Un “nacimiento”: el cine chileno
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La prensa internacional reunida en Cannes recibió con verdadero entusiasmo una película chilena: La Caleta Olvidada. Aun aquellos que hicieron reservas por el argumento, que no todos entendieron y que para muchos resultó demasiado remoto para la mentalidad europea, elogiaron la belleza de las imágenes y la originalidad de los sitios que muestra. El editorial principal de Rendez-vous de Cannes, uno de los dos diarios que publica el Festival, se tituló al día siguiente del estreno: “Un Nacimiento”. Y el “nacimiento” (?) que se celebraba era el del cine chileno, ya que, por primera vez se veía en el torneo francés una película de largometraje rodada en Chile. El director del filme, Bruno Gebel, desplegó una extraordinaria gentileza con todo el mundo, mostrando cultura y conocimiento de la profesión, además de un gran cariño por Chile, el país que lo alberga. Precisamente, al corresponsal de ECRAN cupo el agrado de presentar a Bruno Gebel en los diferentes grupos. La tarea no pudo resultar más agradable, ya que mis colegas acogieron con entusiasmo al cinematografista que venía en representación de Chile.

La Caleta Olvidada recordó, al presentarse, lo que ocurrió en 1946 con María Candelaria. Ese film fue para Cannes la revelación del cine mexicano. Es de esperar que al celuloide de Chile le aguarde el mismo camino y termine por imponerse en los mercados europeos.