Cuatro cortometrajes del Departamento de Cine Experimental de la “U” fueron estrenados para la crítica. Tres de ellos realizados por Pedro Chaskel, y uno, por Miguel Littin.

“Aquí vivieron” (1964, 18 minutos, 16 mm.) es un documental sobre las excavaciones arqueológicas realizadas por el profesor Spahni en el Norte, junto a la desembocadura del río Loa. Fue el más débil del cuarteto, ya que, al margen de algunas tomas del paisaje, es una película plana que no logra justificarse como tal.

“Erase una vez”, de Chaskel y Ríos (1965. 5 minutos. 35 mm.), que recientemente obtuvo una mención en el Primer Festival de Cine Independiente Americano de Montevideo, es un dibujo “inanimado” en que la cámara y el montaje proporcionan el movimiento a los dibujos de Vittorio di Girolamo. En ese sentido es análoga a “Viva la libertad”, de Patricio Guzmán, de la UC, pero con un sentido mucho mejor logrado de progresión dramática y síntesis. Es un corto que bien merece ser contratado como “agregado” por algún cine de estreno y cuenta con una excelente banda sonora (música de Gustavo Becerra).

“Por la tierra ajena”, de Miguel Littin (1965. 5 minutos. 16 mm.), es una primera película que revela a un director con sentido cinematográfico. Mediante una serie de agudas imágenes, Littin explora el mundo marginal que de noche deambula por las calles desiertas de la ciudad: vagos, mendigos y niños que forman un submundo que contrasta con los modernos edificios y la cómoda vida de los que viven de día. Littin, que es uno de los directores de teletratro del Canal 9, demuestra tener condiciones que lo hacen acreedor a nuevas oportunidades cinematográficas.

“Aborto”, de Chaskel (1965. 27 minutos. 35 mm.), toca un actualísimo tema y fue producido por la Comisión Nacional de Protección de la Familia y la Cátedra B de Medicina Preventiva de la “U” en conjunción con Cine Experimental. Es una película esencialmente de tesis y didáctica, con el objetivo de enseñar los serios peligros de acudir a una abortera y las ventajas de recurrir a una clínica donde en forma gratuita le serán enseñados métodos anticoncepcionales.

El peligro de este tipo de film es que puede resultar muy discursivo y basarse más en el texto que la imagen. No sucede en este caso. No se predican teorías, sino se enseña a través de un ejemplo simple y directo que en muchos momentos alcanza un considerable dramatismo. La película está realizada en forma limpia y profesional y su protagonista fue muy bien interpretada por Sara Astica, del TEUC.

El balance que deja el cuarteto de película es de seriedad, inquietud y diversificación temática, justificando el apoyo que la Universidad de Chile ha brindado a estas actividades.