Un paseo a Playa-Ancha y un pick-nick cinematográfico
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Un paseo a Playa-Ancha y un pick-nick cinematográfico

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“A las diez de la mañana del Jueves

Se encarece la asistencia.– R. S. V. P.”

Así terminaba la galante invitación que la Empresa Massonnier, por intermedio de su representante, el señor Rivera, había dirigido á los miembros de la prensa local.

Se advertía en la tarjeta que se trataba de una fiesta BIOGRÁFICA, diremos de “cinematografía humorística; que se asistiría á un espectáculo netamente criollo, a ver bailar una cueca y se agregaba que él héroe de ella sería el popular guaso Rodríguez.

Aunque dejando á un lado otros quehaceres, nos dirijimos a Playa-Ancha, punto señalado de antemano; hay que advertir de paso que nos fuimos en esos carretones que hacen su marcha por rieles y que, barbarizando por costumbre, han dado en llamar tranvías; aquello será todo lo que se quiera: cajones con ruedas, jaulas para un museo de animales, cangrejos ó tortugas disecadas, pero tranvías….que los parta un rayo primero.

Cuando después  de moler y más moler, de sonar durante una hora, tuvimos la felicidad de llegar al Membrillo, dimos gracias á la Alcaldía que, como no viaja en aquellos cangrejos, no sabe lo que son torturas.

Subimos y á mitad del camino nos encontramos con que nos era forzoso hacer reverencias: hay algo por ahí que le dice a uno tácitamente:

Voi, che entrate,

Saluta o si non……. andate!

 

Ese algo es la rara que han dado en atravesar á la puerta de entrada del parque: ¡cosas de los ediles! Dijimos, y saludamos.

 

Llegamos á la elipse. ¡Qué sol aquel y qué vientos los que soplaban! Y, sobre todo, ¡qué variedad de paisajes, qué diversidad de fuentes de inspiración!

 

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Una tortuga del F. C. U. á Playa-Ancha en la Plaza Wheelwright.

 

A un lado fortalezas, cañones, soldados, más allá jardines tapizados de hermosas flores, luego una magnífica vista del “anchuroso mar”, más allá el caserío de Playa-Ancha, esa alegre villa que se duerme al dulce arrullo de las olas.

Y al otro lado la elipse, campo estéril, pequeño desierto; el faro, y por todas partes árboles frondosos, avenidas y bosques.

Más, para concluir con toda esa poesía, con todo ese encanto, sobre la loma las cruces blancas del cementerio, el sonido de la campana del mismo, lúgubre, tétrico, que anuncia la llegada de un nuevo habitante á la ciudad del reposo . . . . . !

Atravesando la elipse, pudimos divisar desde la parte alta el improvisado sitio de la fiesta.

Momentos más y llegaban varios coches llenos de invitados y dos ó tres con cantoras, tañedoras y mozuelas para el baile; naturalmente que se había escogido de entre lo bueno lo mejor.

A las once y media, más ó menos, el biógrafo comenzó á funcionar: seis ó más parejas, colocadas convenientemente, dieron principio á la cueca; en mitad de ésta y cuando más animada estaba la escena, llega hasta el corro el hombre de las circunstancias, José Antonio Rodríguez y su vestido de guaso, montando su brioso caballo blanco.

Se baja en medio de generales aplausos y se apercha de la primera bailadora que encuentra al paso.

A la voz de ¡aro! Hacen alto las cantoras y los danzantes, y alguien obsequia á Rodríguez y su compañía con un monumental potrillo con ponche en leche.

Como acontece siempre, al segundo pié, bailado porque nadie era guacho, se forma un bochinche fenomenal: las bofetadas llueven y al que menos le caen dos ó tres, cuando ni siquiera las soñaba; llega el paco (un paco especialísimo por su indumentaria y por su autoridad), quiere intervenir y, en menos que canta un gallo, un grupo de mozos y mozas lo descabalgan y queda el pobre á merced de los innumerables puñetazos.

Calmados los ánimos, vúelve á recomenzar el jaleo y el biógrafo á funcionar.

Después . . . . . el almuerzo; los chicos de la prensa, que no se dieron tardanza en llegar, tuvieron su mesa especial, especialísima y fueron objeto de delicadas atenciones.

Hubo bríndis y discursos y las cantoras echaron más de un cogollo para los chicos diaristas y en especial para el gordito de El Chileno.

A las cinco de la tarde se dio por terminado el pick nick y todo el mundo se retiró á donde quiso.

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Grupo de periodistas, de los empresarios del Biógrafo y demás invitados.

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 Nota: El texto ha sido transcrito respetando la ortografía que presenta el artículo original.