Un argentino, un brasileño y un chileno retalan tres historias de amor
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ecran3_1883_07031967.jpgSE ANUNCIA ESTRENO DE FILM LATINOAMERICANO

UN LARGO metraje compuesto de tres episodios filmados en Argentina, Brasil y Chile respectivamente se exhibirá en las salas de la capital a mediados de este mes.

—Sin referirme a la parte chilena —dice Helvio Soto, el director del episodio chileno—, el film es fuerte, entretenido, comercial y (esto lo dice con cara maliciosa) estrictamente para mayores de 41 años de edad.

Helvio nos ha contado en rasgos generales en qué consiste la coproducción chileno-brasileño-argentina, que diera como primer fruto «El ABC del Amor«, y de qué trata cada uno de sus episodios.

—Este film se hizo a nivel telefónico —dice—. Pasábamos semanas tratando de comunicarnos con los colegas de Argentina y Brasil…, y cada capitulo tiene que ver con los otros lo que logramos oírnos. Es decir nada. Excepto que las tres son historias de amor y con bastantes escenas de alcoba cada una de ellas. Sin embargo —agrega—, el nivel técnico es parejo y el conjunto, bueno. Lo heterogéneo del total hace que contenga elementos para satisfacer a los gustos más variados.

KUHN RELATA UNA HISTORIA ARGENTINA

A, corresponde a Argentina. Este episodio fue dirigido por Rodolfo Kuhn, «vedette del cine argentino», según Soto, y que pertenece al movimiento de cine independiente de su país.

Basada en un cuento de Roberto Arlt, quien tuviera gran éxito en la década del 30, «Noche Terrible» enfila una crítica muy dura contra la clase media porteña. Cuenta la historia de un hombre cuarentón (representado por Federico Luppi, quien hace su primera aparición en el cine) que tiene que casarse a la mañana siguiente. Al ir a dejar a su noviecita treintona (Susana Rinaldi) a casa, piensa con frustración que no quería casarse sino hacerle el amor y punto. Mientras caminan, el protagonista parte al mundo de su imaginación y empieza a especular con las posibilidades «si me caso…», «si la planto aquí mismo» y «si le digo la verdad». En el recuento de estas tres posibilidades aparecen los mil matices de un sector de Buenos Aires, con la sordidez, el humor y la sátira.

—Es el menos intelectualoide de los tres episodios —dice Soto—, pero es sin duda el más comercial. Es casi vulgar, pero divertidísimo. Mi impresión es que tendrá muy buena acogida en el gran público.

COUTINHO, UNA CRÓNICA BRASILEÑA

B, corresponde a Brasil y está basado en un hecho real. Fue tomado de una crónica policial de un periódico carioca. «Pacto de Muerte» fue dirigido por Eduardo Coutinho, de la ola de cine intelectual del Brasil llamada Cinema Novo.

De los tres episodios —nos dice Soto— éste es el más poético y el más sentimental. Tocará el corazón romántico de todas las mujeres sin excepción.

Una niña de la clase media de Río de Janeiro, muy bien cuidada por sus orgullosos padres y que interpreta Vera Viana, es asediada por un muchacho que quiere tener una aventura con ella. Es interesante destacar que el galán es Riginaldo Farías, el aplaudido protagonista de «Asalto al tren pagador”, que fue exhibido en nuestro país.

Con una astucia y una persistencia admirables, el joven seduce a la muchacha. Ella accede con la condición de que ambos juren frente al altar un pacto por el cual ambos deberán quitarse la vida después de hacerse el amor. El veneno, que sólo hacía efecto a las cuatro horas, debía ser ingerido antes. Al parecer, estos pactos de muerte son relativamente usuales entre los apasionados brasileños.

Ni tonto ni perezoso, el joven llega con excitante en frasco de veneno. Lo toman ceremoniosamente en dosis iguales y son muy felices. Después, él le confiesa la verdad y ella estalla en verdaderos llantos histéricos. Cuando ya no quedan más lágrimas, viene el silencio, y después del silencio… Bueno, hay que ver la película.

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SOTO: EL EPISODIO CHILENO

C, corresponde a Chile.

—De los tres —dice Helvio Soto—, mi episodio gustará más a los intelectuales, creo. Sin guión previo traté de describir la frustración de una juventud de izquierda en nuestro país. El ambiente es el de un canal de televisión. A través de cuatro protagonistas (Miguel Littin, Cecilia Páez, Eugenia Cavieres y Patricia Menz) muestro cómo van ahogándose los ideales de una generación. Me atrevo a decir que la actuación es cuidada y pareja y la fotografía bastante digna.

Esta trilogía parece haber sido el primer eslabón de una integración real en la cinematografía chilena, argentina y brasileña, que permitirá unir capitales y personal técnico, dará nuevas oportunidades a los actores y ampliará el mercado para las películas.

—Va estoy planeando otro largo-metraje —dice Helvio Soto—Será en coproducción con Argentina. Les contaré de eso cuando concrete un poco más las cosas. Mi meta es llegar al festival de Venecia, ¡esta vez con un largometraje!

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