que hacen los medios de comunicación masivos, se vale de la indagación para humanizar y concretizar la vivencia del personaje principal. Con ello, el sentido de narración se desvincula de toda figura mítica o heroica, de todo cliché (léase géneros hollywoodenses o la estructura de una noticia dada por televisión) y se vuelve por ende universal y a la vez revolucionario, dada la intención política que subyace al filme.

Como gran anexo, el libro trae unas notas sobre la producción del filme, primero una entrevista a Luis Alarcón (productor ejecutivo y actor) y luego una mesa redonda en donde interviene Héctor Ríos (director de fotografía). Así, se termina de conformar un texto que no sólo es esencial dado el rescate que hace de una obra esencial, llevada a cabo por talentos que se encontraban en la cúspide y que eran reflejo de una época que lo impulsaba. Sino que leer tales historias, esfuerzos, estrategias debiera servir para nuestros nuevos realizadores como ejemplo de un “cine posible” (como dice Sergio Navarro en el prólogo) que sólo proviene de la emergencia de instalar una narración coherente, lejos de sombras comerciales predominantes y libres de artificios técnicos que a veces aparecen más pulida que cualquier historia. El Chacal de Nahueltoro, es un ejemplo de coherencia y trascendencia y ansias de filmar o como dice nuevamente Sergio Navarro, citando a Glauber Rocha, ese cine que “parte de una idea en la cabeza y una cámara en las manos. Este cine aún es posible”. Que así sea.

Ficha de los autores:
Sergio Navarro Mayorga (coordinador)
Cineasta de la Escuela de Artes de la Comunicación, Universidad Católica de Chile y magíster en filosofía de la Universidad de Valparaíso donde actualmente es director de la carrera de cine. Ha dictado cursos de cine en diversas universidades y en escuelas de comunicación audiovisual. Como realizador de cine, ha dirigido, entre otras películas, Vías paralelas, junto a Cristián Sánchez, Caminito al cielo, Cuartito rosa  y Nostalgias del Far West.

Edgar Doll Castillo
Licenciado en arte con mención en teoría y magíster (c) en arte de la Universidad de Playa Ancha. Se desempaña como coordinador académico y docente en la carrera de cine de la Universidad de Valparaíso y docente en el Instituto de Arte de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Socio fundador de la asociación gremial de audiovisualistas de la V Región, CAMARAQUINTA A.G. Es también realizador audiovisual.

Rodrigo Cepeda Ortiz
 Arquitecto de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y magíster (c) en arte de la Universidad de Playa Ancha. Se desempeña como docente en la carrera de cine de la Universidad de Valparaíso. Ha dirigido cortometrajes, documentales y programas de TV y ha obtenido premios en distintos festivales nacionales.

Guillermo González Stambuk
 Licenciado en cine con especialidad en dirección documental. Se desempeña en la docencia universitaria en el Instituto de Arte de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y en la carrera de cine de la Universidad de Valparaíso. Entre sus trabajos en cine documental se destacan Patas de kiltro" (2000), Bajo el sur (2004) y Registro de existencia (2009).

Udo Jacobsen Camus
 Comunicador audiovisual del Instituto Profesional de Arte y Comunicación ARCOS. Es docente en el área de historia y teoría del cine en la Universidad de Valparaíso, Universidad de Chile y Pontificia Universidad Católica de Chile. En los últimos años se ha desempeñado como editor de la revista en línea Fuera de Campo.  Ha publicado Leyendo cómics. Una guía introductoria al lenguaje de la historieta  y La imagen quebrada, palabras cruzadas. Apuntes y notas (provisorias) sobre el ensayo fílmico (en Chile)  junto a Sebastián Lorenzo.